Europa sale a rejuntar tanques para Ucrania y deja expuesta la precariedad de sus fuerzas armadas

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Un tanque Leopard 2 en un ejercicio en Augustdorf, Alemania. (AP Photo/Martin Meissner, file) - Créditos: @Martin Meissner

BERLÍN.– A casi un mes de que Berlín diera permiso a sus aliados europeos para enviar tanques alemanes a Ucrania, el aluvión de blindados que muchos países prometieron resultó ser una llovizna.

Algunos países descubrieron que los tanques que tenían en sus arsenales en realidad no funcionan, o que les faltan partes. Además, los mandatarios encontraron una inesperada resistencia interna en sus propias coaliciones de gobierno, y hasta de sus ministros de Defensa. Y algunos Ejércitos tuvieron que sacar de su retiro a algunos militares para enseñarles a los ucranianos a usar esos viejos modelos de tanques.

Soldados polacos y ucranianos entrenan en un tanque Leopard 2 en la base militar de Swietoszow en el oeste de Polonia el 13 de febrero de 2023
Soldados polacos y ucranianos entrenan en un tanque Leopard 2 en la base militar de Swietoszow en el oeste de Polonia el 13 de febrero de 2023 - Créditos: @WOJTEK RADWANSKI

Los problemas para mandarle tanques Leopard a la asediada Ucrania es la punta de un iceberg que Europa ha preferido ignorar durante mucho tiempo: creyendo que las guerras territoriales de gran escala eran cosa del pasado y que aletargaba por las bondades de la Posguerra Fría, los europeos desfinanciaron de manera crónica sus fuerzas militares. Y cuando Rusia lanzó la mayor guerra terrestre en el continente desde la Segunda Guerra Mundial, los encontró penosamente mal preparadas.

Los indicios del problema asomaron repetidamente bajo la forma de escasez de municiones y armas durante el año que lleva la guerra en Ucrania. Pero ahora que Alemania y sus aliados están tardando semanas para rejuntar suficientes tanques Leopard 2 para armar un batallón de blindados –un total de 63 vehículos–, la magnitud del deterioro ha quedado patente. Y Alemania es muy consciente de lo irónico de la situación.

El canciller Olaf Scholz resistió durante semanas una intensa campaña de presión pública del gobierno de Kiev, otros mandatarios europeos y expertos en seguridad para que enviara tanques a Ucrania y permitiera que otros países aporten algunos de sus propios Leopards. El temor de Alemania era que Rusia lo tomara como una escalada por parte de la OTAN. En las redes sociales, muchos cargaron contra Scholz con la campaña #Freetheleopards (“Liberen los Leopards”).

Un tanque Leopard 2A7 danés en Tapa, Estonia. (AP Photo/Pavel Golovkin)
Un tanque Leopard 2A7 danés en Tapa, Estonia. (AP Photo/Pavel Golovkin) - Créditos: @Pavel Golovkin

Los Leopards fueron liberados, pero en el terreno hay pocos, y algunos de los países que clamaban por una autorización para enviar los suyos a Ucrania, ahora tienen problemas para cumplir, o lo pensaron dos veces…

Aunque Europa tiene un estimado de 2000 Leopard 2 de diferentes modelos –son de los blindados de guerra más usados en el continente–, los comprometidos para enviar a Ucrania son cientos por debajo de lo que Kiev dice necesitar.

Alemania ofreció 18 y Polonia otros 14, pero de ahí para abajo las cifras disminuyen. Y cuando los tanques ya prometidos entren en combate y se averíen o sean destruidos, no queda claro cómo serían reemplazados ni por quién. “Por supuesto que algunos países hicieron entregas o al menos prometieron que lo harán”, dijo el ministro de Defensa alemán, Boris Pistoius, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich. “Pero otros países no lo hicieron”.

El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, en un Leopard 2 en Augustdorf. (AP/Martin Meissner)
El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, en un Leopard 2 en Augustdorf. (AP/Martin Meissner) - Créditos: @Martin Meissner

“Y eso me deja un poco consternado”, agregó Pistoius. “Queda claro que algunas naciones, y no pienso dar nombres, prefirieron escudarse en Alemania, diciendo: ‘Me encantaría hacerlo, pero no nos dejan’. Pero cuando les dimos permiso, no hicieron nada”.

