Exjefe militar que lideró intento de golpe en Bolivia dice que en algún momento se sabrá la verdad

Juan José Zúñiga, ex comandante general del ejército, es escoltado desde una cárcel para ser trasladado a la prisión de máxima seguridad de Chonchocoro, el sábado 29 de junio de 2024, en La Paz, Bolivia. Zúñiga fue detenido por su participación en lo que el presidente Luis Arce llamó un intento de golpe de Estado. (Foto AP/Juan Karita)

LA PAZ, Bolivia (AP) — El general Juan José Zúñiga, el exjefe militar que encabezó esta semana un fallido intento de golpe de Estado en Bolivia, dijo que “en algún momento se sabrá la verdad” sobre esos hechos cuando era trasladado el sábado a un penal de alta seguridad en las afueras de La Paz.

“El resto son inocentes, hay inocentes”, alcanzó a decir Zúñiga a la prensa en una aparente referencia a los otros 21 detenidos, mientras era introducido a un vehículo en medio de un fuerte dispositivo policial. El excomandante del ejército estaba esposado y resguardado por dos agentes de la policía.

Horas más tarde, Zúñiga fue trasladado “por razones de seguridad” a otro penal en la ciudad de Cochabamba, en el centro de Bolivia.

“Hay cierto descontento entre los detenidos por la presencia de Zúñiga, por eso tomamos la decisión de llevarlo al penal del Abra en Cochabamba. Tenemos la obligación de garantizar la vida y seguridad de todo detenido”, dijo en rueda de prensa Juan Carlos Limpias, director de Régimen Penitenciario.

El penal de Chonchocoro a donde fue llevado inicialmente Zúñiga es considerado de máxima seguridad y está en los suburbios de La Paz, a unos 3.800 metros (12.467 pies) sobre el nivel del mar. Allí son trasladados generalmente los presos más peligrosos. La cárcel del Abra está en un valle a menor altitud, a 1.750 metros (5.741 pies).

Zúñiga es investigado por alzamiento armado y terrorismo al igual que el vicealmirante Juan Arnez, excomandante de la Armada, y el coronel Edison Irahola, excomandante de una brigada mecanizada del ejército. Estos dos últimos permanecerán en el penal de Chonchocoro, dijo Limpias.

Otros 14 de los 21 detenidos comparecían el sábado ante un juez de medidas cautelares, quien también podría ordenar prisión preventiva para ellos mientras son investigados. La audiencia se realizaba de modo virtual por razones de seguridad. Todos están siendo procesados por alzamiento armado y terrorismo.

El abogado Alexis Fuentes, defensor de uno de los detenidos, cuestionó la decisión de la fiscalía de procesar por el mismo delito a todos. “Eso no tiene lógica, no hay individualización de los delitos de cada uno de los procesados”, se quejó.

Frente al cuartel de la policía, medio centenar de seguidores del presidente Luis Arce gritaban: “¡Cárcel para Zúñiga!”. Muy cerca de la zona estaban los familiares de los 21 detenidos por la asonada militar, entre ellos la esposa de Zúñiga, Graciela Arancibia.

“Estamos siendo acosadas, hostigadas, y eso es injusto. Soy madre de un niño de 6 años y pido respeto”, dijo la mujer entre sollozos.

El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, supervisó el traslado de Zúñiga.

Ante los reclamos de algunos aprehendidos que aseguran haber cumplido órdenes, Del Castillo dijo que es norma en las fuerzas armadas que las “órdenes se dan por escrito”.

“Hay militares que se insubordinaron a Zúñiga y serán testigos. Estamos investigando", agregó.

Arce aseguró la víspera a The Associated Press que el objetivo de los golpistas era derrocarlo y poner en el poder a Zúñiga, el excomandante que fue colaborador cercano del mandatario desde 2022, cuando asumió el cargo.

Opositores a Arce, entre ellos el expresidente Evo Morales y líderes de organizaciones ciudadanas, han puesto en duda la versión del gobierno y dicen que se trató de un autogolpe, basándose en las declaraciones de Zúñiga. Este, al ser detenido, dijo que fue el mandatario el que le pidió planear una acción militar para ayudarlo a incrementar su popularidad.

Arce ha desmentido esa acusación. “Por supuesto que rechazo esa versión”, aseguró.

El presidente afronta un creciente clima de malestar social debido al deterioro de la economía y el alza en el costo de la vida. Las disputas con Morales por el liderazgo del partido gobernante Movimiento al Socialismo han hecho que Arce pierda fuerza política.