La extrema derecha española, un desastre en ascenso


Acabo de regresar de un viaje a España, donde tuve la oportunidad de sondear el panorama político y explorar el papel del partido de extrema derecha VOX en la dinámica política española actual.

VOX se fundó en 2013 por miembros del Partido Popular (PP) de centroderecha que creen que el PP se ha desviado demasiado hacia el centro y se ha convertido en un partido de lo políticamente correcto. La declaración fundacional de VOX es que el partido se fundó para “defender España, la familia y la vida humana; para reducir el tamaño del Estado, garantizar la igualdad entre los españoles y eliminar al gobierno de la vida cotidiana”.

En 2018 eligió a sus primeros parlamentarios y en 2019 se convirtió en el tercer partido en las Cortes. El partido toma su visión del antiguo dictador fascista español Francisco Franco, que gobernó España con mano de hierro desde 1939 hasta su muerte, en 1975, tras una guerra civil de tres años.

El lema nacional de España durante su gobierno era “una, grande y libre”. En el Estado de Franco no se toleraba el disenso y la Iglesia católica desempeñaba un papel fundamental en la política social y la vida cotidiana.

VOX defiende un Estado unitario a diferencia del actual sistema federal vigente desde la Constitución de 1978. En su opinión, la unidad de España es primordial, pero va en contra de los sentimientos nacionalistas presentes en muchas de las autonomías españolas.

A FAVOR DE LA EXPULSIÓN DE MIGRANTES

También aboga por expulsar a los inmigrantes “ilegales” (sobre todo a los árabes, en particular, y a los musulmanes, en general), así como a los inmigrantes legales que realizan actividades delictivas. Asimismo, esta extrema derecha defiende medidas para eliminar las leyes que protegen los derechos de las mujeres, la educación sexual, la eutanasia (la muerte asistida es legal en España), y describe a las mujeres como “portadoras y dadoras de vida”, lo cual recuerda a la visión de Margaret Atwood en El cuento de la criada.

En resumen, VOX representa todo lo que se opone a los valores de la OTAN, la Unión Europea y un Estado liberal demócrata moderno en una sociedad donde amplios sectores de la población estiman estos valores.

La estrategia de VOX es fomentar el miedo. Miedo al cambio, a los migrantes, a la delincuencia y un nostálgico regreso a la unidad nacional impuesta por el franquismo, donde los catalanes, vascos, gallegos y demás se sometían a la voluntad de la España castellana dirigida desde Madrid, compartiendo una misma lengua, una misma identidad y nación.

Su objetivo es irrumpir en el gobierno en solitario o en alianza con el PP. De hecho, en la Autonomía de Castilla y León forman parte de un gobierno dirigido por el PP. Al igual que la película “la cola que mueve al perro”, VOX controla al PP si este desea permanecer en el poder.

Sin embargo, no todo es tan simple. Durante mi visita a España, el vicepresidente de VOX del gobierno de coalición de Castilla y León declaró a los medios de comunicación que su partido planeaba dificultar los abortos obligando a los médicos a que las candidatas a abortar escucharan los latidos del corazón y vieran las imágenes del ultrasonido.

¿EXTREMA DERECHA DEMOCRACIA DINÁMICA?

Veremos cómo gestiona esto el gobierno de coalición. Los partidos mayoritarios españoles consideran que el aborto es un derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo. Queda por ver cómo reaccionan las mujeres votantes y cómo sus reacciones afectan la capacidad electoral de VOX.

VOX busca “normalizar” su discurso de odio y división y legitimar la política de la misoginia, el miedo, la legislación anti-LGBTQ+ y la paranoia general, dividiendo a la sociedad española y, como es el objetivo de los extremistas en todas partes, acrecentar las divisiones en la sociedad que VOX puede explotar para implementar sus retrógrados programas sociales y políticos.

Eso sería un desastre para una sociedad que transitó con éxito de una dictadura de extrema derecha a una democracia dinámica con todos sus defectos, pero también con todas las libertades y los derechos que trae consigo la democracia.

Como todos los partidos extremistas, VOX promete el fin del caos político que es parte integrante de una democracia vibrante. Los líderes políticos españoles deben analizar la función que han tenido en el crecimiento del extremismo de derecha, al impulsar políticas partidistas estrechas sin ofrecer una visión positiva del futuro, y cómo una España democrática podría lograr lo que sus ciudadanos desean.

De lo contrario, España podría enfrentarse a años de profundas divisiones y desilusión con la democracia por parte de una sociedad cada vez más frustrada. N

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Eduardo del Buey es diplomático, internacionalista, catedrático y experto en comunicaciones internacionales. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.

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