Generación amarga toca fibras que todos sentimos

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 19 (EL UNIVERSAL).- La traducción que Alfredo Michel Modenessi, hizo de Look Back in Anger, de John Osborne, pieza fundamental y una de las más influyentes en el teatro del siglo XX, es llevada a escena por Enrique Singer y Tanya Selmen, con José Ángel Bichir, Ela Velden, Frida Astrid y Jero Medina en el elenco.

Con el título Generación amarga, la obra ya no encaja en un contexto como el actual, explica Bichir, quien interpreta a Victor: "Estamos en una era en la que tratamos de evitar a toda costa el maltrato a la mujer. Me hubiera gustado que la adaptación se conservara en los 50 y en Inglaterra; soy de la opinión, igual que en mi familia, de montar las obras en la época que representan. Aunque es verdad que la obra se contextualiza a mediados de los 90, en un periodo donde atravesamos conflictos similares a los de la obra".

No importa en qué época o país suceda, abunda Bichir, Generación amarga toca fibras que todos los seres humanos han sentido: la frustración, la desesperanza y la amargura. "Se trata de una juventud que cree que hay un futuro y la vida le dice: no tienes nada, no tienes ni para caerte muerto y vas a tener que trabajar de lo que sea porque al mundo tú no le importas. A esto hay que añadirle dos crisis brutales: una, la económica, sobre la falta de oportunidades y otra, la política; así como la toxicidad al límite en una relación de pareja, lo cual, de alguna forma todos hemos vivido".

"El conflicto es una cuestión que siempre conectará al ser humano", reflexiona. El problema es que pasan las eras y los siglos y parece que el drama interpersonal no cambia. "Ahora, con la Inteligencia Artificial y lo que provocará, puedo apostar cualquier cosa a que el mundo, tal como lo hemos conocido, va a cambiar radicalmente de una forma que no podemos imaginar. No hablo de 10 o 20 años, sino de cuatro o cinco en los que todo va a ser absolutamente diferente, quizá porque la Inteligencia Artificial justo viene a plantear un cambio de era protagonizado por la Revolución Industrial, la televisión, la computadora y el Internet. La IA nos viene a recalcar que se pueden hacer las mismas cosas sin la toxicidad humana y los conflictos con el ego".

Y señala que su personaje encarna la furia: "Desde la primera lectura, me sirvió mucho no hacer juicios acerca de Víctor. Entenderlo sólo como un ser humano muy molesto, muy enojado, que no puede salir de un pasado que lo atormenta...", concluye el actor.

Generación amarga puede verse en el Teatro Rafael Solana (Miguel Ángel de Quevedo 687, San Francisco) hasta el 3 de septiembre.