La forma en la que ha vuelto Juan Carlos I muestra lo que está mal con el retorno

El rey emérito ya está en España. Juan Carlos I aterrizó este 19 de mayo en Vigo procedente de Abu Dabi, tras su marcha hace dos años del país debido a las investigaciones judiciales a las que tuvo que enfrentarse por varios supuestos delitos de corrupción.

Su primer destino es Sanxenxo, donde va a pasar el fin de semana en compañía de amigos asistiendo a las regatas. El lunes se reunirá con Felipe VI antes de volver a Emiratos Árabes Unidos, país en el que actualmente tiene su residencia.

Juan Carlos I a su llegada a España. (REUTERS/Pedro Nunes)
Juan Carlos I a su llegada a España. (REUTERS/Pedro Nunes)

Y precisamente la forma en la que se ha organizado el viaje ya ha levantado muchas ampollas. En primer lugar, porque el emérito apareció en un vuelo privado en el aeropuerto de Vigo. Tal y como señala El Mundo, se trata de una aeronave matriculada en Aruba, con capacidad para 13 personas en el interior y con 3 estancias distintas. El vuelo estaba operado por Bestfly, una compañía aérea angoleña.

Desde luego, esta aparición ostentosa, ya que se estima que el trayecto ha costado 100.000 euros, tras dos años de ausencia no es la mejor carta de presentación en el retorno. Como tampoco lo ha sido el motivo principal del viaje.

La sociedad entendería perfectamente que la vuelta fuera para ver a su familia, después de tanto tiempo fuera y con una pandemia de coronavirus entre medias. Sin embargo, el monarca ha elegido estar con amigos y disfrutando de las regatas. Una decisión que en ese contexto no se comprende mucho. Cabe señalar que su hija, la infanta Elena, sí que le esperaba en la localidad gallega, pero no había ningún miembro más de la Casa Real.

El avión privado que ha traído a Juan Carlos I a España. (Photo by BRAIS LORENZO/AFP via Getty Images)
El avión privado que ha traído a Juan Carlos I a España. (Photo by BRAIS LORENZO/AFP via Getty Images)

Y es que el encuentro con Felipe VI no se va a producir hasta el 23 de mayo, cuando Juan Carlos I ya lleve más de tres días en el país. Una señal clara de que la sintonía entre ambos no pasa por su mejor momento.

Pero además, hay que recordar que el emérito se marchó sin dar ningún tipo de explicación ni declaración (incluso durante varios días no se supo el país de destino) y vuelve haciendo lo mismo. Resulta sorprendente que tras dos años en Abu Dabi, la primera aparición pública vaya a ser en un acto deportivo, como si nada hubiera pasado en todo este tiempo.

Independientemente de la idoneidad de su vuelta o no, no parecen haberse cuidado mucho los detalles de la misma y con estas actitudes el emérito le hace un flaco favor a una monarquía que en los últimos años Felipe VI está tratando de reflotar, procurando desterrar los vicios del pasado.

Veremos cómo se desarrollan los próximos días, pero desde luego, el primer acto no ha sido precisamente para sacar pecho.

EN VÍDEO I La vida de lujo como influencer de moda en Instagram de Victoria Federica de Marichalar y Borbón

Más historias que te pueden interesar: