Frankfurt, mucho más que un aeropuerto

Bajo su fama de urbe financiera y de negocios, además de principal aeropuerto de entrada Alemania, la ciudad centroeuropea ofrece al visitante una combinación de propuestas culturales y actividades relacionadas con sus parques y zonas verdes que sorprende a quien la visita por primera vez. La ciudad más poblada del estado de Hesse cuenta con 45 parques de gran tamaño y 70 kilómetros de bosques. Sus habitantes y visitantes nunca están a menos de 300 metros de una zona verde.

Plaza Römerberg, epicentro del casco histórico de Frankfurt. Fue destruida en la II Gierra Mundial, y la actual es una reconstrucción de los años 90.
Plaza Römerberg, epicentro del casco histórico de Frankfurt. Fue destruida en la II Gierra Mundial, y la actual es una reconstrucción de los años 90.

Su ubicación a medio camino entre Berlín y Londres, en una posición geográfica por la que pasaban también las rutas comerciales entre el sur y el norte de Europa, ha sido clave para la historia de una de las ciudades más prósperas de Europa. En la actualidad, su aeropuerto se han convertido en la puerta de Europa para el viajero americano y punto de partida a otros destinos de Alemania, Suiza, Francia o Países Bajos gracias a sus conexiones por tren y autobús. La quinta ciudad más poblada de Alemania se ha ido reinventado constantemente para adaptarse a los tiempos y apuesta por la sostenibilidad y un turismo sostenible y cultural.

Skyline de Frankfurt desde un crucero en el río Meno.
Skyline de Frankfurt desde un crucero en el río Meno.

Cultura alrededor de la muralla verde

Una leyenda atribuye a Carlos Magno su fundación. Otro de los grandes de la historia europea, Napoleón, también llegó a la ciudad para ocuparla y de paso derribar sus murallas medievales para facilitar su ampliación, y probablemente también para dejarla desprotegida. En el lugar de las antiguas fortificaciones y, adelantándose a los tiempos, Frankfurt creó un primer cinturón verde de jardines y parques para disfrute de sus habitantes y visitantes.

Y es dentro de este primer cinturón verde donde se concentran una gran parte de los puntos de interés de la metrópoli como la casa natal de Goethe, el “cervantes” de la lengua alemana, visita imprescindible para los amantes de la literatura. Recientemente se abrió en esa misma calle, Großer Hirschgraben, el Museo del romanticismo, corriente del que el afamado escritor alemán es uno de sus máximos exponentes.

Museo Stadel, el principal de Frankfurt, con una gran colección de pinturas alemanas y europeas desde la edad media a la actualidad.
Museo Stadel, el principal de Frankfurt, con una gran colección de pinturas alemanas y europeas desde la edad media a la actualidad.

No muy lejos, ya que en realidad todo está muy cerca en esta ciudad que es el paraíso de los peatones, se levanta la mal llamada catedral imperial de San Bartolomé. Aunque no es realmente una catedral al no contar la ciudad con un obispo, su importancia deriva de haber sido el lugar de coronación de los máximos gobernantes del imperio sacro y alemán.

Plaza Romerberg, en la original los nazis realizaron quemas de libros.
Plaza Romerberg, en la original los nazis realizaron quemas de libros.

A pocos pasos el MMK, o Museo de arte moderno, reúne en su colección de varios miles de obras incluyen obras de Roy Lichtenstein y Andy Warhol mientras que el Museo de la historia de Frankfurt hace un recorrido de forma amena por los 15 siglos de historia del burgo. La Casa de la balanza dorada, un edificio histórico de 1618 que se reconstruyó hace menos de una década, y que se puede visitar en tours guiados, es uno de los atractivos más populares de esta institución cultural.

El Museo Arqueológico o el Museo Judío son otras dos opciones interesantes para profundizar en la historia y cultura de esta ciudad germana que ha sido cuna de la familia de banqueros Rothschild, del literato Goethe o los pensadores de la influyente Escuela de Frankfurt en tiempos modernos.

