Florida a la cabeza de las ejecuciones en el país tras cambiar las leyes en 2023

La Florida es uno de los cinco estados que aplican regularmente la pena de muerte y en 2023 el estado se destacó por sus esfuerzos para aumentar y ampliar el uso de la pena capital.

Las medidas adoptadas por el estado para reanudar las ejecuciones al cabo de tres años, disminuir los requerimientos para que los jurados recomienden la pena de muerte y ampliar los delitos susceptibles de ser castigados con la pena capital sitúan a la Florida a la vanguardia del tema a escala nacional.

Un reporte reciente de Death Penalty Information Center (DPIC), una organización con sede en Washington D.C. que estudia la pena capital, señala que la Florida es responsable del aumento a escala nacional del número de ejecuciones este año. La Florida ejecutó a seis personas en 2023, solo superado por Texas, que tuvo ocho ejecuciones.

En primavera, los legisladores y el gobernador Ron DeSantis cambiaron las leyes estatales para que los jurados no tengan que ser unánimes para recomendar la pena de muerte: el nuevo mínimo es un voto de 8 a 4.

Los legisladores también aprobaron un proyecto de ley que hace que los delitos de abuso sexual infantil sean elegibles para la pena de muerte, un cambio que contradice los precedentes de la Corte Suprema federal y la Florida. Los fiscales del 5to Circuito Judicial de la Florida presentaron este mes los primeros cargos de este tipo y DeSantis dijo que cuentan con su “pleno apoyo”.

Todo esto ocurre cuando el apoyo a la pena de muerte entre el público ha disminuido, según DPIC.

El renovado impulso a la pena capital hace de la Florida “el estado con la pena de muerte más extrema de la nación”, dijo Maria Deliberato, presidenta ejecutiva de Floridanos por Alternativas a la Pena de Muerte (FADP).

Deliberato dijo que el renovado énfasis de la Florida en la pena capital está probablemente relacionado con “las aspiraciones presidenciales del gobernador”, junto con la reacción al veredicto de 2022 para el agresor responsable de matar a 17 estudiantes y maestros en una escuela secundaria de Parkland. Un jurado en ese caso se dividió 9 a 3 a favor de la pena de muerte, por lo que el agresor recibió una sentencia de cadena perpetua.

Cuando el gobernador firmó el proyecto de ley que reduce el umbral del jurado, Hunter Pollack, el hermano de la estudiante de último año de secundaria asesinada Meadow Pollack, le agradeció a DeSantis por la legislación.

“Si bien no podemos volver atrás y cambiar el pasado, podemos asegurar que ninguna comunidad tenga que soportar la injusticia y el dolor que sufrimos cuando el agresor de Parkland no recibió la pena de muerte”, dijo Pollack a principios de este año en un comunicado.

Cambios en la votación del jurado

La Florida instituyó el requisito del jurado unánime en 2017 basándose en el fallo de la Corte Suprema del estado, pero el tribunal, que se volvió más conservador después que DeSantis nombró nuevos jueces, luego revirtió el curso.

En un discurso en enero a los jefes de Policía de la Florida, DeSantis expresó su decepción por el veredicto de Parkland y sugirió que un voto de ocho para la pena de muerte debería ser el mínimo.

La Legislatura respondió aprobando proyectos de ley que redujeron el umbral.

La nueva ley convierte a la Florida en uno de los dos únicos estados que no exigen un jurado unánime. El único otro, Alabama, exige 10.

El cambio ha creado incertidumbre en los tribunales de la Florida, con fiscales, abogados defensores y jueces tratando de averiguar cómo manejar los casos en curso que se produjeron cuando el requisito era unánime.

Un caso del Condado Volusia estaba en medio de un juicio esta primavera cuando la ley cambió. Los jueces de otros casos en curso han ofrecido diversas opiniones sobre qué norma debe aplicarse. En el caso de Volusia, un tribunal de apelaciones dijo que 8 a 4 estaba bien. En el Condado Polk, un juez falló este verano que el cambio no podía aplicarse a un caso de pena de muerte en curso y que seguía siendo necesaria la unanimidad del jurado.

