Festejos: cada vez más jurisdicciones prohíben la pirotecnia sonora

Cada vez más provincias y municipios están dictando normas para reducir el uso de pirotecnia sonora, a la vez que la justicia declara inconstitucional algunas de esas iniciativas que buscan proteger a los chicos, las personas con discapacidad, los mayores y los animales que sufren con los estruendos de las explosiones.

Solo en la última semana, una decena de municipios y provincias informaron, también, que se intensificarán los controles del uso o la venta de esos productos.

Más de 25 municipios bonaerenses, por ejemplo, cuentan con normas que prohíben los productos sonoros. Otros se empezaron a sumar al debate en las últimas semanas, pidieron a los vecinos no comprar pirotecnia para las celebraciones para cuidar a los más vulnerables, como Quilmes, o enviaron proyectos de ordenanzas a los concejos deliberantes, como Vicente López, donde este año no se usará pirotecnia en los espectáculos o festivales locales "por las consecuencias y los riesgos que tienen los estruendos en las personas, los animales y el ambiente", según informó la intendencia.

En Mar del Plata, el intendente Guillermo Montenegro se reunió esta semana con concejales para avanzar en un proyecto que ponga punto final a la fabricación, venta y uso de pirotecnia sonora. En principio se dispuso la prohibición por decreto del Concejo Deliberante, condiciones que entrarán en vigencia a partir del próximo lunes, cuando se promulgue la nueva normativa.

En Misiones, lleva un año sin tratar el proyecto de ley presentado en la Legislatura provincia, mientras que Concepción de la Sierra se sumó a las localidades provinciales con ordenanzas de "pirotecnia cero".

En Tucumán, se presentó un proyecto de ley para "proteger a miles que viven como algo traumático los estruendos: enfermos cardíacos, veteranos de guerra, personas con discapacidades cognitivas o neurológicas que no comprenden la causa de las explosiones, personas con trastorno del espectro autista (TEA) y trastorno generalizado del desarrollo (TGD), y bebés y niños con mayor sensibilidad auditiva. También a los animales", explicó a La Gaceta el autor de la iniciativa, legislador José María Canelada.

En Comodoro Rivadavia, se prohíbe desde la fabricación hasta la venta de pirotecnia. El fin de semana pasado, Magui, una bóxer ya mayor, no soportó el ruido de las explosiones y murió sin poder recibir asistencia en Esquel.

Dolor

"Era viejita y le tenía terror a la pirotecnia. No sabíamos más dónde meterla. Mientras otros se divertían, ella la estaba pasando muy mal. Le agarró un ataque. Llamamos a todos los veterinarios de Esquel y ninguno nos atendió. Murió en los brazos de mi hijo rogándome que llamara otra vez a todos", publicó Antonella Modasjazh en su cuenta de Facebook. Las imágenes de lo que describió se viralizaron rápidamente.

Y hay más jurisdicciones que suman iniciativas o lanzan campañas para pasar las celebraciones de fin de año sin pirotecnia sonora. Médicos y padres de chicos con TEA también reclaman desde hace varios años la sanción de normas que protejan a sus hijos de estas explosiones en esta época del año.

"Los estruendos pueden afectar especialmente a las personas con hipersensibilidad, como por ejemplo quienes tienen TEA. En ocasiones, sostienen que las Fiestas son eventos de sufrimiento y soledad, en vez de ser una época de alegría. Las personas con TEA tienen una sensibilidad exacerbada a los ruidos y las explosiones de los fuegos de artificio provocan en ellos reacciones desmedidas de angustia, y hasta ataques de pánico", indicaron desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).

A través de un comunicado en el que advierten sobre los riesgos de esos productos, que van desde quemaduras y daños oculares hasta asustar y lastimar a los animales, como detalló Ingrid Waisman, del Comité Nacional de Prevención de Lesiones de la SAP, la entidad explicó que las detonaciones de los petardos, por ejemplo, pueden llegar a los 190 dB o más del doble de los 85 dB que tolera el sistema auditivo sin sufrir un trauma acústico.

"Se suelen sentir zumbidos o silbidos luego de la detonación y, si bien luego disminuye su intensidad, puede no desaparecer totalmente. Los niños están más expuestos porque su sistema auditivo es más vulnerable y, también, las mascotas suelen sufrir de los efectos de las explosiones y demás ruidos extraños ajenos a sus rutinas", agregaron los pediatras.

Mientras que el Sindicato Único de Empleados de la Industria de la Pirotecnia y Afines (Sueipa) adhiere a la campaña en redes sociales #MasLucesMenosRuidos, la Cámara Argentina de Fuegos de Artificiales (Caefa) lanzará hoy una campaña junto con asociaciones de personas con TEA con la consigna "más luces y menos ruido".

Desde la entidad indicaron a LA NACION que su principal reclamo jurídico al ir planteando la inconstitucionalidad de las ordenanzas y las leyes que prohiben la venta o el uso de pirotecnia reside en que se trata de "una actividad regulada por ley y decretos reglamentarios". Y agregaron: "Estamos dispuestos a llegar a alternativas o consensos que contemplen el alto impacto sonoro. Son sonidos que se concentran en un período corto en espacios acotados: duran 20 minutos a la medianoche de dos días".