Florida tendrá un papel clave en la batalla por el Congreso, aunque las contiendas no sean dramáticas

Las mayorías en el Congreso se ganaban o perdían en la Florida.

Eso podría volver a ocurrir este año, pero con mucho menos dramatismo que el habitual.

A diferencia de las elecciones anteriores, en la Florida solo hay un puñado de contiendas federales competitivas en las elecciones intermedias del próximo mes, y la mayoría de los escaños están sólidamente bajo el control de cualquiera de los partidos. Han desaparecido las expectativas de los resultados al último minuto, el aumento del interés nacional y el gasto de los superPACs que antes marcaban el estado cada dos años.

Incluso la contienda al Senado federal, entre el senador republicano Marco Rubio y el aspirante demócrata Val Demings, no ha generado la habitual participación de los mayores grupos políticos del país.

El resultado es que el estado se ha transformado —por lo menos durante una elección— de un ruidoso campo de batalla a un silencioso bastión republicano, donde es probable que el Partido Republicano extienda su ya amplia mayoría en la delegación de la Cámara estatal y proteja su lugar en el Senado. Su posible éxito se debe en gran medida a un plan de modificación de distritos legislativos impulsado por el gobernador republicano Ron DeSantis a principios de este año, que modificó agresivamente (y, según los críticos, ilegalmente) los distritos electorales de manera que favorecieran a los republicanos.

Incluso los demócratas, aunque no están dispuestos a rendirse a menos de dos semanas del día de las elecciones y de la votación presencial que comenzará el lunes, reconocen que el panorama es sombrío.

“Puede que esta no sea la respuesta correcta para mí políticamente”, dijo Nancy Texeira, asesora principal de un superPAC que ayuda a los candidatos demócratas en la Florida. “Pero el estado del Partido Demócrata en la Florida es probablemente el más bajo que he visto en 20 años”.

Los republicanos en el Senado Federal necesitan ganar solo un escaño para romper el empate en la cámara legislativa y recuperar el control solo dos años después de perderlo ante los demócratas.

Los republicanos de la Cámara federal, mientras tanto, deben ganar un neto de cinco escaños para su primera mayoría desde que perdieron las elecciones intermedias de 2018, y los estrategas nacionales del Partido Republicano dicen que el mapa del Congreso modificado de la Florida podría recorrer un largo camino para lograr eso por sí mismo.

Dinero del Senado

Los demócratas aún sostienen que el partido tiene una oportunidad de sacar las pocas contiendas competitivas del estado, comenzando con la batalla del Senado entre Demings y Rubio. Demings, ex jefa de Policía de Orlando que ganó un escaño en la Cámara de Representantes en 2016, ha impresionado a los demócratas con su experiencia política, la recaudación de fondos y el talento en la campaña.

Pero aunque la aspirante demócrata supera en recaudación al titular Rubio, su contienda aún no ha atraído un elemento esencial de la mayoría de las campañas modernas: el gasto externo de aliados influyentes.

Ninguno de los principales grupos políticos alineados con el Partido Demócrata —incluyendo el Senate Majority PAC o el superPAC asociado con el poderoso grupo EMILY’s List— ha publicado anuncios de televisión para ayudar a Demings. Tampoco lo ha hecho el Comité de Campaña Senatorial Demócrata, el aparato del partido encargado de elegir a los demócratas del Senado.

Según un estratega político que supervisa el gasto en la Florida, los grupos demócratas no han gastado ni un solo dólar en anuncios de televisión o radio desde mayo en apoyo de Demings, a pesar de la dificultad que tienen los candidatos que se postulan por primera vez en un estado tan grande como la Florida.

Grupos como el Senate Majority PAC, vinculado al líder demócrata en el Senado Chuck Schumer han gastado en cambio decenas de millones de dólares en estados percibidos como más favorables al partido, como Pennsylvania Arizona y Carolina del Norte.

Esos lugares, reconocen los demócratas del estado, son simplemente mejores oportunidades para el partido que la Florida, que ha tendido a la derecha en las últimas elecciones. Y en un entorno político difícil, en el que las encuestas muestran que el índice de aprobación del presidente Joe Biden está muy por debajo del 50% y muchos electores indican su preferencia por un Congreso republicano, el estado se convierte en un alcance aún mayor, dicen.

“Este va a ser un ciclo duro”, dijo Steve Schale, veterano estratega demócrata en el estado. “No quiero decir que estemos en un repliegue, pero en cierto modo, estamos tratando de mantener lo que tenemos. Y esto es u caro”.

Lo que los superPACs tendrían que gastar para financiar 10 días de anuncios en el estado, añadió Schale, podría financiar 50 días de anuncios en otros lugares. Para los grupos que ya están repartidos en un mapa del Senado que podría incluir media docena de estados o más, dijo, podrían determinar que su dinero vaya más lejos en otros lugares.

De hecho, Demings ha recaudado más que Rubio en este ciclo electoral hasta septiembre, según los reportes presentados ante la Comisión Electoral Federal, y ha emitido muchos más anuncios que el titular durante el verano.

