Federico Delgado pidió abordar con “seriedad” el delito juvenil tras el crimen del empresario Blaquier

Federico Delgado, en LN+.
Federico Delgado, en LN+. - Créditos: @Captura

El fiscal federal Federico Delgado pidió este domingo, en LN+, abordar con “seriedad” el problema del delito juvenil y cuestionó a la clase dirigente por la falta de políticas integrales tras el crimen del empresario Andrés Blaquier. “Todo el mundo busca premios y evita dar malas noticias”, dijo.

Invitado al programa Comunidad de Negocios, conducido por José Del Rio, Delgado afirmó que ningún sector quiere abordar la situación de los niños y adolescentes “con seriedad y franqueza”. “Requiere tomar decisiones muy duras, sentarse en una mesa, discutir cosas que son desagradables, y a veces dar malas noticias. Pero gobernar es eso”, manifestó.

Delgado opinó que el delito juvenil no se soluciona “solo encerrando” a los adolescentes. “ Podemos hacer miles de cárceles, pero no solucionamos nada porque un día van a salir ”, señaló. El funcionario judicial sostuvo que el Estado tiene que ocuparse de los colegios que se transforman “en comedores”, así como la situación de los niños “que no conocen lo que es la cultura del trabajo” en un problema que arrastra varias generaciones familiares.

“Es como que todo el mundo busca los premios o sacar el cuerpo a situaciones gravísimas”, expuso Delgado. El fiscal federal sostuvo que la política “se tiene que sentar” a discutir la situación “y no tener miedo a tomar decisiones difíciles”.

Delgado remarcó la existencia de desigualdades en la sociedad y aseguró que hace tiempo el Estado “dejó de socializar en varios sectores”. Remarcó que mientras los niños de clase media pueden educarse en colegios “más o menos buenos, que funcionan”, o “privados razonables”, otros no se encuentran “incluidos”.

“Hay un montón de personas que están al margen de eso. El Estado se limita a veces a satisfacer sus necesidades materiales. En un pueblo de una provincia hay un programa para que los niños no estén descalzos. Pero de ahí para arriba hay que pensar en el colegio, en los valores que se le inculcan, en cómo se van insertar laboralmente”, se explayó. Y añadió: “ Si no tiene un camino marcado, es obvio que va a ser carne de cañón de los narcos, de algún sector de una policía corrupta, de bandas de delincuentes que los usan porque justamente no van a ir presos, que entran y salen”.

Delgado sostuvo que “el primer paso para terminar con la inseguridad es discutir la economía del delito”, que “genera muchísimo dinero negro para muchísimos grupos sociales”. “Hasta que no cortemos los flujos de financiamiento de toda esa economía del delito, vamos a discutir siempre la edad de imputabilidad, o el garantismo”, indicó.

Respecto del narcotráfico, Delgado sostuvo que hay negocios en ese ámbito que “brutalmente redituables”, y acusó a la política de no querer abordarlo. “Hay una falta profunda de decisión política para terminar con todo eso”, expresó. El funcionario judicial destacó el informe especial publicado en LA NACION, por Hugo Alconada Mon y Germán de los Santos sobre el caso de Rosario, y aseguró que el Estado, con más razón, tiene que tomar medidas al respecto.

“Hay un montón de gente que vive de eso. Y no solo tiene que ver con delincuentes que están en la cárcel. Hay abogados, políticos, contadores, empresarios, desarrolladores inmobiliarios, y sectores de la Justicia”, señaló.

Hay que replantear la ingeniera institucional y hay que construir dispositivos que corten los mecanismos de financiamiento de la economía del delito. Si no estamos sonados. Capturamos a uno o a otro, pero termina siendo funcional porque los mecanismos siguen y están muy aceitados. A veces las personas son contingentes”, amplió.

En el caso de la Justicia, Delgado consideró que no se trata solo de sumar más jueces y fiscales, pidió discutir el funcionamiento de las instituciones, y aseveró que hay intereses propios que interactúan con “poderes no institucionalizados”, vinculados al narcotráfico, al lavado de dinero, o a la evasión tributaria. “Se generan mecanismos que son muy remunerativos para muy poquitos, pero muy hostiles para la grandes mayorías”.