Un estudio de 2006 publicado en Washington and Lee University Law Review incluía conclusiones que mostraban que los jurados tienden a tardar más y sus deliberaciones son más significativas cuando todos deben estar de acuerdo sobre la pena de muerte. En opinión de algunos, la reducción del nivel de exigencia podría significar más veredictos de muerte.

“Sin duda, creo que vamos a ver un aumento de las condenas a muerte”, dijo Allison Miller, abogada penalista y contraria a la pena de muerte, quien en 2022 se presentó como candidata a fiscal estatal de Pinellas-Pasco.

En todo el estado, un puñado de casos han ido a juicio bajo la nueva ley 8 a 4 con resultados poco uniformes.

Condenado a muerte en 2007 en una votación no unánime por su papel en un doble asesinato en Jacksonville, Michael James Jackson ganó una nueva audiencia de pena después que la ley cambió para requerir unanimidad. Estaba a punto de presentarse de nuevo ante un jurado cuando la ley volvió a cambiar a 8 a 4. Su caso siguió adelante con la nueva ley y el jurado volvió a votar 8 a 4 a favor de la pena de muerte.

Este año llegaron cinco nuevos condenados al corredor de la muerte, pero solo en uno de ellos —Joseph Zieler, en el Condado Lee— el jurado no fue unánime.

Zieler, condenado en 1990 por el asesinato de una niña de 12 años y su madre, fue el único de los cinco que fue a juicio bajo la nueva ley de 8 a 4. El jurado votó 10 a 2 a favor de la pena de muerte.

Otros dos condenados a muerte este año ofrecieron poca resistencia ante la pena capital.

Steven Lorenzo, quien se representó a sí mismo en un caso de doble asesinato en el Condado Hillsborough, optó por declararse culpable y renunciar a ser condenado por un jurado, pidiéndole al juez que le impusiera la pena de muerte.

Steven Wolf, condenado por la violación y asesinato de una mujer en los Cayos de la Florida, le dijo a un tribunal que no quería que se presentara ninguna prueba en su favor que pesara en contra de una condena a muerte. Sus abogados transmitieron al juez las palabras de Wolf de que prefería que lo “durmieran” a pasar el resto de su vida en prisión. El jurado recomendó unánimemente la pena de muerte.

Quienes argumentaron contra que la Florida se incline por un umbral de pena de muerte menos estricto dijeron que la Florida tiene el mayor número de exonerados del corredor de la muerte del país, con 30. La mayoría fueron condenados a muerte por votaciones del jurado que no fueron unánimes.

Nuevas ejecuciones

Las seis ejecuciones de la Florida y las ocho de Texas representaron más de la mitad de las 24 ejecuciones totales del país este año, según el DPIC, seis más que las 18 del año pasado. Las ejecuciones en general han disminuido desde finales de la década de 1990 y principios de los 2000, cuando el total anual solía superar las 60 ejecuciones. En 1999 se alcanzó un máximo de 98 ejecuciones.

Las seis ejecuciones de la Florida fueron las más numerosas en un año desde 2014; también fue la primera vez en tres años y medio que el estado ejecutaba a alguien.

Donald Dillbeck se convirtió en el primer ejecutado cuando DeSantis firmó su sentencia de muerte en enero.

Dillbeck fue condenado en 1991 por el apuñalamiento mortal de una mujer en Tallahassee. Fue una de las cuatro personas ejecutadas este año —junto con Louis Gaskin, Duane Owen y Michael Zack— cuyas condenas a muerte fueron el resultado de votaciones del jurado no unánimes.

James Barnes, ejecutado en agosto por un asesinato cometido en 1988 en el Condado Brevard, renunció a la votación del jurado en su caso y pidió ser condenado a muerte.

Solo Darryl Barwick, ejecutado en mayo por un apuñalamiento en el Condado Bay en 1986, fue condenado por unanimidad del jurado.