Genealogía holguinera de William Navarrete, punto de partida para la Ley de Memoria Democrática española en Cuba

Desde 2022, después de que el gobierno español decretó la Ley de Memoria Democrática, beneficiando con la ciudadanía de su país a ciudadanos de América Latina cuyos abuelos eran españoles, miles de cubanos se han lanzado en la búsqueda de sus orígenes para probar su filiación y obtener el anhelado pasaporte comunitario europeo.

La genealogía es una herramienta sólida para conocer de dónde venimos. El escritor cubano establecido en París (Francia) se enfrasca desde hace más de tres décadas en estudiar la población de la región norteña de la antigua provincia cubana de Oriente y, en específico, de Holguín, cuyo primer poblamiento se remonta a 1720. Con anterioridad ya había publicado la novela Deja que se muera España (ed. Tusquets), en la que abordaba cuestiones relacionadas con este tema. Además, es autor (en colaboración con María Dolores Espino), de un primer libro sobre genealogía holguinera publicado en 2016, basado en un censo de 1735 de esta incipiente localidad.

Portada del libro ‘Primeras familias, poblado y ciudad San Isidoro de Holguín’ de William Navarrete.
Portada del libro ‘Primeras familias, poblado y ciudad San Isidoro de Holguín’ de William Navarrete.

Ahora nos presenta, publicado en Miami por la editorial Unos y Otros, Primeras familias, poblado y ciudad San Isidoro de Holguín, cuya portada exhibe la casa más antigua conservada en Holguín: la de José Antonio Silva Ramírez de Arellano, marqués de Guisa, construida en 1750. Para este libro contó con la colaboración de Manuel F. Díaz Álvarez, médico que reside en La Habana y también apasionado del tema.

¿De qué trata este nuevo libro y a qué fuentes se recurrió?

Basándome en los primeros libros parroquiales de la iglesia San Isidoro de Holguín menciono a todas las parejas que, luego de casarse, dejaron descendencia en ese lugar desde 1730. De este modo, indico quiénes eran los padres de los casados, los abuelos y, sobre todo, los hijos, así como los cónyuges de éstos. De este modo tenemos, entre el libro anterior y el presente, a todos los que poblaron Holguín a mediados del siglo XVIII y, en consecuencia, a los antepasados de quienes se instalaron después en los futuros pueblos de Auras, Gibara, Fray Benito, Cacocum, Mayarí, Sagua de Tánamo, San Andrés, y más tardíamente, Banes, Antilla y Cueto. El libro es como un Génesis, pero de Holguín y su región.

Por supuesto, al encontrarse muchos de los libros parroquiales deteriorados, con folios que casi no se pueden leerse, uno de mis objetivos fue salvaguardar las informaciones de estas personas, además de descifrar a aquellas cuyos nombres ya no se pueden leer.

Pechinas de la nave de la Catedral San Isidoro de Holguín.
Pechinas de la nave de la Catedral San Isidoro de Holguín.

¿Qué apellidos investiga en este libro y de dónde provenían?

Es imposible mencionarlos todos, pues son más de cien. No obstante, entre los apellidos fundadores, están los Aguilar, Aguilera, Almaguer, Álvarez, Ávila, Batista, Berdecia, Bermúdez, Cabrera, del Corral, Castellanos, Céspedes, Díaz, Escalona, González de Rivera, Fonseca, Garcés, Guerrero, Gómez, Góngora, Hechavarría, Hernández, Infante, Leyva, Marrero, Márquez, Molina, Mora, Morales, Moreno, Ochoa, Paneque, Parra, de la Peña, Pérez, Proenza, Pupo, Reyes, Ramírez, Rivas, Ricardo, Rojas, Sablón, Santiesteban, Serrano, Silva, Tamayo, Tejeda, Toledano, Torres, Vázquez, Velázquez, Zaldívar, Zayas y muchos más.

Algunos venían de Jamaica, pues al España perder esta colonia tras la invasión inglesa, muchas familias emigraron hacia Bayamo y pasaron luego a fundar Holguín. Otros, por supuesto, venían del propio Bayamo, de Santiago de Cuba, Baracoa, de la antigua Puerto Príncipe (Camagüey), e incluso de España, Portugal, Venezuela, Colombia, México y hasta de Francia e Italia. Se mencionan los casos de dispensas por consanguinidad y por qué había tal vínculo, así como la edad, la fecha de bautizo, fallecimiento y otros datos sobre cada persona mencionada. También los matrimonios mixtos, cuando uno de los dos cónyuges era considerado blanco, indio o pardo, nombre dado entonces a los libertos.

