La extrañeza: Luigi Pirandello y sus personajes en busca de un autor, en una película que recupera al gran dramaturgo italiano

La extrañeza: Luigi Pirandello y sus personajes en busca de un autor, en una película que recupera al gran dramaturgo italiano
La extrañeza: Luigi Pirandello y sus personajes en busca de un autor, en una película que recupera al gran dramaturgo italiano

Extrañeza (La Stranezza, Italia/2022). Dirección: Roberto Andó. Guion: Roberto Andó, Massimo Gaudioso, Ugo Chiti. Fotografía: Maurizio Calvesi. Edición: Esmeralda Calabria. Música: Emanuele Bossi, Michele Braga. Elenco: Toni Servillo, Salvo Ficarra, Valentino Picone, Renato Carpentieri, Julia Andó, Donatella Finocchiaro. Calificación: apta para mayores de 13 años con reservas. Distribuidora: Z Films. Duración: 103 minutos. Nuestra opinión: muy buena.

Fue considerado el gran dramaturgo de Italia y quien llevó al extremo el juego entre la realidad y lo imaginario jugando al límite la ficción teatral y el espacio de la representación. Luigi Pirandello, nacido en Agrigento el 28 de junio de 1867, visitó dos veces la Argentina (en 1927, en una gira mundial con La razón de los otros, y hace 90 años para el estreno internacional de Cuando se es alguien), en buena medida gracias a la fama mundial que le brindó Seis personajes en busca de autor, estrenada en 1921 y publicada en 1925. Personajes que, en una representación teatral, reclaman al director de la obra el anhelo de existir luego de que el escritor que los imaginó no los trasladó al papel.

Considerada una de las bases del teatro moderno esa pieza es también el eje fundamental de este relato hábilmente imaginado por el realizador Roberto Andó en la que, probablemente, sea su mejor película hasta la fecha: el contexto -mixturado entre lo real y lo imaginario- en el cual el gran escritor italiano concibió una de las obras más trascendentes de la historia teatral. La base de realidad histórica es el viaje que emprende Pirandello a su Sicilia natal con motivo del 80° cumpleaños del escritor Giovanni Verga, invitado a dar una disertación en su honor. La fantasía se añade cuando debe obligadamente quedarse en su ciudad natal más allá de lo programado y conoce circunstancialmente a dos trabajadores que intentan hacer teatro amateur por la noche (por la mañana son sepultureros). Claro que la buena voluntad de estos profesionales de la pala –pero no de la escena– suma además la presencia de varios aspirantes a actores surgidos de la ciudad pero no necesariamente con el talento para la Compañia Filodramática Siciliana Principato e Vella que se presenta en el Teatro di Santa Lucia. Pirandello asiste a este escenario de la vida en medio de una fuerte crisis creativa y se acerca, curioso y hasta divertido, a este grupo vocacional que -sin imaginarlo- le dará las bases para una de sus obras más extraordinarias.

Andó consigue una reconstrucción de época minuciosa en una película que el admirador de Pirandello seguirá con notable interés y que el recién iniciado disfrutará sin mayores complicaciones, inmerso en el notable juego creativo que propone en el cruce de realidad y ficción. También por los toques de comedia y drama que desenvuelve en la historia que narra con notable habilidad creativa y con un sólido elenco encabezado por el siempre magistral Toni Servillo. Habitual protagonista de los films de Andó, Servillo consigue una vez más otro de sus papeles de antología, un physique du role sorprendente y un contrapunto perfecto con el notable dúo de cómicos Ficarra y Picone como los enterradores con vocación artística. Todos ellos sirven al director para imaginar como fue la génesis de una obra que introduce en la trama sin espesuras pero también sin didactismos, y que cambió el modo de entender la representación artística e incluso al espectador sentado en su butaca.