El poder de la compasión
Esta semana asistí a una serie de conferencias sobre arte, memoria y derechos humanos. Me di cuenta que había una cualidad compartida entre los particpantes, algo que aparecía de manera persistente. Nadie lo nombraba pero estaba ahí, tal vez porque todos la tenemos en la base de nuestro trabajo diario y la damos por sentada. Me refiero a la compasión. A a veces, es lo único que hace falta para evitar que dos personas se hagan daño, que dos comunidades se instalen en el conflicto o que los países se decidan a trabajar por la paz. - Texto: Luza Alvarado | Pasionaria