Francia contra España: el plato fuerte por el oro del fútbol en París

Con dos goles en la prórroga, la anfitriona Francia venció 3-1 a Egipto este lunes en Lyon y se clasificó para la final del fútbol masculino de los Juegos Olímpicos de París-2024, en la que enfrentará a España.

Autor del gol en la victoria 1-0 contra Argentina en cuartos de final, el espigado delantero Jean-Philippe Mateta comandó la remontada local con un derechazo a los 83 minutos y un cabezazo en el tiempo extra (99). Michael Olise en el 108 amplió la cuenta para Francia.

Los Faraones, dirigidos por el brasileño Rogério Micale, campeón con Brasil en Rio de Janeiro-2016, se fueron adelante con un tanto de lateral derecho Mahmoud Saber a los 62 minutos y jugaron con uno menos desde el comienzo de la prórroga, cuando el central Omar Fayed (92) fue expulsado.

Los Bleus, comandados por el mítico Thierry Henry, lucharán por el oro contra España el viernes en el Parque de los Príncipes, hogar del PSG en París.

Pelearán por el primer puesto por primera vez en cuarenta años, desde que en Los Ángeles-1984 conquistaron su único metal dorado.

Susto en Lyon

En un choque muy parejo, los egipcios se fueron adelante a falta de media hora con una anotación de Saber, quien recibió un pase del mediocampista Mohamed Shehata en el área.

En un primer momento perdió el balón, pero lo recuperó pronto, eludió a dos rivales y fusiló al portero Guillaume Restes.

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El ruido del sacudón de la malla expuso el silencio sepulcral que se apoderó momentáneamente del estadio de Lyon, tomado por una marea azul, blanca y roja de los anfitriones.

Con el tiempo en contra, los Bleus de Henry intentaron adelantar líneas y herir a los egipcios con su peligroso trío ofensivo, conformado por el capitán Alexandre Lacazette, Michael Olise y Jean-Philippe Mateta.

Sin el suspendido volante Enzo Millot, tuvieron aproximaciones sobre la puerta custodiada por Hamza Alaa, pero echaron en falta un poco de calma para definir o dar el pase decisivo.

En sus andanzas por llevar el juego a la prórroga, descuidaron la retaguardia frente a unos africanos que tienen facilidades para contragolpear, en especial con la velocidad y eficacia del ‘10’, Ibrahim Adel, autor de tres de los cinco goles de su país.

Mateta al rescate

Pero encontraron una bombona de oxígeno en los pies del espigado atacante del Crystal Palace, que ya había guiado la clasificación a semifinales y ha sido un rostro destacado ante las ausencias de Mbappé y Griezmann.

Olise, flamante incorporación del Bayern Munich, cabalgó desde su propio terreno, esquivó a dos adversarios y cedió el pase a Mateta antes de que un tercero le cerrara el camino.

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El pase llegó limpio al punto blanco del penal, donde el atacante disparó fuerte ante la salida de Alaa y anotó su tercera diana en el certamen.

La paridad no contentó a los galos, que siguieron intentando definir el clasificado en el tiempo regular.

El paso a la prórroga tuvo un alto en el camino (90+10) por causa de un posible penal cometido por Fayed, tras un cabezazo del central Loic Bade que impactó en su mano.

Tras acudir al VAR, el juez hondureño Said Martínez desestimó cualquier infracción, dando paso a la prórroga.

Sin ganas de penales, Mateta embocó un cabezazo y Olise anotó el tercer tanto para meter a Francia en la final.

España remonta

A pesar de tener al estadio de Marsella en contra, España vino de atrás y derrotó 2-1 a Marruecos el lunes y avanzó a su cuarta final olímpica en el fútbol masculino, la segunda consecutiva tras perder el oro con Brasil en Tokio-2020.

Los ibéricos dieron vuelta gracias a un zurdazo de su gran figura, Fermín López (66), y a un derechazo seco del revulsivo Juanlu Sánchez en la recta final (85). Se fueron en desventaja por un tanto de penal del artillero del torneo, Soufiane Rahimi, al minuto 36.

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“La verdad que se nos puso el partido complicado, ellos también apretaban mucho con su afición. Ha sido un partido bonito y creo que nos merecíamos la victoria”, dijo López en zona mixta.

La victoria mantiene vivo el sueño de La Roja de firmar su segundo gran título en menos de un mes, tras ganar la Eurocopa de Alemania a mediados de julio con la selección mayor.

Y a la vez deja en suspense la chance de Los Leones del Atlas, protagonistas del fútbol desde su histórico cuarto puesto en el Mundial de Catar-2022, de conseguir su primera presea olímpica en fútbol y abrir su medallero en París-2024.

Como en casa

La hinchada marroquí, que ocupó prácticamente la totalidad de los 67,000 asientos del nuevo Velódromo, en Marsella, le hizo sentir a la España de Santi Denia que no estaba en casa.

Abucheó a los jugadores ibéricos cada vez que tocaron el balón y silbó su himno, mientras que daba muestras de amor para el capitán Achraf Hakimi y acompañaban sus cánticos con tambores y bengalas rojas.

En el césped, un poco maltratado, los Leones del Atlas exhibieron su intensidad asfixiante en el arranque del primer tiempo, interrumpido durante seis minutos por una sustitución inusual.

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El juez central uzbeco Ilgiz Tantashev debió ser reemplazado por el sueco Glenn Nyberg (18) luego de lesionarse en un tropezón con el zaguero ibérico Marc Pubill.

La pausa fue funcional para que los europeos recuperaran aire y bajara la temperatura, alta por el sol candente y el ambiente festivo en la ciudad portuaria, en cuyas calles pulularon pabellones y casacas escarlatas y blancas de Marruecos.

Pero a los pocos los africanos, que en cuartos golearon 4-0 a Estados Unidos, recobraron fuerzas hasta provocar un penal, en una patada del volante Pablo Barrios sobre el mediocampista Amir Richardson.

Tras acudir al VAR, Nyberg decretó la falta y Rahimi marcó con derecha su sexto tanto en la competición.

Un nuevo aire

Apostando a la buena media distancia de Alex Baena y López, los subcampeones de la Eurocopa sub-23 del año pasado se despertaron para la segunda parte.

Sufrían para hallar la solvencia que tuvieron frente a los japoneses (3-0) en la ronda anterior, y por momentos lucieron más cercanos al equipo de altibajos que pinchó contra Egipto (2-1) en la fase de grupos.

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Pero López acudió de nuevo al rescate al adueñarse de una pelota que se le fue larga al lateral Zakaria El Ouahdi dentro del área para marcar, de zurda, la paridad con un tiro rastrero.

El cuarto tanto de la promesa del FC Barcelona envalentonó a los “visitantes”, de juego más fluido en la recta final, en la que hubo un par de invasiones de hinchas al campo.

De sus pies se originó la diana de la remontada, al permitir con un pase que Juanlu quebrara el arco de Munir El Kajou con un tiro cruzado que silenció el estadio.