Extorsión en Nuevo Laredo: solo 3 denuncias, pero empresarios señalan que cobro de piso se ha vuelto “deporte nacional”
“En Tamaulipas somos rehenes de las bandas delincuenciales y de la extorsión. El cobro de piso se ha convertido en el deporte nacional”.
El pasado lunes 29 de julio, Julio César Almanza, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio (Fecanaco) en Tamaulipas y prosecretario de la Concanaco-Servytur, alzó la voz en una entrevista en Milenio Televisión en la que denunció que hasta 191 tiendas Oxxo y 7 gasolineras de esta empresa tuvieron que cerrar en Nuevo Laredo, entre Tamaulipas y Estados Unidos, por el acoso de los grupos del crimen organizado que exigen el cobro de ‘cuota’ para operar.
Tan solo horas después de esa entrevista, el martes 30 de julio, Julio César fue asesinado. Le dieron 10 balazos.
De acuerdo con los primeros reportes, el líder empresarial de 56 años estaba llegando a eso de las 2 de la tarde a las instalaciones de la Cámara Nacional de Comercio en la ciudad tamaulipeca de Matamoros, en la colonia Buena Vista, cuando un sujeto se le acercó y le vació el cargador de la pistola acertándole tres veces en la cabeza y el cuello. Su cuerpo quedó tendido al interior de una Grand Cherokee blanca.
“Julio no merecería morir así”, lamenta Gerardo Acevedo, asesor de asuntos internacionales de la Federación de Cámaras de Comercio de Tamaulipas, amigo personal de Julio César Almanza desde la adolescencia, y también víctima directa de la violencia en Tamaulipas, pues perdió a un hermano “que fue levantado, torturado, asesinado, y que nunca apareció”, y a su sobrino Ernesto Guajardo Guerrero, “que salió un día a jugar futbol y nunca más regresó”.
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En la entrevista con Animal Político, Acevedo expone que no era la primera vez que Julio César Almanza alzaba la voz en medios de comunicación para denunciar la situación de violencia en la entidad y la consecuente pérdida de inversiones por el miedo al crimen organizado en una entidad que, si bien las estadísticas oficiales no reflejan que se trata de uno de los estados más violentos de México, lleva años siendo una enorme ‘zona de silencio’ que grupos como el Cártel del Noreste y el Cártel del Golfo se disputan a balazos.
“Julio no solo denunció el tema de los Oxxos, sino que también denunció corrupción en las aduanas y eso le generó muchos enemigos y amenazas”, expone Acevedo.
‘Extorsión está fuera de control’
De acuerdo con datos oficiales del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, en Tamaulipas se abrieron 111 carpetas de investigación por el delito de extorsión (para junio de este año apenas sumaban 37), arrojando una tasa de 3.2 denuncias por cada 100 mil habitantes. Una cifra muy lejana, por ejemplo, a la registrada en el estado vecino, en Veracruz, donde en ese mismo año se realizaron 881 denuncias por extorsión, con una tasa de 11 por cada 100 mil habitantes.
Aunque más llamativas son las cifras oficiales referentes a Nuevo Laredo, el municipio fronterizo donde Julio César Almanza denunció el cierre masivo de tiendas Oxxo por el ‘cobro de piso’ del crimen organizado: tan solo 3 denuncias en 2023.
Cuando se le cuestiona a Gerardo Acevedo por estos datos, el empresario exhala una risa cansada, de resignación.
“Pues te voy a responder como se dice en Palacio Nacional: yo tengo otros datos”, dice tirando de ironía.
“La extorsión en Tamaulipas, como lo denunció el propio Julio César horas antes de que lo asesinaran, se ha vuelto un deporte nacional. En Tamaulipas, todos, absolutamente todos, desde los taqueros, los comerciantes, los profesionistas, los abogados, los médicos, etcétera, etcétera, todos tienen que pagar el derecho de piso. Es algo que ya se ha salido de control”, denuncia.
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Otro ejemplo, expone Acevedo es que en el área de Valle Hermoso, cerca de la ciudad de Matamoros, una de las más importantes y pobladas de la entidad, los agricultores también “están sufriendo mucho” por el cobro de cuota del crimen organizado.
“Ya se ha llegado al colmo de que hasta una persona particular que tenga algo plantado tiene también que pagar cuota al crimen dependiendo de los árboles que tenga en su casa. Insisto, esto ya se ha salido de control”.
