Gaby Cerruti, la Gran Hermana

Gabriela Cerruti, portavoz presidencial
Gabriela Cerruti, portavoz presidencial, lanzó una cruzada contra "Alfa", de Gran Hermano - Créditos: @Presidencia

Gran Hermano había empezado con 18 participantes y más de 20 puntos de rating. Ahora, los hermanos son 19: ayer, por una ventana, se coló Gabriela Cerruti, la vocera del Presidente. La medición de audiencia puede escalar a cifras nunca antes vista en la televisión planetaria. Si alguien está leyendo esta nota, olvídese: corra a sintonizar Telefe o el streaming. No hay que perderse a esa mujer iracunda que decidió trasladar a un set el reality que brinda en la Casa Rosada ante estoicos periodistas.

La irrupción de Gaby no tiene goyete, pero sí una justa causa: uno de los 18 convivientes, Walter Santiago, de 60 años, que no responde a su nombre sino al apodo “Alfa”, acusó a Alberto Fernández de haberlo coimeado varias veces. Si le creemos –por supuesto, no es mi caso–, seguramente se refiere a episodios de vidas anteriores, porque hay constancia científica de que el profesor va por su quinta o sexta reencarnación; incluso él ha llegado a contar que su primera vida fue la más desdichada: le tocó ser candidato a legislador porteño en una lista que presidía Domingo Cavallo.

"Alfa", el estrafalario participante de Gran Hermano que movió a Gabriela Cerruti a hacer del reality un asunto de Estado
"Alfa", el estrafalario participante de Gran Hermano que movió a Gabriela Cerruti a hacer del reality un asunto de Estado

Alfa no dio precisión alguna sobre esas prácticas reñidas con la moral y las buenas costumbres, tan ajenas al campo nacional y popular. Lo dijo casi como al pasar en una de las sesudas tertulias que se entablan en la casa de Gran Hermano, habitada por gente interesantísima: una de las chicas dijo que era adicta al sexo, otra se bañó desnuda ante las cámaras, un joven admitió que si pasa dos días sin hacer el amor se vuelve loco y otro fue sorprendido en un ejercicio de autosatisfacción en su cama; eso sí, tuvo el decoro de cubrir sus países bajos con una colcha. También participa una exdiputada kirchnerista, Romina Uhrig, “Romi”, a la que, por su perfil, yo prefiero contraerle el apellido: “Uh”; debido a sus pergaminos, a Uh, de 34 años, le tocó allí el papel de intelectual comprometida, la que eleva el tono de las conversaciones; al presentarse dijo: “¡Qué no me hice! Me hice las lolas, me hice la panza... Cada tanto me pongo botox”.

Dicen que la foto que circula profusamente por estas horas, en la que se la ve abrazada a Cristina, es material de estudio en congresos de cirugía plástica.

La imputación de Alfa, de cuño arrabalero y, por lo tanto, incapaz de empañar la trayectoria política y académica de Alberto (es profesor de Teoría del Delito, pero, corresponde aclarar, no está cargo de los trabajos prácticos), parecía destinada a hacer un poco de ruido en las redes y después perderse sin pena ni gloria. Hasta que ayer apareció el tuit de Gaby Cerruti para desmentir los horribles hechos de corrupción atribuidos al Presidente. Gaby, my friend, ¿hacía falta? Gaby, con todo cariño y la mejor onda te lo digo: cómo vas a desmentir a ese señor, cómo le vas a dar entidad; no entiendo que hayas decidido convertir en celebridad a semejante personaje, y que te hayas metido vos y hayas metido al profesor en esa casa y en medio de esa fauna.

La exdiputada Romina Uhrig, participante de Gran Hermano, en imágenes con Cristina y Máximo Kirchner
La exdiputada Romina Uhrig, participante de Gran Hermano, en imágenes con Cristina y Máximo Kirchner - Créditos: @archivo

Hoy, Gaby es noticia y es escándalo, Alfa está por firmar un contrato con Netflix, Gran Hermano trepa en el rating y Alberto, que pensaba demandar al acusador, ahora está pensando en silenciar a su vocera; una vocera sin voz: raro, pero simpático.

Para peor, Alfa acaba de ser nominado, es decir, es uno de los candidatos a dejar la casa, lo cual será decidido por el voto de la gente. Apasionante intríngulis: no se sabe si el público lo querrá afuera, para que dé más detalles, o adentro, armando grietas y bolonquis. Otra duda es qué actitud tomará la reconstituida Uh ante el curso de los acontecimientos: ¿como peronista del Frente de Todos, defendiendo al profesor, o como kirchnerista, brindándole apoyo logístico a Alfa?

Por estas horas, el asunto es materia de concienzudos análisis en la cumbre del poder. El problema es que Alberto no sabe si consultar a Gregorio Dalbón o a Tinelli.

Las masas ya dieron su veredicto: hay que nominar a Gaby.