Si yo no gano entonces no disfruto. Si pierdo me retiro. Leyenda se lo juega a todo o nada en la UFC 298

Henry Cejudo contempla su pelea contra Merab Dvalishvili en la UFC 298 como una situación de vida o muerte.

Después de insinuar que podría retirarse si perdía este sábado en Anaheim, California, confirmó que se lo juega todo en este combate que ha despertado un interés enorme en el público de las artes marciales mixtas.

El único campeón olímpico de lucha en los Juegos de Beijing 2008 y doble rey de la UFC, Cejudo estima que de ganar enfrentaría al ganador entre Sean O’Malley y Marlon “Chito’’ Vera, quienes chocan el 9 de marzo en el evento con sede en el Kaseya Center de Miami.

Pero si pierde, el legendario peleador dejará sus guantes en el medio del octágono como muestra inequívoca que su trayectoria como profesional habrá llegado a su fin. Si ese es el caso, habrá redondeado un camino extraordinario, lleno de enormes sacrificios, peo también de grandes recompensas.

¿Qué queda de aquel campeón olímpico en Beijing 2008?

“Cuando logras todo, es difícil de sentir eso. Es una emoción que te puede pasar una vez en tu vida. Ese es el día más especial de mi vida. Tener hijos es grande, pero hacerte campeón olímpico es otra cosa. Todos pueden tener hijos, pero no todos pueden ser campeones olímpicos’’.

¿Cómo comparas aquella olimpiada con esta pelea en la UFC?

“La verdad es menos duro. Tuve que ganarle a cuatro rivales en un día y eso es algo increíble’’.

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En caso de derrota, ¿estás listo para el retiro?

“Sí. No es que yo esté siendo negativo sino que me estoy poniendo esa presión. Dije que quería ser campeón mundial de nuevo. Si no puedo hacerlo no quiero ser un peleador más. Ese no soy yo. Soy una persona que amo ganar y odio perder. Mi meta no es ser campeón de 135 sino retar al rey de las 145. Eso me motiva porque es algo que nadie nunca ha hecho’’.

Sin duda, es una meta muy dura.

“Tengo mucha fe en mí, pero también soy muy realista y no voy a estar haciendo una cosa que no amo o no quiero. Lo más que yo amo es ganar. Si yo no gano entonces no disfruto nada. Desde niño chiquito siempre he sido así y no puedo cambiar la persona que soy. Físicamente, tengo hasta 10 años más para pelear. Pero no me motiva ser peleador. Me encanta la adrenalina de ser campeón mundial’’.

¿No te equivocaste al retirarte en el 2020?

“Mi corazón ya no estaba ahí. Todavía podía defender mi cinturón seis, siete, ocho veces y ganarles a todos. Pero estaba cansado. Era un niño que desde los 10 años había sacrificado su vida. Me hice campeón olímpico. Le gané a la persona que me había noqueado, Demetrius Johnson, para ganar mi cinturón. Subí a la otra división y también me impuse allí, defendí esa otra faja. Estaba satisfecho con mi carrera’’.

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¿Y no hay remordimientos?

“Estoy bien satisfecho con todo lo que yo he logrado en el deporte. A mí me encanta competir y conquistar. Cuando conquisto algo, quiero cambiar y retar a algo nuevo, donde sé que puedo ser el mejor del mundo. Pude quedarme para otro ciclo olímpico, pero ya no quería. Mi meta era ser el mejor atleta de combate de todos los tiempos. Con lo que hice en lucha de este país y con mis dos cinturones de UFC estaba satisfecho’’.

Pero fueron tres años de tu prime.

“En esos tres años aprendí mucho. Tuve mi familia y comencé a entender los negocios. Cuando yo gané las olimpiadas yo estaba perdido. Fui un niño que solo supe luchar. La gente habla de las tristezas olímpicas y es como una depresión. Llegas tan alto que luego bajas. Me pasó. Yo no quería ir a otra olimpiada y sacrificar otros cuatro años. Quería disfrutar. Cuando yo disfruto es que soy más peligroso’’

Cuando termine todo, ¿cómo quieres que te recuerden? Henry Cejudo fue...

“Fue un cabrón. Un cabrón que peleó duro y que peleó fuerte’’.