Tengo entendido que el libro pone en dudas la historiografía tradicional que considera erróneamente al fundador del primer hato de Holguín. ¿Qué puede decirnos sobre esto?

Los dos primeros historiadores que abordaron este asunto fueron Diego de Ávila Delmonte en 1865 y José A. García Castañeda en 1949. Para el primero, el conquistador que recibe el hato de Holguín por parte de las autoridades coloniales en 1545 fue el capitán Francisco García de Holguín. En cambio, el segundo afirma que quien recibió esta prebenda fue García de Holguín, otro extremeño, también conquistador, que llegó a América en 1501 con la flota de Nicolás de Ovando. A ambos se les adjudica haber tomado parte en la conquista de México, directa o indirectamente, al servicio de Hernán Cortés o contra éste.

La Catedral San Isidoro de Holguín.
La Catedral San Isidoro de Holguín.

El problema es que, si estudiamos la trayectoria de ambos personajes, nada encaja. A ambos les falla la cronología, ya que para un conquistador llegado a América entre 1500 y 1506 (con mínimo 15 años de edad) era poco probable casar por primera vez en 1537, o sea, a los 50, como pretenden ambos. Sobre todo, cuando sabemos que la esperanza media de vida en la época rondaba los 40 y que entre los 18 y los 32 años las personas tenían ya a casi todos sus vástagos. Para colmos, ambos pretenden que el uno o el otro solo tuvo una hija, una tal Juana, de la cual descienden las tres mujeres que se sitúan en el origen la futura población holguinera.

De los dos, el que más cerca estuvo de la verdad fue Diego de Ávila, ya que pudo escribir su libro antes de la quema de Bayamo de 1868, sitio en donde debía existir alguna documentación sobre el tema, que se perdió con el incendio. Ávila dice que el fundador se llamaba Francisco. Y, en efecto, ése era el nombre de uno de los hijos que tuvo en Cuba, en relación extramatrimonial, aunque reconocido, otro conquistador llamado Diego Holguín “El Viejo”, quien lo menciona en sus probanzas de méritos (1555), cuando ya anciano, reclama prebendas y beneficios desde Ciudad Real de Chiapas. Toda la biografía conocida de este último encaja perfectamente para que podamos considerarlo como el dueño del hato concedido por Diego Velázquez por sus servicios y fidelidad. De este modo, su hijo Francisco, nacido en Cuba cuando él era alcalde de Bayamo, pudiera muy bien ser el que terminó recibiendo el hato como legado del padre. En el ensayo aparecen las razones que me llevaron a sospechar de los errores arrastrados desde el siglo XIX por todos los historiadores.

Portada del libro ‘Primeras familias, poblado y ciudad San Isidoro de Holguín’ de William Navarrete.
Portada del libro ‘Primeras familias, poblado y ciudad San Isidoro de Holguín’ de William Navarrete.

¿Está enfrascado ahora en algún otro nuevo proyecto sobre el tema?

Este tema es inagotable porque todo está a la espera de ser investigado y publicado. He tenido que parar por el momento este tipo de investigaciones porque en 2023 estoy publicando tres libros más en París. El primero, Cuba spleen, acaba de salir y es un relato sobre cómo la dictadura cubana afectó la vida de cada uno de los que nacimos después de 1959, visto desde mi experiencia personal. El segundo saldrá en junio y se trata de un álbum ilustrado sobre la Riviera Francesa que publico en colaboración con Sylvie T, una gran dibujante de Niza, y Pierre Bignami, con quien ya había escrito un libro de cuentos sobre viajes gastronómicos alrededor del mundo. Y, el tercero, un libro de cuentos sobre Francia que tengo programado para octubre de este año.

El libro ‘Primeras familias, poblado y ciudad San Isidoro de Holguín’ será presentado por la Miami Book Fair y la editorial Unos y Otros, en presencia del autor, viernes 30 de junio, a las 7 p.m., Koubek Center, 2705 SW 3rd St., Miami.

William Navarrete
William Navarrete