Pero como candidata a nivel estatal por primera vez, con poco reconocimiento de su nombre fuera de su casa en Orlando, tenía mucho más trabajo que hacer para presentarse a los electores del estado, especialmente en comparación con un senador con dos mandatos con una identificación de nombre casi universal después de su campaña presidencial de 2016. Y los recursos adicionales ofrecidos por grupos externos bien financiados pudieron haberla ayudado a cerrar esa brecha, dicen los estrategas.

Los grupos externos siguieron de cerca la contienda al Senado de la Florida, según tres fuentes conocedoras de su pensamiento, y el interés aumentó en agosto en medio de lo que en ese momento era un clima político mejor para los demócratas. Estaban intrigados por la capacidad de Demings para hacer la contienda competitiva a pesar de la inclinación de la derecha de la Florida y atraídos por la posibilidad de poner a los republicanos a la defensiva en un estado que ya habían dado por sentado.

Pero incluso cuando la recaudación de fondos para candidatos como Demings continuó aumentando en este ciclo electoral, algunos de los mayores contribuyentes financieros del partido han sido más tibios en cuanto a gastar a lo grande, dejando a los superPACs del partido, que tradicionalmente dependen de los grandes donantes, con menos dinero a su disposición.

“Si los multimillonarios demócratas estuvieran participando en este ciclo, tendríamos la Florida reservada para todo octubre”, dijo un estratega demócrata familiarizado con el pensamiento de los grupos externos, al que se le concedió el anonimato para hablar de la estrategia del partido.

Es una gran diferencia con respecto a la última contienda al Senado del estado, en 2018, cuando el entonces senador en funciones Bill Nelson se enfrentó al republicano Rick Scott. Los grupos externos gastaron más de $20 millones apoyando la candidatura de Nelson, según Open Secrets, y más de $35 millones oponiéndose a Scott.

Nelson perdió por poco esa contienda, a pesar de ser un titular y de postularse en un año en el que los demócratas obtuvieron grandes ganancias en la mayoría de los estados y recuperaron la mayoría en la Cámara de Representantes.

Demings, por supuesto, ha recibido al menos algo de ayuda: Schumer transfirió $1 millón a su campaña en septiembre, y un puñado de organizaciones demócratas han comprado recientemente anuncios digitales relativamente baratos para apoyar su candidatura.

Pero esas inversiones no han sido suficientes para que Demings se mantenga a la par de Rubio en las encuestas. En todas las encuestas públicas desde septiembre, el republicano en funciones ha liderado por un margen pequeño pero significativo. El Cook Political Report, un servicio de evaluación política no partidista, cambió la semana pasada la calificación de la contienda de “republicano débil” a “probablemente republicano”, lo que refleja la creciente evidencia de que Rubio es el favorito para ganar la reelección el próximo mes.

Ventaja republicana en la Cámara

Los sondeos nacionales de las últimas semanas se han vuelto más pesimistas para los demócratas, entre los temores del partido de que la preocupación de los electores por la pérdida del derecho al aborto tras la decisión Dobbs de la Corte Suprema esté siendo suplantada por la persistente preocupación por la inflación y el costo de vida.

Un sondeo de la Universidad de Monmouth publicado la semana pasada reveló que 49% de los electores prefiere que los republicanos controlen el Congreso, mientras que 45% dijo preferir a los demócratas. En agosto la encuesta reveló que 43% de los electores prefería a los republicanos, frente al 50% que quería que los demócratas controlaran el Congreso.

Sin embargo, las elecciones a la Cámara de Representantes Federal en la Florida han tendido a favor de los republicanos la mayor parte de este año.

Gracias a las jubilaciones de los demócratas, a los reajustes políticos demográficos y a un entorno político nacional que favorece a los republicano, estos tienen una clara ventaja a medida que se acerca el día de las elecciones y es probable que aumenten su mayoría en la delegación.

El Partido Republicano tiene una ventaja de 16 a nueve en de la delegación, con dos escaños vacantes y un escaño todavía sin llenar después de ser añadido al estado después del Censo de 2020.

Pero podría decirse que el factor más importante para noviembre fue un nuevo conjunto de distritos legislativos aprobados por DeSantis a principios de este año, después que rechazó un plan de modificación de distritos menos agresivo presentado por los legisladores estatales republicanos a favor de uno que presionaba aún más la ventaja del partido.

La consecuencia fue, según las clasificaciones del Cook Political Report, que solo tres de los 28 distritos del estado están clasificados como competitivos, y los tres se consideran probables de ser ganados por un republicano, según Cook.

Si las elecciones se llevan a cabo así, el Partido Republicano pudiera mantener 20 de los 28 escaños de la Cámara estatal.

La capacidad de contar con victorias en la Florida ha ayudado a los republicanos a invertir en otros distritos, dicen los estrategas republicanos.

“Los recursos son finitos”, dijo Matt Gorman, un estratega republicano. “Y por eso, tenerlos guardados, o tenerlos en un lugar más seguro para nosotros les ayuda a dar la batalla en distritos más azules”.

Un grupo de organizaciones, entre ellas la Liga de Mujeres Electoras, y los electores de la Florida están demandando al estado por el plan de redistribución de distritos, alegando que viola una disposición de la Constitución estatal que prohíbe las manipulaciones partidistas y los mapas que reducen injustamente la influencia política de las minorías.