Príncipe heredero de Jordania se casa con arquitecta saudí en ceremonia llena de estrellas

AMÁN, Jordania (AP) — El príncipe heredero de Jordania se casó el jueves con la descendiente de una importante familia saudí en una ceremonia palaciega a la que asistieron miembros de la realeza y otras personalidades de todo el mundo, mientras una multitud se congregaba en todo el reino para celebrar la nueva pareja de poder de la región.

La boda del príncipe heredero Hussein, de 28 años, y la arquitecta saudí Rajwa Alseif, de 29, atrajo a una lista de invitados repleta de estrellas, entre ellos el príncipe Guillermo de Inglaterra y su esposa Catalina, así como la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden.

Las celebraciones tienen un gran significado para la región, ya que destacan la continuidad en un Estado árabe apreciado por su larga estabilidad y refrescan la imagen de la monarquía tras una disputa palaciega. Incluso podrían ayudar a Jordania, un país de escasos recursos, a forjar un vínculo estratégico con su vecina Arabia Saudí, rica en petróleo.

La novia, con un elegante vestido blanco del diseñador libanés Elie Saab, llegó al palacio de Zahran en un vehículo Rolls-Royce Phantom V de 1968 hecho a medida para la difunta bisabuela del príncipe heredero. El príncipe heredero llegó antes, vestido con uniforme militar de gala y un sable con empuñadura de oro.

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Las familias y sus invitados se reunieron en un sitio al aire libre adornado con flores y rodeado de jardines para celebrar una ceremonia nupcial musulmana tradicional conocida como “katb al-ketab”. La multitud estalló en aplausos tras la firma del acta matrimonial. Alseif será conocida a partir de ahora como su alteza real la princesa Rajwa Al Hussein, según un decreto real.

A varios kilómetros de distancia, una sacudida recorrió un antiguo anfiteatro romano abarrotado, cuando los espectadores vieron a la pareja sellar sus votos e intercambiar los anillos en una pantalla panorámica. Tras varios minutos de silencio, la multitud de unas 18.000 personas se puso en pie, ondeando banderas y gritando de emoción en una de las varias fiestas celebradas en todo el país.

Samara Aqrabawi, una madre de 55 años que seguía la retransmisión en directo con su hija pequeña, comentó que la ceremonia había sido más impresionante de lo que imaginaba. “Deseo que todas las madres y padres de Jordania y del mundo sientan lo que ellos sienten”, agregó, refiriéndose al rey y la reina.

Más tarde, los recién casados salieron del palacio en una camioneta Range Rover blanca personalizada, escoltados por varios Land Rover de color rojo brillante, motocicletas y una banda de música militar, un guiño a las tradicionales procesiones a caballo durante el reinado del fundador del país, el rey Abdula I.

El reino declaró el jueves día festivo para que multitud de personas pudieran saludar a la comitiva de la pareja en medio de un fuerte dispositivo de seguridad en toda la ciudad. Decenas de miles de simpatizantes asistieron a conciertos gratuitos y eventos culturales.

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El jueves por la mañana, los invitados saudíes a la boda y los turistas —los hombres con túnicas blancas dishdasha y las mujeres con abayas de colores vivos— se filtraban por el vestíbulo de mármol del hotel Four Seasons de Amán. Noura Al Sudairi, tía de la novia, iba en pantalones deportivos y zapatillas de deporte camino al desayuno.

“Estamos todos muy emocionados, muy felices por esta unión”, dijo. “Por supuesto, es algo hermoso para nuestras familias y para la relación entre Jordania y Arabia Saudí”, agregó.

La emoción por las nupcias —el mayor acontecimiento real de Jordania en décadas— había ido en aumento en Amán, donde las pancartas de felicitación de Hussein y su radiante novia adornaban los autobuses y colgaban de las sinuosas calles de las colinas. En las tiendas se exhibían las insignias reales.