Fort Worth tiene un nuevo hotel de lujo en el que ni siquiera los ricos pueden registrarse

Texas acaba de estrenar un nuevo y lujoso hotel, pero por mucho dinero que estés dispuesto a gastarte, no podrás alojarte en él.

American Airlines inauguró en enero su complejo hotelero Skyview 6, valorado en $250 millones, al norte de Texas, en Fort-Worth. Con más de 550,000 pies cuadrados, este hotel de 600 habitaciones es exclusivo para los miembros del equipo de American Airlines.

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Pilotos, auxiliares de vuelo y otros trabajadores de primera línea usarán el hotel cuando visiten la sede central de American en Fort Worth para capacitación y reuniones de negocios. Crescent Real Estate Holdings, que también está detrás de proyectos de hoteles de lujo en el centro de Dallas y Fort Worth, dirigió el desarrollo.

El complejo se diseñó para que los empleados de la aerolínea se sintieran acogidos y valorados, dijeron representantes de la empresa.

Un hotel en el que no te podrás alojar

El hotel, antigua sede del American Airlines Stewardess College, está decorado con odas al pasado, como un medallón que colgaba en el edificio original y ventiladores de techo inspirados en la aviación y fabricados con piezas de aviones de American Airlines.

Holly Ragan, quien dirigió el diseño y la construcción del proyecto, dijo que hay ejemplos de arte moderno e iconos tradicionales por todas partes. Ragan dijo que la nueva instalación es la culminación de una iniciativa de varios años para ser el corazón del campus.

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“La posibilidad de reunir a tanta gente de todo el mundo es genial, porque nuestros auxiliares de vuelo y nuestros pilotos en particular llevan 20 años trabajando con nosotros, y es estupendo tener un lugar donde puedan reunirse y relacionarse”, dijo Ragan.

Con guiños a la aviación, cada piso del hotel lleva el nombre de un destino turístico. Las habitaciones difieren ligeramente de las de los hoteles de lujo tradicionales. Los taburetes están decorados con el cinturón de seguridad de un avión. Los escritorios tienen tableros con tachuelas para colgar mapas y diagramas de aviones. Sobre las camas cuelgan retratos de aviones y aerolíneas enmarcados.

Cada habitación está equipada con cortinas black-out para los pilotos que han estado trabajando durante la noche y necesitan dormir durante el día.

El complejo cuenta con varias opciones gastronómicas, como una cafetería, un bar de café y vinos, un mercado de comida para llevar y un bar nocturno donde los empleados pueden reunirse para cenar y tomar algo. El hotel está a unos 10 minutos a pie de los cursos de capacitación de pilotos y auxiliares de vuelo.

Hay un gimnasio de 73,500 pies cuadrados con clases colectivas una alberca al aire libre, y un salón de 10,000 pies cuadrados para reuniones de la empresa.

Los arquitectos del proyecto fueron Gensler, HKS, Pelli Clarke & Partners y The Office of James Burnett. El contratista general fue The Beck Group.