Regresando al tema de ‘la crisis de los Oxxo’ en Nuevo Laredo, en la entrevista televisiva antes de ser asesinado a tiros, Julio César Almanza había referido que el cierre masivo sucedió desde el pasado 25 de julio, lo cual ya había generado pérdidas a la empresa por más de 50 millones de pesos.
El cierre se debió, al parecer, porque uno de los cárteles que opera en la zona había llegado ya a exigir hasta la base de datos de los empleados, incluyendo copias de la credencial de elector de cada trabajador. Algo a lo que la empresa se negó y por ello decidió cerrar. Sobre esto, Animal Político buscó buscó a Femsa, la compañía de los Oxxo, para preguntarle sobre esta presunta exigencia de la base de datos de empleados, pero no dio información al respecto.
Ahora, apunta Gerardo Acevedo, otras grandes compañías también están planteándose hacer lo mismo.
“Hay un clima de mucho miedo entre los inversionistas. La gente empieza a pensar ‘no, pues no me conviene invertir en México, porque voy a estar en manos del crimen organizado, tal y como también denunció Julio poco antes de ser asesinado”, plantea el líder empresarial, que al igual que hizo Julio César Almanza exige una intervención contundente del Gobierno mexicano.
“Todas las familias tamaulipecas, todas –subraya–, estamos tocadas por el crimen organizado. Y esto nos lleva a preguntarnos por qué sucede esto en nuestro país, y ya cruzando aquí el río y la frontera ya no pasa. Y la respuesta es porque aquí en México hay impunidad y corrupción. Porque una situación como la que vivimos, donde somos presas del crimen organizado, no puede darse sin la complacencia de quien tiene la obligación de protegernos, que es el Gobierno”.
“Y sí –agrega–, el presidente López Obrador dijo en la mañanera que le duele mucho el asesinato de Julio, pero ya no queremos más pronunciamientos, ni promesas de que se llegará hasta el fondo del asunto. Lo que queremos ver son acciones concretas y reales, para que la ciudadanía en general y el sector empresarial se sientan protegidos. Mientras no se logre eso, las inversiones no van a llegar”.
Acto seguido, se le cuestiona al líder empresarial tamaulipeco si la presencia de la policía, el Ejército y la Guardia Nacional, no inhibe al crimen organizado, o si dicha presencia no genera tranquilidad en la ciudadanía. A lo que Acevedo vuelve a responder exhalando un suspiro.
“En Matamoros, por ejemplo, la policía no existe”, dice contundente. “Y la presencia de la Guardia Nacional y del Ejército en Tamaulipas solo es simbólica, porque a la hora de los fregadazos nada más los ven pasar, y ya solo llegan a ‘resguardar’ los cuerpos. En el caso de Julio así fue: llegaron a resguardar las instalaciones de la cámara de comercio, pero ya estando Julio fallecido”.
Asimismo, hay que tener en cuenta otro dato importante, y es que el despliegue de la Guardia Nacional no está dando más prioridad a los estados más violentos, tal y como publica Animal Político este jueves 1 de agosto en una nota, en la que se da cuenta que hay más elementos en Ciudad de México, por ejemplo, que en el propio Tamaulipas, o en otras entidades como Colima, Michoacán, Zacatecas, o Sinaloa.
“Hay que seguir denunciando”
Por otra parte, además de lamentar el asesinato de su amigo, a quien define en lo personal como “un hombre carismático, positivo, amable y siempre con una sonrisa”, Acevedo teme que el mensaje que lanza el homicidio pueda calar, aún más, en el ambiente de terror que se vive en la entidad y sobre todo en el ánimo de los empresarios, pues, por ejemplo, dice que en Matamoros “el único organismo civil que alzaba la voz para señalar todo este tipo de problemas era la Canaco-Matamoros y Julio Almanza”.
“Claro que hay miedo –admite–, porque todos estamos sujetos a que, en cualquier lugar y a cualquier hora del día, podamos ser acribillados a balazos por alzar la voz”.
“¿Y qué se puede hacer entonces?, se le cuestiona.
Acevedo guarda silencio por unos segundos, en los que reflexiona.
“Mira, por miedo siempre se ha dicho: ‘no, mejor no denuncies, porque te puede tocar a ti ser el siguiente’”, plantea.
“Pero el mensaje y el legado que Julio nos deja es que no podemos ser cobardes. Tenemos que seguir denunciando, porque es la única forma de que el Gobierno se dé cuenta de que está obligado a darnos seguridad”, concluye el líder empresarial tamaulipeco.