Tras el fracaso de la temporada, los Dolphins pudieran tener un problema menos por resolver

La situación de los Dolphins es todo menos tranquila, pese a que el propietario del equipo Stephen Ross ratificó en sus puestos tanto al gerente general Chris Grier como al entrenador Mike McDaniel.

“Ahora que miramos hacia 2025, nuestra operación seguirá siendo liderada por Chris Grier y Mike McDaniel con mi total apoyo. Su relación de trabajo positiva es un activo para los Dolphins, y creo en el valor de la estabilidad”, declaró Ross en un comunicado tras la derrota.

“Sin embargo, la continuidad en el liderazgo no debe confundirse con la aceptación de que el status quo [la situación actual] es lo suficientemente bueno. Analizaremos detenidamente dónde hemos fallado y haremos los cambios necesarios para cumplir con nuestro objetivo final de construir y sostener un equipo ganador que compita por campeonatos”.

La derrota del equipo de Miami del pasado domingo 5 de enero ante los Jets de Nueva York fue mucho más que un simple juego perdido, sin importar que el triunfo no le hubiese servido de nada para alcanzar los playoffs tras la victoria de los Broncos de Denver ante los entregados Chiefs de Kansas City.

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La cuestión es que con la derrota los Dolphins terminaron con marca de 8-9 y pusieron fin a una racha de cuatro temporadas ganadoras consecutivas, para demostrar que este equipo no está hecho para brillar en la NFL

Después de apariciones consecutivas en postemporada los dos años anteriores, el club sudfloridano no participará en esta instancia, lo cual es frustrante y los aficionados han señalado a Grier como el principal responsable de la debacle en esta campaña, donde sin dudas hubo un retroceso.

Y tienen razón, aunque el gerente general ha hecho un notable esfuerzo por reforzar la plantilla, se ha quedado corto después de que salieran algunos jugadores que no debieron irse y llegaran otros que no debieron hacerlo.

Su principal pecado ha sido no haber tenido un buen suplente para el quarterback Tua Tagovailoa, conociendo su historial de lesiones.

Luego está la debilidad de muchos de sus hombres, principalmente en la línea ofensiva.

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Tua sufrió una conmoción cerebral en la semana dos y ahí mismo los Dolphins dijeron adiós a la postemporada.

Ni Skylar Thompson, ni Tim Boyle, ni Mike White, ni Tyler Huntley dieron la talla y pareciera que no están capacitados para jugar en la NFL.

Con Tagovailoa en su recuperación, Miami jugó sin un quarterback de nivel medio (1-3), pero igual el equipo mostró que no estaba capacitado para ganarle a los clubes grandes, mucho menos fuera de casa, mucho menos si hace frío.

Y todo esto apunta a McDaniel, que discursos aparte, no supo guiar al éxito a la nave de Miami y ha perdido el sello de buen entrenador.

Sobre todo se ve señalado por el pésimo trabajo de sus entrenadores ofensivos comenzando por su coordinador Frank Smith, quien no supo gestionar los recursos y mucho menos hacer las jugadas correctas en los momentos oportunos.

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Todo lo contrario del coordinador defensivo Anthony Weaver, quien ha hecho un excelente trabajo colocando a los Dolphins en un cuarto puesto de la NFL en menos yardas permitidas y entre los 10 primeros en los puntos recibidos.

Ahora el alto mando de Miami, en vez de preparar los playoffs, tiene trabajo extra para formar un equipo realmente competitivo la próxima temporada donde además de traer un buen quarterback suplente deberá convencer a Tyreek Hill para que se quede, pues un estelar wide receiver como él no se encuentra en ningún lado.

Hill tiene razón en estar descontento y por ello dijo en caliente: “Estoy abriendo la puerta. Me voy, hermano”, y McDaniel tiene mucho que ver con eso.

La buena noticia es que en la reunión que el jugador sostuvo con Grier y el entrenador no solicitó un cambio.

“Tuvimos conversaciones productivas y nunca me pidió un intercambio”, afirmó McDaniel.