Calles del barrio de Sachsenhausen, conocida por su animación nocturna y las sidrería, bebida típica de la ciudad.
Calles del barrio de Sachsenhausen, conocida por su animación nocturna y las sidrería, bebida típica de la ciudad.

Pero no todo el arte se concentrar en museos. Frankfurt cuenta con una gran tradición musical que se puede disfrutar en la Ópera moderna de la ciudad, con una oferta muy amplia y con precios atractivos si se compran las entradas con tiempo, y en la Alte Oper, la antigua ópera reconstruida tras las II Guerra Mundial por donantes privados, que alberga espectáculos musicales de todos los géneros. La Catedral y la Iglesia de Santa Catalina suelen convertirse también de forma frecuente en escenario de conciertos de música clásica.

Vista de la sede Banco Central Europeo desde un crucero por el río Meno que atraviesa la ciudad.
Vista de la sede Banco Central Europeo desde un crucero por el río Meno que atraviesa la ciudad.

El nuevo “casco histórico” de la ciudad tiene su epicentro en la plaza de Römerberg. Destruida por los bombardeos aliados al final de la II Guerra Mundial, su reconstrucción no se terminó hasta 1985. Este espacio, presidido por una estatua que representa a la justicia, fue testigo de quema de libros por parte de los nazis. Hoy se ha convertido en el kilómetro cero para cualquier recorrido iniciático, además de lugar obligado para conocer cómo lucía la ciudad en la que se eligieron, y coronaron, durante siglos a los emperadores alemanes. También se encuentra aquí la oficina turística de la ciudad donde el viajero puede encontrar la información completa de la agenda cultural de la Frankfurt.

Uno de los edificios levantados en la posguerra que sí ha sobrevivido tanto a la construcción de los modernos edificios de oficina, como a la reconstrucción historicista del parte del centro de la ciudad, es el Kleinmarkthalle. Este tradicional mercado se mezclan puestos de venta tanto de productos como salchichas, sidras y vinos locales o también otros productos selectos de los cinco continentes. Los fines de semana se ha convertido en el mejor lugar para socializar, comer y beber mezclándose con los francforteses a partir del mediodía.

El nuevo cinturón verde

Dos siglos después de la transformación de sus murallas histórica por un cinturón verde, Frankfurt está terminando su nuevo gran proyecto en sostenibilidad para el nuevo siglo. El GrunGurtel, o “cinturón verde” en alemán, rodea la ciudad con una franja de 70 kilómetros de parques, bosques, ríos y caminos que se puede recorrer caminando o en bicicleta. El proyecto, uno de los primeros en su género, arrancó a finales del siglo XX, ofrece muchas posibilidades de ocio al aire libre para familias y viajeros.

Una forma de contemplarlo es desde el observatorio de la MainTower, un rascacielos de 200 metros de altura ubicado en el barrio financiero de la ciudad. Abierto a los visitantes, es una visita muy recomendada para disfrutar de la mejor panorámica de la ciudad y sus alrededores.

Desde su mirador puede verse el recorrido del río Meno que pasa por la ciudad y por el que navegan los barcos turísticos. Varias compañías ofrecen visitas guiadas desde el agua, una forma cómoda y sostenible de ver los principales atractivos de la ciudad como el Banco Central Europeo, la ciudad vieja o Museo Staedel, el principal museo de la ciudad.

Esta pinacoteca cuenta con una amplia colección que abarca desde los maestros clásicos de los siglos XIV al XVIII hasta la pintura moderna incluyendo obras contemporáneas de relevancia en su reciente ampliación. Botticelli, Rembrandt, Monet, Pablo Picasso o Francis Bacon son solo algunos de los artistas presenten en sus galerías.

Es el más importante, pero no el único de la ciudad, que cuenta con 40 museos muchos de ellos ubicados sobre la orilla sur del río Meno. También en esta ribera se localiza el barrio de Sachsenhausen, donde se encuentran gran parte de los “sidrerías” de Frankfurt en algunas de las casas típicas que sobrevivieron a la guerra europea. Los viernes y sábados por la noche, los restaurantes tradicionales del barrio se convierten en lugar de encuentro de lugareños y visitantes para disfrutar de la sidra o apfelwein, en la bebida típica de la ciudad.

