¿Fútbol o rugby? Fútbol gaélico, la combinación de dos deportes en la que la Argentina se destaca

Se puede dar hasta cuatro pasos sucesivos con la pelota en las manos; luego hay que pasarla, rematar o hacerla picar o patearla hacia sí para poder seguir trasladándola de esa forma.
Fuente: LA NACION

Existen deportes colectivos y deportes individuales. Deportes populares y otros de menor exposición mediática. Deportes muy antiguos y otros nuevos. Pero son escasos los que combinan los reglamentos de dos o más disciplinas al mismo tiempo de acción. En este último grupo se encuentra el fútbol gaélico, al que se juega bajo ciertas normas del rugby y del fútbol tradicional.

¿Cómo se lo practica? ¿Dónde? ¿Cómo nació? A continuación, un repaso por los inicios de esta disciplina y sus reglas, e incluso su crecimiento en la Argentina desde la primera mitad del siglo XX hasta la actualidad.

La génesis celta

Creado en 1597 en Irlanda, el fútbol gaélico tiene su origen en la cultura celta y en juegos ancestrales. El objetivo era trasladar la pelota hasta la aldea rival, en una carrera cross country en la que había que esquivar adversarios lugareños.

Tras ese comienzo como actividad entre lúdica y cultural, se formalizó casi tres siglos después: la Asociación Atlética Gaélica (GAA, en inglés), la entidad madre que regula el deporte, inició su actividad el 1 de noviembre de 1884, ideó las actuales normas y define desde entonces a la práctica de esta disciplina como amateur.

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"El fútbol gaélico es el deporte más popular de Irlanda junto al hurling y está en plena expansión en los cinco continentes. Su difusión se produce gracias a la experiencia compartida, basada en su ética de juego recreativo para ratos libres con amigos luego del trabajo o del estudio", cuenta Francisco Lynch, el presidente de San Isidro Gaélico (SIG).

Los Juegos Mundiales Gaélicos tuvieron su última versión en 2019, cuando se desarrollaron en Waterford, Irlanda, con participación argentina.
Fuente: LA NACION

El deporte gaélico en general es vivido y sentido en varias ciudades irlandesas, como Dublín, Galway, Ennis, Waterford, Foxford y Belfast, la capital de Irlanda del Norte. Los valores del juego se transmiten de generación en generación: el espíritu competitivo, el juego limpio, el tercer tiempo, las giras internacionales. "Hoy en día siento que jugar al deporte gaélico lejos de mi país me hace sentirme un poco más cerca", comentó Michael Gerard Connory, jugador del club Bulfin, e irlandés de nacimiento y de sentimiento.

La zona del bajo de San Isidro es de las más activas en este deporte en la Argentina.
Fuente: LA NACION

Cómo y dónde se lo juega

La existencia de arqueros, la posibilidad de cabecear, los palos en forma de letra hache y los equipos de 15 integrantes son muestras de que este deporte combina fútbol y rugby, disciplinas de génesis reglamentaria británica, a diferencia del celta fútbol gaélico. Pero los períodos son de 35 minutos, y la pelota, esférica, es bastante más pesada que las de aquellos deportes masivos. Está permitido patearla, y también llevarla con las manos siempre que se dé cuatro pasos consecutivos como máximo, antes de hacerla picar, rematar o pasarla. ¿Entretenido? Si existen enfrentamientos oficiales en estadios colmados por 80.000 espectadores...

A diferencia de lo que sucede en el rugby, los pases pueden ser hechos en cualquier dirección.
Fuente: LA NACION

Video introductorio del fútbol gaélico

"Tiene algunos conceptos tácticos parecidos a los del fútbol australiano, pero la gente que juega al rugby puede aprovechar habilidades como tomar la pelota en el aire y patearla por arriba de la H", apuntó Connory, supervisor extranjero de las escuelas bilingües Lincoln en el Gran Buenos Aires.

