Finaliza la construcción del gasoducto ‘Fuerza Siberiana’ que unirá Rusia y China
El proyecto del gasoducto oriental China-Rusia está listo. Este importante canal energético para el país ha finalizado su construcción y entra en la fase final de preparación antes de entrar en producción. El gasoducto oriental China-Rusia tiene 5.111 kilómetros de longitud y podrá suministrar 38.000 millones de metros cúbicos de gas natural al año a varias regiones chinas.
Con Clea Broadhurst, corresponsal de RFI en Pekín
Una vez en pleno funcionamiento, el gasoducto China-Rusia, apodado la “Fuerza de Siberia”, podrá satisfacer las necesidades anuales de gas de 130 millones de hogares urbanos de las regiones nororientales de China.
Al suministrar gas natural, una fuente de energía más limpia que el carbón, se espera que reduzca las emisiones de dióxido de carbono en 162 millones de toneladas y las de dióxido de azufre en 1,82 millones de toneladas cada año, una vez que esté a pleno rendimiento.
Una fuente de ingresos esencial para Moscú
Este proyecto reforzará la creciente asociación estratégica entre Pekín y Moscú en el sector energético. Para China, supone diversificar sus importaciones energéticas, reduciendo su dependencia de Oriente Medio y de las rutas marítimas, vulnerables a tensiones geopolíticas como las del estrecho de Malaca.
Para Rusia, ofrece una alternativa al mercado europeo, históricamente dominante, al tiempo que reduce el impacto de las sanciones occidentales, en particular desde el conflicto de Ucrania. Al mismo tiempo, proporciona a Moscú una fuente esencial de ingresos.