El futuro según Grimes

La artista canadiense Grimes en Los Ángeles, el 24 de octubre de 2020. (Elizaveta Porodina/The New York Times)
La artista canadiense Grimes en Los Ángeles, el 24 de octubre de 2020. (Elizaveta Porodina/The New York Times)
La artista canadiense Grimes en Los Ángeles, el 24 de octubre de 2020. (Elizaveta Porodina/The New York Times)
La artista canadiense Grimes en Los Ángeles, el 24 de octubre de 2020. (Elizaveta Porodina/The New York Times)

Grimes piensa en un mundo sin humanos.

“No queremos que dentro de seis millones de años haya propaganda nazi esparciéndose por el universo”, dijo Claire Boucher, de 32 años, la cantante, compositora y productora conocida como Grimes. “Eso es una locura”.

Citó experimentos de inteligencia artificial en los que e bots de aprendizaje automático entrenados con el contenido de Twitter comenzaron a expresar odio en cuestión de días. La cantante cree que eso es una advertencia acerca de lo que podría depararnos el futuro.

“En cuanto la inteligencia artificial comienza a participar, nosotros nos volvemos responsables de ser mejores humanos, porque en 10.000 años la humanidad podría haber desaparecido”, comentó. “Esta podría ser la única conciencia del universo. Por eso quizá sea muy importante cuidar lo que incluimos en ella”.

Hablar con la artista, que ahora se hace llamar ‘c’ (una referencia a la velocidad de la luz), se siente un poco como beber de un hidrante de profecías de ciencia ficción. Se expresa con ráfagas veloces de comentarios acerca del destino de la humanidad, y su mente va más allá de los confines del tiempo y el espacio.

“A ver, espera”, dijo, tras varios minutos de teorizar acerca de un Joseph Goebbels poshumano del espacio que propaga el fascismo más allá de la nube de Oort. “Creo que estoy empezando a hablar de cosas que no debería”.

¿Acaso sabe algo que nosotros no?

“Creo que me estoy yendo por un sendero muy oscuro. Me parece que la inteligencia artificial es grandiosa. Simplemente pienso que, en términos creativos, puede remplazar a los seres humanos. Por eso, en algún momento, como especie querremos tener un diálogo acerca de cuán involucrada estará la inteligencia artificial en el arte”, opinó.

“¿Queremos quedarnos sentados y solo ver arte creado con inteligencia artificial todo el día? No lo sé. No sé si sea algo bueno o malo. Esa pregunta abrió muchas puertas. Ya voy a dejar de hablar”.

Más allá de las preocupaciones, por ahora su respuesta acerca de si los humanos deben interactuar con arte creado mediante inteligencia artificial es afirmativa. Habló con The New York Times por Zoom junto con el equipo responsable de Endel, una aplicación que dice que usa inteligencia artificial para generar paisajes sonoros siempre cambiantes que se adaptan a distintos estados de ánimo. Ha recibido financiamiento de compañías como True Ventures, una firma de inversiones que también financió la colaboración con Grimes.

Endel fue fundada en 2018 por un equipo de seis personas, y ahora ya cuenta con 30 programadores, músicos, artistas y diseñadores; anteriormente hicieron una aplicación de dibujo para niños llamada Bubl. Los usuarios de Endel pagan una suscripción mensual para acceder a una variedad de paisajes sonoros en la aplicación que, según un manifiesto en su sitio web, proporcionan una “función corporal asistida por la tecnología” para ayudar a las personas a hacer frente a un mundo en el que “la sobrecarga de información está destruyendo nuestra psique”.

“Esta es una tecnología que te ayuda a concentrarte, relajarte y dormir”, dijo Oleg Stavitsky, director ejecutivo de la compañía. “Crea un entorno sonoro en tiempo real en el lugar, en el dispositivo, personalizado para ti, basado en muchísima información. El algoritmo que hemos creado analiza la hora del día, el clima, el ritmo cardiaco, el movimiento, e integra todo. Genera un paisaje sonoro personalizado para ti en tiempo real”.

Grimes, quien ya había estado usando la aplicación para dormir mejor, contribuyó con una relajante banda sonora ambiental que Endel llama “AI Lullaby” (canción de cuna de inteligencia artificial), que estará disponible en la aplicación durante las próximas ocho semanas.

Grimes dijo que también se inspiró para trabajar con Endel debido a su búsqueda de “una mejor situación de sueño” para su hijo de 5 meses, X Æ A-XII Musk, a quien ella llama “X” (el padre es su novio, Elon Musk).

“Cuando tienes un bebé, siempre estás usando máquinas de ruido blanco”, dijo. “Es mucho más fácil hacer que se duerman si los entrenas con algún tipo de audio. Por eso pensé, ¿podría volverlo más artístico?”.

X incluso ayudó a Grimes con la música que produjo para Endel; usó a su bebé como audiencia. “En la primera versión, había demasiadas campanas agudas, y eso lo hizo llorar y provocó y un caos general”, dijo. Mientras modificaba la mezcla, “X sonreía más, y yo me guiaba por eso”.

La música que Grimes creó estaba hecha de “stems” —bloques de construcción sónicos— que también alimentaron el algoritmo de la aplicación. Durante el proceso de creación, ella enviaba “stems”, el equipo de Endel le daba sus opiniones, y luego ella enviaba nuevos lotes. Al final, los programadores, diseñadores de sonido y algoritmos de Endel convirtieron sus contribuciones en una banda sonora que cambia de manera constante.

El resultado final es un paisaje sonoro relajante y brillante, con fragmentos de la voz digitalmente modificada de Grimes esparcidos por todas partes.

“Básicamente, hice referencia a la música ambiental que he escuchado y luego intenté hacerla más bonita”, dijo. “Es un poco más brillante, un poco más agradable”.

Grimes cree que es posible contrastar la evolución como ha ocurrido hasta ahora en la Tierra —“ha sido como una especie de supervivencia del más apto”— y las maneras en que funciona el aprendizaje automático de la inteligencia artificial que, según ella, está más cerca del diseño inteligente: la teoría de que el universo o la vida misma no pudieron haber sido creados por casualidad, sino que deben haber sido moldeados, al menos en parte, por una fuerza creativa o espiritual.

El potencial real de la inteligencia artificial es un tema muy debatido entre los académicos, algunos de los cuales piensan que nunca logrará el tipo de habilidades en las que se basan los sueños distópicos de la ciencia ficción. Pero Grimes no está de acuerdo.

“La inteligencia artificial no podrá imitar el espíritu humano o lo que sea”, eso es lo que la gente me sigue diciendo, y yo digo: “No lo sé. Nosotros podemos charlar por video a través de pequeños cubos negros, a través del espacio y el tiempo. Y en cuanto a la tecnología, no creo que haya un límite real. Si vemos el ejemplo de Twitter y todo eso, concluimos que la inteligencia artificial puede hacer que la gente demuestre sus emociones”.

This article originally appeared in The New York Times.

© 2020 The New York Times Company