“La vida pertenece a los vivos, y el que vive debe estar preparado para los cambios” es una conocida frase de Johann Wolfgan Von Goethe, el vecino más ilustre de la metrópoli alemana. Parece que en su ciudad natal siguen el dictado con éxito, y una Frankfurt más viva que nunca continúa cambiando, estos tiempos para adaptarse a un futuro más sostenible sin perder su relevancia en el continente.

Alrededores con encanto

Wiesbaden. Situada a 40 kilómetros de Frankfurt, la capital del estado de Hesse y una de las ciudades más ricas de Alemania. Es famosa por sus spas y aguas termales, su casco histórico y su actividad cultural. Las dos ciudades tienen amplias conexiones por tren. Los viajeros en buena forma física, en especial en verano, pueden recorrer la distancia entre Frankfurt y Wiesbaden en bicicleta gracias a la amplia red de carriles bici.

Maguncia. Se encuentra frente a Wiesbaden y es conocida por su casco antiguo, con casas de entramado de madera y plazas de mercado medievales. En el centro está Marktbrunnen, una fuente renacentista con columnas rojas. El Museo Gutenberg rinde homenaje al inventor, que nació aquí, de la imprenta con exposiciones y cuenta con dos de sus biblias originales.

Hoteles y transporte sostenibles

Alemania es uno de los países del mundo donde el turismo sostenible ha tenido un mayor desarrollo. Más de 100 hoteles de la Frankfurt cuentan con algún certificado de sostenibilidad que reflejan su compromiso en aspectos como el ahorro de agua y energía, la reducción del uso de plásticos o el consumo de productos locales. Existen varios sellos de calidad que miden la sostenibilidad de los establecimientos hoteleros como Greensign, GreenKey, GreenGlobe y otras muchas. Además, los principales portales de reservas como Google Travel, Booking y otros ya ofrecen esta información en los resultados de búsqueda permitiendo al viajero seleccionar alejamientos respetuosos con el medio ambiente. Una búsqueda en estas plataformas de reservas permite constatar que sostenible no es igual a caro. En el caso de Frankfurt hay muchas opciones de alojamientos eco-responsables por menos de 100 euros la noche en habitación doble.

La mayor ciudad de Hesse, el Lander alemán en el que se encuentra Frankfurt, es un paraíso para los peatones. La ciudad es accesible y paseable a pie, aunque para destinos algo más apartados cuenta con una amplia red de tranvías, metro y cercanías. La tarjeta Frankfurt Card incluye todo el transporte público por 17 euros en su modalidad de dos días para una persona. Los viajeros en grupo de hasta 5 personas pueden una tarjeta grupal que cuesta 34 euros para dos días (sale a 3,5 euros al día por persona) e incluye el tren al aeropuerto y descuentos en las entradas de museos ya atracciones turísticas.

Diez visitas en Frankfurt

  1. Main Tower. Vistas de altura. www.maintower.de/en/

  2. Museo Staedel. El mayor museo de la ciudad www.staedelmuseum.de

  3. Paseo por el casco histórico, plaza www.frankfurt-tourismus.de

  4. Compras y gastronomía en Kleinmarket https://kleinmarkthalle.de/

  5. Paseo por el río en barco www.primus-linie.de

  6. Barrio de las sidrerías Sachsenhausen.

  7. Pasear en bici por los cinturones verdes y las orillas del río. La App Call a Bike de DB (la RENFE alemana) permite utilizar las bicicletas desde 9 euros al día.

  8. Música Clásica en las dos Óperas de la ciudad y las iglesias. oper-frankfurt.de, www.dom-frankfurt.de, www.dom-frankfurt.de

  9. Goethe y el romanticismo. http://frankfurter-goethe-haus.de/en/

  10. PalmenGarten y Jardin Chino. En torno y cerca de la muralla verde la ciudad cuenta con una gran variedad de jardines Gardens | Stadt Frankfurt am Main