Federico Gutiérrez: el candidato que propone un gobierno desde las regiones

Federico Gutiérrez, o “Fico”, como muchos lo conocen, es un político antioqueño que se caracteriza por estar en la calle, o como se dice popularmente, gastar suela, y estar en contacto con la gente.

Se identifica como un colombiano “común y corriente”, que no viene de una familia política ni adinerada.

Gutiérrez es candidato presidencial por la coalición Equipo por Colombia, después de haber ganado las consultas interpartidistas el 13 de marzo con 2.1 millones de votos, y enfrenta el reto, como los demás candidatos, de convencer a los colombianos que es la opción de cambio que tanto pide la sociedad.

Su principal apuesta es gobernar desde las regiones para “construir un país en orden y con oportunidades”, unir al país y acabar con la polarización. También ha declarado que combatirá la corrupción, garantizará la seguridad y hará más inversión social, en un país en el que cerca de 20 millones de colombianos viven en la pobreza y unos 6 millones en la pobreza extrema.

Con 47 años, Gutiérrez es el candidato más joven en la contienda electoral y es el principal rival de Gustavo Petro, el candidato del partido político de izquierda, el Pacto Histórico, que va punteando en las encuestas de intención de voto. Si ningún candidato gana en las votaciones de primera vuelta el domingo, con más del 50 por ciento más un voto, los dos candidatos más votados se disputarán la presidencia en segunda vuelta el 19 de junio.

Gutiérrez fue concejal de Medellín durante ocho años y alcalde de esa misma ciudad entre 2016-19. Asegura que haber gobernado una ciudad tan importante como Medellín le da la visión que necesita un gobernante a nivel nacional de cómo darles visibilidad e importancia a las regiones y dejar a un lado el centralismo. Según el candidato, esta experiencia también le dio la capacidad de “tomar decisiones conectado con las necesidades de las personas trabajando a su lado”, dijo al Miami Herald.

Aunque Colombia siempre ha tenido un conflicto de centro-periferia, esa no es la preocupación principal de las personas, dice Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, una consultora de riesgos políticos ubicada en Bogotá.

Gutiérrez “ha enfocado su campaña en ser el anti-Petro y Petro igual, pero la mayoría de sus propuestas están bastante alineadas con el programa del gobierno actual”, señaló Guzmán.

A pesar de contar con el apoyo de sectores de la derecha, Gutiérrez ha intentado desmarcarse de ese espectro político, señalando que creó su movimiento a través de firmas y que no tiene partido ni jefe político, por lo que actuará con independencia.

Inés Capdevila, analista internacional, señala que, de llegar a pasar a segunda vuelta, Gutiérrez necesitará el apoyo de algunos sectores de la centro-izquierda que desconfían de Petro, y si llega a ser presidente, va a necesitar del Uribismo, la corriente política creada por el expresidente Álvaro Uribe, para gobernar en medio de un Congreso fragmentado.

La fórmula vicepresidencial de Gutiérrez es el médico Rodrigo Lara Sánchez, hijo del ex ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla, asesinado por orden del Cartel de Medellín en 1984.

“Acá estamos dos personas que representamos regiones diferentes y que podemos trabajar juntos”, dijo Gutiérrez cuando presentó a Lara Sánchez como su fórmula vicepresidencial a finales de marzo. “Pero además, que compartimos una visión de país en la cual lo que queremos es unir al país”.

Lara Sánchez fue alcalde de la ciudad de Neiva, un pequeño municipio del suroccidente de Colombia, entre 2016-19.

Gutiérrez dijo al Herald que Lara Sánchez “es un hombre que puede aportarle al país, no solo desde su capacidad como un administrador público en temas como educación, salud y lucha contra la corrupción, sino también, desde su historia como ejemplo para las nuevas generaciones, un ejemplo de resiliencia y de superación”.

Este nombramiento deja a Gutiérrez como un candidato que puede gobernar desde las regiones, atraer al centro indeciso, y que puede matizar su relación con la derecha.

Para el analista político y profesor de la Universidad Javeriana Mario Morales, la selección de Lara Sánchez como su fórmula vicepresidencial representa una estrategia política que quiere aprovechar, por un lado, el legado que está en la memoria colombiana del exministro Lara Bonilla como un político transparente e independiente, y por otro lado, capturar el espectro del centro que es el que se va a encargar de definir en las dos vueltas la opción presidencial.

Por su parte, Guzmán señala que si bien la selección de Lara Sánchez le ayudó a Gutiérrez a mostrar ese viraje hacia el centro y a sugerir que la campaña le está dando una mirada a las regiones, no es un político conocido a nivel nacional y es un hombre que piensa ligeramente distinto a él.

Gutiérrez, un ingeniero civil graduado de la Universidad de Medellín, compite por la presidencia en medio de la necesidad de atender demandas sociales urgentes como la salud, el empleo y la educación, mientras que los niveles de inseguridad y violencia aumentan en todo el territorio nacional.

En el tema de la seguridad, Gutiérrez ha dicho que combatirá a las estructuras criminales en todo el país con las fuerzas de seguridad pero también con ofertas sociales, y ha destacado su labor contra la criminalidad cuando fue alcalde de Medellín. Pero hay un episodio que lo vincula con miembros de la Oficina de Envigado, un escuadrón de sicarios, a través de su secretario de seguridad, Gustavo Villegas.

La Oficina de Envigado asegura que le ayudaron a Gutiérrez en la persecución y captura de unos ladrones cuando era alcalde de Medellín. Seis meses después del robo, Villegas fue capturado por presuntos nexos con esa organización criminal. La fiscalía documentó al menos 13 casos de colaboración entre Villegas y la Oficina, incluyendo el caso de los ladrones. Villegas aceptó ante la fiscalía que había cometido un concierto para delinquir. Sin embargo, Gutiérrez lo ha defendido, insistiendo que Villegas no fue condenado por nexos con la Oficina de Envigado.

Otro de los temas centrales presentes en estas elecciones presidenciales, como señala Capdevila, es la enorme demanda por la transparencia y la lucha contra la corrupción, y en este aspecto, Gutiérrez ha propuesto aumentar las penas a los corruptos y aplicar la extinción de dominio, pues asegura que los corruptos no le tienen miedo a la cárcel sino a perder los bienes que obtuvieron producto de la ilegalidad.

“Acá no pactamos con corruptos. En nuestro gobierno vamos a perseguirlos, judicializarlos, y les quitaremos los activos que hayan comprado con la plata que le robaron a Colombia”, señaló en sus redes sociales.

Además aseguró que en un gobierno suyo no habrá rebajas de penas para los corruptos y que por el contrario buscarán el aumento de penas por encima de los 40 años.

En cuanto a la relación con Estados Unidos, Gutiérrez señala que la cooperación con ese país será importante en materia de cambio climático, especialmente en la protección de la Amazonía y en el combate a la deforestación, y ha planteado revisar la política antidrogas, en un momento en que Colombia registra un aumento en los cultivos ilícitos, con 245,000 hectáreas actualmente.

Gutiérrez no está de acuerdo con la legalización general de las drogas y propone combatir el narcotráfico con mayor inversión social en las zonas con cultivos ilícitos, desarrollo agrario, y presencia estatal; medida que complementará con una política de interdicción de los insumos químicos, la producción y las finanzas.

Pero para obtener los recursos que le permitan hacer esa inversión social, deberá hacer una enorme reforma fiscal.

Entre las propuestas económicas que plantea Gutiérrez están la de quitarle los bienes incautados a la mafia, avaluados en 20 billones de pesos, para lo que propondrá un proyecto de ley para tener más jueces y fiscales especializados en extinción de dominio. También plantea reducir los puestos del Estado y gastos burocráticos, y ejecutar unos 14 billones de pesos de las regalías que dice están estancadas en los territorios.

Para Morales, el analista político, la primera propuesta es viable, aunque requerirá del apoyo legislativo. Sin embargo, la ejecución de las regalías, dice, es completamente inviable porque no es un presupuesto que esté a disposición del presidente y son sólo las autoridades locales las que determinan a dónde irá el gasto.

Colombia comparte con Venezuela una frontera de más de 2,000 kilómetros y a febrero de 2022 había cerca de 2.2 millones de venezolanos en el país, por lo que las relaciones con Venezuela también estarán en la agenda del próximo presidente.

Gutiérrez ha dicho en varias ocasiones que en Venezuela existe una dictadura y las relaciones con ese país se limitarán a facilitar el comercio que hay en la frontera entre la ciudad de Cúcuta y el país vecino, pues reconoce la importancia del intercambio de bienes y servicios que ocurre en esa zona de frontera. También ha afirmado que mantendrá el estatus migratorio de los venezolanos en el país.

En caso de pasar a segunda vuelta, su estrategia es seguir recorriendo el país, escuchando a la gente y llevando su visión de un país en orden y con oportunidades.

A pocos días de las votaciones para la primera vuelta, el voto y la movilización de los jóvenes serán críticos en la decisión de quién será el próximo presidente de Colombia.

Para Guzmán, si Gutiérrez quiere ganar la presidencia tendrá que demostrar no solamente que es el rival de Petro sino que su gobierno será uno donde todas las vertientes políticas, particularmente aquellas de centro y de izquierda, tendrán un peso en la agenda programática.