Florencia Borelli: la mujer que corrió más rápido que cualquier otra en la historia de América del Sur
Hay varias cosas que no van a quedar claras de la Media Maratón de Buenos Aires. ¿Cómo hicieron 23.000 personas para ponerse de acuerdo y largar todas juntas un domingo a la mañana? Y además, lograr así el récord de la carrera más convocante de la argentina. ¿O si el cambio del tradicional circuito al que se estrenó en esta realización fue para mejor o peor? Hay tantas opiniones a favor como en contra, por lo que debe ser más o menos lo mismo. ¿Y si Roncer Konga Kipkorir podría haber corrido los 4 segundos más rápido necesarios para lograr bajar el récord masculino de la competencia? A pesar de todo el griterío del público en los metros finales, le faltó un suspiro. Pero hay algo que nadie duda: quién fue la gran reina de la carrera. Ni Ababel Yeshaneh Brihane pudo destronarla, a pesar de que la etíope ganó la carrera bajando su propio récord de competencia. Porque hubo una mujer que logró algo aún más trascendente, un récord sudamericano. Ninguna mujer nunca, en la historia del subcontinente, corrió más rápido que ella: Florencia Borelli.
“Y… hace unos años atrás me parecía medio imposible. Te digo la verdad, hasta el año pasado tampoco me lo creía… hasta que una lo hace ”, se sinceró Florencia. ¿Qué fue lo que hizo el año pasado? Lograr el récord sudamericano de media maratón ¿Qué hizo este año? Mejorar aún más su marca, demostrar que la carrera anterior no fue un día de mucha buena suerte. Hacerlo de vuelta, hacerlo mejor. “Una siempre entrena duro, a veces sale y a veces no, esa es la diferencia”, declaró apenas cruzó la meta. Y esta vez le salió.
“Eso sí, cuando ya estás con un récord sudamericano, una después siempre quiere más, ¿no?”, se extiende la marplatense de 30 años. Y repasa junto a LA NACION, las horas previas, cuando pensaba en salir a buscar más. “Vine con mi hermana [Mariana, melliza y también gran atleta], ella se llevó a Milo [su hijo de 8 años] a otra habitación y yo dormí sola. De todas maneras siempre soy muy tranquila, no tengo esa ansiedad... Soy como muy relajada, hasta pareciera que no tengo ganas de correr antes de hacerlo. Me nace así desde siempre, ya sea Buenos Aires o un Mundial o en Juegos Olímpicos…”, se describe Florencia, hasta que el inconsciente le hace una zancadilla con, quizás, su mayor anhelo. Y aclara: “bueno, a los Juegos Olímpicos nunca fui, todavía”.
París 2024 está cada vez más cerca. Pero antes hay que dar cada paso, y uno era largar la Media Maratón de Buenos Aires. Y por más tranquila y preparada que estuviera la carrera, la noche previa a la largada las pulsaciones se elevan y las decisiones se toman con adrenalina. “ Se me fue unos segundos más rápido el ritmo de los primeros kilómetros y eso después lo vas pagando, pero sentí que estaba para arriesgar y se notó en los últimos kilómetros que no lo pude sostener del todo . Pero bueno, nada que reclamarme”, dijo la atleta argentina.
Es que Borelli quería apostar realmente fuerte: “ tenía ganas de bajar 1h09m ”. Para ponerle contexto al número. El año pasado hizo 1h09m31s y con eso el récord sudamericano. En 2023 paró el reloj en 1h09m28s y de pasada, ya que estaba por ahí, en el kilómetro 10 cronometró 32m27s, mejorando en dos segundos su récord nacional. Borelli fue más rápida que el 99,7% de los corredores masculinos en esta carrera, y más rápida que cualquier mujer sudamericana en la historia .
Lógicamente que el año pasado Borelli fue la mejor sudamericana, este año también, ¿entonces qué cambió? El circuito: “Bueno, a mí me gustó más el tradicional, me pareció un poco más duro éste, con más subidas ”. Y lo dice una atleta formada en las subidas y bajadas de la costanera marplatense. De todas formas, aclara: “Tampoco me quejo, igual corrí más rápido”.
Mirando la temporada desde una perspectiva más distante, hacia atrás y adelante, Florencia analiza: “ Es una temporada difícil para mí, porque tuve algunos contratiempos en mi gira europea y luego, al volver, estuve lesionada. De ahora en más me concentro en mi sueño olímpico , el maratón de París y para eso voy a correr en el maratón de los Juegos Panamericanos”.
Si Florencia fue la reina, Ababel fue la princesa de ébano. La atleta de Etiopía juega en otra liga, la que se disputan las dos grandes potencias en el superclásico del atletismo, Kenia vs Etiopía. Ababel Yeshaneh Brihane ya había logrado la mejor marca femenina de la historia de la competencia en el 2019 con 1h07m44s. Ahora, gráficamente, destrozó el reloj: 1h06m10s. A ese nivel, más de un minuto y medio, es una eternidad . Pero no le quedó otra alternativa que superar esa eternidad, al menos si quería ganar la carrera, ya que su escolta y compatriota, Guteni Shone Imana, llegó a sólo 8 segundos. Para equilibrar el superclásico, el podio internacional se completó con la campeona mundial de maratón 2019, la keniana Ruth Chepngetich, quien marcó 1h06m18s.
