15 fotos poco conocidas tomadas durante la construcción de la Torre Eiffel hace más de 130 años

En 1889, coincidiendo con el centenario de la Revolución Francesa, París iba a celebrar su Exposición Universal y desde años antes planeó construir una gran torre que se convirtiera en símbolo del evento y mostrara al mundo su poder y las habilidades industriales de Francia. El concurso para realizar la obra lo ganó el ingeniero Gustave Eiffel, que recibió una subvención de 1,5 millones de francos.

Aquella cantidad solo era el 25% del coste total del proyecto, por lo que Eiffel creó una sociedad anónima con un capital de cinco millones de francos aportado por tres bancos y parte de su propio bolsillo. El gasto final se elevó casi 2 millones más, aunque ese no fue el único quebradero de cabeza que provocó la obra.

Los ingenieros Maurice Koechlin y Émile Nouguier, que trabajaban para Eiffel, diseñaron la torre, aunque el arquitecto Stephen Sauvestre le dio su aspecto definitivo añadiendo varios arcos y elementos decorativos. Aquella estructura era muy diferente e innovadora para la época, por lo que su construcción no resultaría nada sencilla.

Las obras se iniciaron el 28 de enero de 1887 y se alargaron por dos años, dos meses y cinco días hasta su finalización el 31 de marzo de 1889. Se trató de un logro técnico con cada elemento diseñado, fabricado y colocado con la máxima precisión. Los materiales utilizados fueron acero, hormigón y especialmente hierro, cuyo precio era asequible en la época ya que se producía en grandes cantidades.

Tras su inauguración, la parte inferior de la Torre de los 300 Metros, como se llamó en un principio (posteriormente su altura se alargaría hasta los 324 metros con la colocación de su antena), se convirtió en la puerta de entrada a la Exposición Universal y su aspecto generó mucha controversia al ser considerada un monstruo de hierro.

Pese a las críticas y a que, en un principio, solo estaba previsto que se mantuviera 20 años en pie, la Torre Eiffel, nombre que recibió posteriormente, acabó convirtiéndose en un símbolo de París y de toda Francia.