Exposición muestra importancia del histórico vecindario del Pequeño Haití en Miami

Había algo en el Pequeño Haití de lo que Edouard Duval-Carrié no podía escapar.

Era el comienzo de los años 90 y el artista haitiano había decidido mudarse de París. Un vuelo cancelado le permitió pasar una larga temporada en Miami y el Pequeño Haití lo cautivó. Le encantaba que todo el mundo hablara crole, ver las agujas del Mercado del Caribe y sentirse como en casa. En dos años, Duval-Carrié había comprado el mismo estudio que ocupa casi tres décadas después.

“Sentía que era el único lugar del mundo en el que había algo relacionado con Haití, aparte de Haití mismo”, dijo Duval-Carrié, rodeado de una imponente estantería y de sus obras de arte. Nunca pronosticó la gentrificación que empezaría a principios de la década de 2010. “Dije ‘Estaré en los guetos el resto de mi vida’”, dijo, bromeando, “y esa es la idea que me encantaba”. Desde entonces empezó a erosionar la identidad del vecindario o tal vez lo hizo inconscientemente. “Les diría a otros haitianos que deberían invertir aquí”.

Duval-Carrié es uno de los muchos artistas que participan en la nueva exposición “I Am Little Haiti”, que trata de replantear el relato del histórico vecindario. Expuesta del 11 de mayo al 10 de agosto en Green Space Miami, la muestra combina ensayos, arte mixto, fotografía y videos para mostrar no solo la compleja historia del Pequeño Haití, sino también para provocar conversaciones significativas sobre su futuro en medio de los cambios en curso.

“Existe la necesidad de que las personas que ven la importancia del Pequeño Haití se unan, no para su propio beneficio personal, sino porque es necesario proteger lo que se les ha dado”, dijo Carl-Philippe Juste, curador de la exposición y fotógrafo del Miami Herald. El propio título de la exposición, dijo, es una declaración arraigada en “la existencia perpetua de este espacio”.

Juste tiene una conexión personal única con el Pequeño Haití: fue su padre Viter Juste quien se trasladó a Miami en 1973 y acuñó el nombre de “Pequeño Haití”. Viter también tuvo un papel muy activo en la lucha de Miami por los derechos de los inmigrantes, fundando Haitian Florida, el primer periódico local de la creciente comunidad haitiana, y defendiendo con éxito que los hijos de inmigrantes indocumentados asistieran a escuelas públicas.

Gracias a Duval-Carrié, Carl-Philippe pudo alquilar parte del estudio del artista en 2007, dándole voz en el cambiante vecindario que su padre tanto se esforzó por ayudar a construir.

“Muchos haitianos están siendo expulsados porque no tienen contratos de alquiler a largo plazo”, dijo Juste, añadiendo después que los haitianos por sí solos “no pueden salvar el Pequeño Haití”.

La exposición encarna una de las mayores filosofías de su padre: aunque el Pequeño Haití proporcionó a muchos inmigrantes un entorno en cierto modo familiar para empezar de cero, el vecindario sigue siendo solo una parte del rico tapiz que hace de Miami un lugar tan mágico.

“Mi padre entendía que Miami era cosmopolita”, dijo Juste. “Era un lugar único, no una ciudad estadounidense, pues no pertenecía a Estados Unidos, sino al mundo. Si los cubanos podían tener La Pequeña Habana, los haitianos podían tener el Pequeño Haití. Comprendió la coexistencia, que no nos mezclamos en una sopa, sino que somos más como una ensalada: tenemos nuestros propios ingredientes y hay que valorarlos”.

Aun así, no es ningún secreto que la población haitiana de la zona ha ido disminuyendo a medida que los urbanizadores inmobiliarios se abalanzan sobre ella. Algunos aspectos hacen del Pequeño Haití una zona bastante deseable, como su proximidad a vecindarios populares como Design District y Wynwood, su elevada altitud sobre el nivel del mar y el bajo precio del suelo. Las pequeñas tiendas familiares empezaron a marcharse debido al aumento de los alquileres y los parientes más jóvenes empezaron a vender sus casas para empezar de nuevo en otro lugar; incluso el futuro del querido Caribbean Marketplace se cuestionó recientemente. El resultado es que la población haitiana del Pequeño Haití ha descendido un tercio entre 2000 y 2020, según los últimos datos del Censo.

“I Am Little Haiti”, el capítulo final de una iniciativa de varios años financiada por Mellon Foundation a través del proyecto Commons for Justice: Race, Risk, Resilience de la Universidad Internacional de la Florida, trata de cohesionar los elementos dispares que hacen del vecindario algo más que un conjunto de calles y estructuras.

“No se trata de decir ‘Vengan y destruyan estas estructuras icónicas e históricas’”, dijo Rebecca Friedman, directora del Laboratorio de Humanidades Públicas de FIU, quien ha colaborado en curar la exposición. “Sino más bien ‘Aunque lo intenten, seguiremos aquí’ y el nosotros en eso puede que no se limite a los haitianos: son ellos y sus aliados”.

Pero los lugares son importantes: mientras los visitantes recorren la galería, pueden leer sobre la importancia de la escuela primaria Toussaint Louverture, del Chef Creole, de la iglesia católica Notre Dame d’Haiti, etcétera.

“Son cosas muy reales”, dijo Nadege Green, historiadora de Black Miami, refiriéndose a la posible pérdida de las estructuras emblemáticas del Pequeño Haití. Green escribió un ensayo envolvente que entrelaza el criollo y el inglés mientras relata su infancia en Notre Dame, una experiencia que contribuyó a sentar las bases de su trabajo Black Miami-Dade, un archivo histórico multimedia. “Es importante no solo lo que le está pasando al vecindario, sino la necesidad de archivar estos recuerdos, a quién recordamos y cómo recordamos”.

Los demás elementos de la exposición sirven como una especie de cápsula del tiempo: hay una colección de adornos que los inmigrantes trajeron de Haití para recordar que la nostalgia siempre ha desempeñado un papel importante en la existencia del vecindario, el retrato de Toussaint Louverture hecho por Duval-Carrié y titulado “Toussaint en Saumon” le rinde homenaje al espíritu revolucionario de los haitianos y la colección de fotografías, muchas de las cuales muestran los rostros de la comunidad, retratan a las personas que le dan al enclave su rítmico latido.

“El Pequeño Haití es un regalo para el Condado Miami-Dade”, dijo Juste. “Es un lugar en donde los haitianos pueden huir de la persecución y estar en un lugar en donde se valora su pasado y su presente”.

Si va

Qué: Exposición “I Am Little Haiti”.

Cuándo: Del 11 de mayo al 10 de agosto, de miércoles a domingo de 12:00 a 6:00 p.m.

Dónde: Green Space Miami, 7200 Biscayne Blvd., Miami.

Cómo: Las entradas son gratis.