Dentro de las mujeres argentinas, la misionera Chiara Mainetti fue la escolta de Florencia, al marca 1h12m42s, pero no participaba del campeonato argentino que se puso en juego. En éste, la subcampeona fue la olímpica en Tokio 2020, Marcela Gómez con 1h13m26s. “No en balde Buenos Aires tiene el título de la mejor media maratón del continente”, asegura Marcela, nacida en las afueras de Tres Isletas, una ciudad chaqueña de 25.000 habitantes, ubicada en la puerta de ingreso al Impenetrable, pero radicada desde 2011 en Brasil.
“Acá siempre el clima es muy amigo de los atletas para correr, y a mí me gusta correr en el frío”, agrega Gómez, contenta con los diez grados centígrados de sol que ofreció la mañana. Y tras Marcela, completó el podio del campeonato la bonaerense Antonella Guerrero con 1h14m20s. En una carrera donde las mujeres aportaron récords de todos los colores. Y los hombres… casi.
En casi una hora faltaron tres segundos
Roncer Konga Kipkorir corrió fuerte, muy fuerte. De hecho ganó la carrera. Y casi, casi tan fuerte como su compatriota Bedan Karoki en 2019, cuando fijó los 59m05s y marcó el récord de la prueba. Por eso, cuando los cientos y cientos de aficionados que alentaban a ambos lados de avenida, lo vieron llegar a Roncer con paso triunfal y voltearon a ver el reloj de led bajo el arco de llegada, aún marcaba 58 minutos… pero avanzaba. Era muy difícil dilucidar quién sería más rápido, si la zancada keniata o los puntitos de led, pero ante la duda la gente alentaba eufórica.
Con 59 minutos y 1 segundo, 2 segundos, 3 segundos, Roncer estaba muy cerca, 4 segundos, 5 segundos… la verdad que los que estuvieron ahí vieron que Roncer pasó bajo el arco mientras el reloj cambiaba a los 6 segundos. Al final el chip oficial (que va en la zapatilla), aseguró que hizo 59m08s y quedó a tres del récord, pero lo cierto que es le faltó poco, muy poco.
El podio internacional fue todo keniano con Felix Kipkoech (59m28s) y Cosmas Mwangi Boi (59m29s), otro keniata más cuarto Bedan Karoki (59m37s) y recién quinto y sexto los etíopes que fueron a disputar el “superclásico”, Dinkalem Ayele Adane (59m49s) y Ashenafi Kiros Gebru (1h00m39s). Séptimo, ganando a todos los no africanos, mejor de Sudamérica, mejor argentino: Ignacio Erario . Para todos, Nacho.
“No pude dormir nada anoche. Cero”, le cuenta a LA NACION el mendocino. “Trataba al menos de no pensar en nada, pero imposible… pensaba en todo el entrenamiento, en Nadia, mi novia [con quien está hace 5 años], y en correr a 2m55s/km”. Lo pensó toda la noche, lo buscó toda la carrera, llegó a los últimos 300 metros y lo vivió así: “ Vi que el reloj decía 1h01m y fue… a dejar todo! ”, exclama Nacho. Fue 1h01m58s. Y suma: “nada que reclamar. Yo creo que di todo”.
Detrás de él, cruzando la meta como festejando un gol del mundial de Qatar, el chubutense David Rodríguez era el segundo argentino logrando la mejor marca de su vida, 1h02m45s. “Yo dormí bien, hasta siesta metí”, asegura David, que vive en Comodoro Rivadavia. “El tema es que me levanté muy temprano porque tenía miedo de llegar tarde”.
El año pasado le sucedió eso en la maratón de Buenos Aires y largó 10 segundos después que todos sus compañeros, suficientes para que se le fuera todo el pelotón. “ Esta vez llegué bien temprano, pero me confundí la avenida Dorrego [donde se largaba] con la calle… igual tenía tanto margen que no pasó nada ”, sonríe David. Cruzó la meta y pensó en Luna (su hija de 11 años) y Nahuel (de 6) que lo estaban esperando, allá en Comodoro. Él se fue hace un mes para prepararse en la altura de Cachi. Volverá a su casa mostrando que valió la pena.
Completó el podio nacional Fabián Manrique con 1h04m17s, un deportista que el running le robó al fútbol. Él también tiene una gran historia para contar, como tantas otras dentro de los 23.000 corredores.
Fue una carrera apasionante, en la que pasó de todo. Florencia Borelli es de las últimas en poder alejarse del escenario, todos le piden una foto, un saludo, una entrevista. Quieren sólo 5 segundos, ella dice siempre que sí, y tiembla. Está muerta de frío. Y posa para una foto más. Está cansada, tirita y se quiere ir. Pero otro fan también pretende saludarla. Cumple con todos. Ahora sólo le falta cumplir con uno más, en el hotel la espera Milo, que con 8 años, aún no entiende del todo qué es un récord sudamericano. Pero ya se despertó, y quiere jugar con su mamá...