La extrema derecha gana terreno en Chile de la mano de un seguidor de Jair Bolsonaro
SANTIAGO.- “Si Pinochet estuviera vivo, votaría por mí”. José Antonio Kast es un rostro conocido en la política chilena y sus frases siempre generan alguna tempestad. Identificado como el principal referente de la ultraderecha desde hace varios años, hoy el abogado está volcado en su segunda candidatura presidencial y busca superar el 8% que consiguió en las elecciones 2017, siempre de la mano de sus consignas más reconocidas: exacerbación del neoliberalismo, un discurso antinmigración y su oposición al aborto y al matrimonio homosexual.
Pese a un lento despegue en los primeros sondeos, hoy la posición del líder del Partido Republicano es expectante después de repuntar y posicionarse en un sorpresivo segundo lugar. Según la encuesta de la empresa Criteria, que se difundió esta semana, Kast subió nueve puntos porcentuales respecto del mes pasado, y alcanzó un 17% de las preferencias, desplazando del segundo lugar a Sebastián Sichel, el candidato de la centroderecha, que totalizó un 15%.
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En la medición realizada entre el 1 y el 5 de octubre, el representante de la izquierda antiliberal, Gabriel Boric, continúa como el principal favorito para imponerse en la elecciones que se realizarán el próximo 21 de noviembre y cuyo ballottage está fijado para el 19 de diciembre. El exlíder estudiantil encabezó la encuesta con un 26% de la intención de voto, mientras que la otra carta de la izquierda, Yasna Provoste, exministra de Michelle Bachelet, sigue sin despegar del cuarto lugar y promedió un 11%.
Dentro de las razones que explican el alza de Kast, uno de los principales factores tiene que ver con el desvanecimiento de la opción de Sebastián Sichel, quien se ha estancado después de protagonizar varias polémicas y no tener éxito en su intento por expandirse hacia el centro. El tropiezo más resonante tuvo que ver con su reconocimiento de haber retirado el 10% de sus fondos previsionales manejado por administradoras privadas, pese a oponerse de manera terminante a esta política que surgió como una forma de enfrentar la crisis económica provocada por la pandemia.
“La disputa está muy abierta y dentro de ese espacio, está la batalla por el liderazgo de la derecha. Las expectativas están en la línea de buscar un perfil ultraconservador como el de José Antonio Kast o que el electorado opte por un independiente que cuenta con el apoyo de los partidos de derecha, pero que posee un discurso más etéreo como el de Sebastián Sichel”, dijo Rafael Pizarro, experto en políticas públicas y académico de la universidad UTEM.
Nacionalista y conservador
Por otro lado, los analistas locales coinciden que el candidato conservador le ha restado a Sichel una parte importante del electorado de derecha que desea votar más de acuerdo “a sus convicciones”, como el propio Kast ha insistido. Se trata del mismo sector que también anhela mano dura con la delincuencia, una idea tradicional de familia opuesta a la ideología de género, y que tiene una visión menos crítica de las violaciones a los derechos humanos que se cometieron en la dictadura de Augusto Pinochet. El propio candidato del denominado Frente Social Cristiano propuso en su programa de gobierno la creación de “coordinación internacional anti-radicales de izquierda”, y se ha mostrado a favor de militarizar la zona de la Araucanía tensionada por el conflicto mapuche.
“Después de su primera postulación, Kast ha recorrido el país más de tres o cuatro veces, entonces tiene un trabajo de terreno importante en el que ha reconquistado a su votante, una persona con un perfil muy claro: nacionalista, conservador de la calle, y que cree en su trabajo y no en el Estado. Kast tiene margen para crecer y la coyuntura le ha jugado a su favor porque ha puesto en escena temas como migración, donde además tiene la capacidad de movilizar”, señaló Alejandro Olivares, cientista político de la Universidad Católica de Temuco, quien también profundizó sobre el perfil del votante del líder de ultraderecha.
“Sus referentes internacionales van desde Donald Trump, Marine Le Pen, o el brasileño Jair Bolsonaro, y pese a que no posee la retórica de choque de este último, Kast toca continuamente las teclas que cuestionan la inmigración, el orden público y la seguridad ciudadana. Su votante posee un raigambre pinochetista, es indudable, pero también es heterogéneo: integra a sectores populares que les gusta el orden y a un sector acomodado, muy católico, que está contra el cambio de Constitución y de cualquier tipo de transformación”, añadió el académico.
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Esta semana, y a menos de 25 días de las elecciones, la campaña elevó el tono y Kast se ha entreverado en algunas controversias. A Gabriel Boric le dijo que “representa a todas las democracias fallidas de Latinoamérica”, y además exigió una “investigación urgente” tras la filtración de los Pandora Papers, que revelaron negocios que el presidente Sebastián Piñera realizó en paraísos fiscales.
“Veo que algunos piensan que todo va a seguir igual, que vamos a poder seguir gastando recursos que no tenemos, que nos vamos a poder seguir endeudando. Y puede que eso dure un par de años, pero siguen en la misma política esa de subir impuestos, de restringir comercio exterior, de estatizar todos los recursos naturales. Claramente Chile va a pasar por un proceso de deterioro económico muy alto”, dijo Kast, quien ya adelantó que plantea bajar los impuestos a las empresas en un 17% en el caso de ser elegido.