Lujo, delirio y lluvia en el Carnaval de Rio

La lluvia torrencial no detuvo el ritmo de la batería, la samba de esculturales bailarinas semidesnudas ni el desfile de un mar de gente con suntuosos disfraces: en medio de rayos y truenos comenzaron este domingo los desfiles del sambódromo de Rio, apoteosis del Carnaval más famoso del mundo.

Es el momento que millones de brasileños esperaron todo el año para poder olvidar los problemas económicos, la sequía en el sureste y el escándalo de corrupción en Petrobras.

De forma simultánea, en las calles, más de cuatro millones de cariocas y 977.000 turistas festejan en numerosos carnavales callejeros marcados por la cerveza, la samba y el sentimiento de que todo está permitido.

Hay vaqueros de chaleco y botas rosadas, hombres de piernas velludas vestidos de Blancanieves y jóvenes disfrazados de bebés, con solo un gran pañal y un inmenso chupete en el que cargan cerveza. Hay negras disfrazadas de geishas y hasta un Jesús en tanga. Con información de AFP y EFE