Por hacer un gol como los del fútbol común son otorgados 3 puntos; por uno como los drops del rugby, 1 punto.
Fuente: LA NACION

Con su práctica solamente amateur, la difusión fue y es escasa. Y más allá de lo cautivante que es como deporte recreativo, lúdico y colectivo, su expansión internacional es muy pequeña. Un dato al respecto es contundente: en Latinoamérica, el único lugar donde se cultiva el fútbol gaélico es una parte del AMBA. "Hoy se lo juega solamente en el norte y el oeste del Área Metropolitana de Buenos Aires, y se lo enseña en colegios de esa zona. El crecimiento seguirá sin prisa pero sin pausa; lo más importante es que mantenga la ética amateur, para que su evolución sea real y sostenida", indica Lynch, coordinador de la liga Cuenca del Plata. "Veo factible que el fútbol gaélico llegue a los Juegos Olímpicos en las próximas realizaciones", suelta su utopía.

Pasado, presente y futuro en la Argentina

El deseo compartido de Lynch y Connory de ver expandirse al deporte gaélico se sustenta en el crecimiento en la Argentina durante el último lustro. De hecho, el seleccionado, compuesto enteramente por jugadores de Hurling Club, ganó la zona no irlandesa de los Juegos Mundiales Abu Dhabi 2015. El éxito llegó con un 7-4 sobre Galicia en la final, conseguido en un desempate (4 a 4 en el tiempo regular); los otros participantes en ese grupo fueron Sudáfrica, Canadá y Medio Oriente.

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"El hecho de ir a Abu Dhabi y volver campeones fue un sueño hecho realidad. Y me puse más orgulloso porque lo hizo un equipo al que entrené yo", destaca Connory, uno de los impulsores del resurgimiento de esta clase de fútbol en Sudamérica. El valor agregado del título en esos Juegos Mundiales GAA es que fue el primero internacional que se disputó en la historia de esta disciplina. El objetivo de la competencia es promocionar esta actividad en el planeta.

Fútbol gaélico en la cancha más emblemática del rugby argentino: CASI (celeste) vs. Resto de la Cuenca del Plata, en un partido de diciembre de 2019.
Fuente: LA NACION

Otros hechos apuntalaron en los últimos años el desarrollo del fútbol gaélico en la Argentina. En junio de 2017 se dio el duelo pionero entre clubes integrados totalmente por jugadores nacidos en el país, San Isidro Gaélico vs. Hurling Club, en Hurlingham. Y en julio de 2019 tuvo lugar el primer partido de un equipo argentino en tierra irlandesa, con un juez oficial. Fue el de SIG frente al club irlandés Coolera Strandhill, preparatorio para la participación del visitante en los Juegos Mundiales de Waterford/Dublín.

Para que esos sucesos se transformaran en realidad, Lynch, la máxima autoridad de SIG, había propiciado la creación de la liga Cuenca del Plata. "Comenzó con la fundación de San Isidro Gaélico, en 2016, y los entrenamientos formales empezaron en marzo de 2017. Van tres temporadas y estos años trajeron mucho juego, diversión y socialización, incluida nuestra participación en 2019 en los Juegos Mundiales Gaélicos en Waterford, luego de una gira por Irlanda para conocer de primera mano el deporte gaélico y su espíritu", afirma el dirigente.

SIG vs. Resto de la Cuenca del Plata, en diciembre de 2019

Compuesta por instituciones bonaerenses de las zona norte y oeste del AMBA, como SIG y Hurling, la liga Cuenca del Plata tiene una competencia hermana menor, la de la Copa Río de la Plata. Luego de los partidos, protagonistas y cuerpos técnicos se reúnen para compartir los terceros tiempos, tradición de las islas británicas celebrada tanto en divisiones infantiles como en mayores. En algún momento se retomará la actividad, detenida por la pandemia de coronavirus luego de unos pocos entrenamientos de adultos en Hurling, en marzo. Y entonces será tiempo de que el fútbol gaélico retome su crecimiento.

La Copa Río de la Plata es el trofeo del segundo certamen en importancia en la Argentina; el principal es la liga Cuenca del Plata.
Fuente: LA NACION