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Familiares de muertos en socavón rechazan un millón de pesos y exigen justicia

“No aceptamos dinero, queremos justicia por la negligencia que les arrebató la vida a mi padre y a mi hermano, quienes eran el principal sustento de esta casa”

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En un socavón de cuatro metros de diámetro y cinco de profundidad en una autopista recién inaugurada en México fallecieron Juan Mena López y su hijo Juan Mena Romero cuando se dirigían a su trabajo.

Medios reportan que tanto el hombre de 59 años como su hijo de 33 salieron de su domicilio a las cinco de la mañana para dirigirse a la zona industrial Civac en Morelos; por lo regular siempre viajaban en moto o bicicleta, pero ese día por el mal tiempo decidieron viajar en automóvil, el cual cayó en gigante hoyo en el kilómetro 93 del Paso Express de la autopista México-Cuernavaca.

Adela (esposa y madre de los fallecidos) aseguró que su esposo era técnico en embutido de alimentos, mientras que su hijo era repartidor de pollo. También aclara que su hijo era divorciado, pero tenía dos hijos.

De acuerdo con reportes periodísticos, las víctimas se comunicaron antes de morir con otras personas para pedir auxilio: con la novia de Juan Mena y compañeros con los que laboraban.

El periódico Excélsior informó que Juan Mena hijo, aún con vida, logró llamar por celular a su novia Esmeralda Gómez, quien reportó al 911 que su novio estaba en peligro.

La señorita Gómez aseguró que las autoridades le dijeron que estaban “haciendo todo lo posible”, pero que se podía caer, colapsar, y que estaban “intentando meter a alguien para ver si se puede”. Hasta le preguntaron si se encontraba desesperada, a lo que ella le respondió que sí “porque no sé si está bien, su teléfono ya no suena”.

Por su parte, Noticieros Televisa asegura que Juan (hijo) también logró comunicarse con sus compañeros de trabajo poco después de las cinco de la mañana, para informarles que estaba en peligro.

El jefe de los fallecidos asegura que “Juanito” un día antes estaba más contento que nunca… y al día siguiente, después de las cinco mañana, él mismo les informó que se habían caído en un socavón; sin embargo, se envió ayuda de la empresa -un auto- (porque pensaban venían en moto) pero fue imposible ingresar a la zona.

Por desgracia, la ayuda de las autoridades llegó demasiado tarde cuando Juan Mena López y su hijo ya habían perdido la vida. El rescate de los cuerpos tardó más de 10 horas.

Este jueves 13 fueron sepultados sus cuerpos y la hija y hermana de las víctimas exige justicia.

“Si hubieran respondido rápido los hubieran encontrado vivos”

En la casa de la familia Mena pulula la pobreza. El lado derecho, visto de frente, tiene loza y ahí se yergue una construcción inconclusa de ladrillo. Es un terreno que no supera los 150 metros cuadrados.

Una fila de varias plantas flanquea el fondo con los féretros de Juan Mena padre y Juan Mena hijo, ambos murieron luego de que el auto en el que viajaban rumbo a su trabajo cayó en un socavón formado en el Paso Exprés, en la zona sur de Cuernavaca.

La mayoría de sus familiares, vecinos y amigos acompañan el velorio afuera, porque el espacio de la casa es reducido para alojarlos. Surgen lamentos e interrogantes. Todos saben que su automóvil fue tragado por un socavón, pero la pregunta insistente es de qué murieron. La fiscalía estatal citó en su ficha informativa que la causa de muerte es “a determinar”.

En su reporte estableció la comisión de un “homicidio culposo por hecho de tránsito terrestre”. Sonia, hija y hermana de las víctimas, muestra impotencia y coraje cuando se refiere al ofrecimiento económico del titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, respecto al millón de pesos por cada uno de sus familiares.

“No aceptamos dinero, queremos justicia por la negligencia que les arrebató la vida a mi padre y a mi hermano, quienes eran el principal sustento de esta casa”, dijo.

“Empezaremos a escuchar las voces que quieren resarcir un daño irreparable, escucharemos a las personas que quieran justificar la incapacidad y tapar sus irresponsabilidades. La armonía de esta familia fue cancelada por una negligencia”, declaró el secretario de Comunicaciones y Transportes.

Sergio Martínez, dueño de la empresa donde trabajaban las víctimas y, quien recibió un mensaje de texto del joven para que acudiera a su ayuda, dijo que en las labores de rescate no “se respondió con eficacia ni rapidez. No soy técnico pero si hubieran respondido más rápido los hubieran encontrado vivos”. De acuerdo con los familiares, Juan y su hijo salieron antes de las 05:00 horas en su auto para trasladarse a su trabajo, ubicado en el municipio continuo de Jiutepec, y su vehículo habría caído alrededor de las 05:30 horas en el socavón. Al sitio del siniestro, dijo el empresario, llegaron primero los amigos del trabajo que los grupos oficiales de auxilio.

Pasado el mediodía una banda de viento anunció la salida de los féretros rumbo a la capilla Espíritu Santo. Al término del oficio religioso el cortejo partió a un pequeño cementerio. Los dos hoyos cavados en la tierra esperaban a sus ocupantes. La banda acalló los lamentos, las palabras de dolor y de consuelo.