En privado, muchos funcionarios alemanes y europeos dicen que la situación es aún más complicada: no es tanto que los países no quieran cumplir con sus promesas, sino que se han dado cuenta de lo extremadamente difícil que es hacerlo.

Finlandia, cuyos desafiantes legisladores lideraron el reclamo para que Alemania autorizara el envío de Leopards, anunció que suministraría tres vehículos Leopards de desminado, pero ni uno solo de sus supuestos 200 Leopards de combate.

Los europeos disfrutaron durante décadas del “dividendo de paz” de la Posguerra Fría y llegaron a creer que la guerra era cosa del pasado, así que fueron recortando sistemáticamente su presupuesto militar. Y ahora esas encogidas fuerzas armadas tienen a proteger lo poco que les queda. En la OTAN, suele decirse que Europa tiene “ejércitos bonsái”.

Hace años que Estados Unidos le insiste a Europa para que aumente su gasto en defensa, y en 2014, cuando Rusia manoteó Crimea, los miembros de la OTAN acordaron llevar el gasto militar a un 2% del PBI para 2024. Estamos en 2023, y según estimaciones actuales de la OTAN, solo nueve de los 30 miembros de la alianza atlántica ya alcanzaron ese cifra; otros 10 están cerca. Pero hay 13, incluida Alemania, donde el gasto militar ronda el 1,5% del PBI, o menos.

Informes militares

En Alemania, que durante años se aferró a una política exterior más centrada en la ayuda y el desarrollo que en el poder duro, algunos pensaron que el problema era exclusivamente alemán. Los informes militares anuales ante el Parlamento ofrecían indicios, incluso cómicos, de la escasez de fondos: comandos acuáticos que entrenaban en natatorios públicos porque sus instalaciones habían sido cerradas, aviones que no despegaban, soldados que entrenaban con palos de escoba en lugar de rifles. Hasta los flamante vehículos de infantería Puma sufrieron desperfectos en los últimos tiempos.

Pero ahora muchos otros países europeos se están dando cuenta de que sus propios ejércitos pueden tener problemas similares.

Un soldado ucraniano permanece encima de un tanque ruso destruido mientras otro lo mira, en las afueras de Kiev, Ucrania. (AP Foto/Rodrigo Abd)
Un soldado ucraniano permanece encima de un tanque ruso destruido mientras otro lo mira, en las afueras de Kiev, Ucrania. (AP Foto/Rodrigo Abd)

“La tendencia generalizada en los ejércitos europeos ha sido recortar, recortar y recortar”, dice Christian Mölling, experto en defensa del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores. “Y al fin de cuentas, todos iban por el mismo camino que Alemania: como la guerra es algo teórico, tenemos tanques teóricos”.

España tiene 108 tanques Leopard 2A4 y fue una de las primeras en solicitar el permiso alemán para mandar algunos a Ucrania. Pero acaba de descubrir que muchos están en malas condiciones y necesitan un reacondicionamiento que podría llevar semanas o meses. Para colmo, uno de los socios de la coalición, el partido izquierdista Podemos, está más cerca de Rusia y se resiste a ofrecer más apoyo a Ucrania.

Sin embargo, cuando Alemania les devolvió la presión a sus aliados por sus propias deficiencias, el presidente español, Pedro Sánchez, mejoró su promesa y el viernes anunció que España enviaría 10 Leopards, cuatro más de los prometidos.

Ulrike Franke, analista de defensa del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, dice que los problemas para reunir tanques obliga a preguntarse qué otros problemas de escasez y de mantenimiento tienen las fuerzas armadas europeas.

“¿España justo tiene problemas con sus tanques Leopard, pero todo lo demás funciona perfecto?”, dice Franke. “¿O tiene el mismo problema en otros lugares?”.

“¿El 10% de sus equipos no funciona, o es el 50%?”, se pregunta Franke. “A los europeos les convendría analizar con cuidado estos asuntos”.

Polonia, que tiene una relación complicada con Alemania, fue la primera en presionar a Scholz y al gobierno de Berlín por los Leopardos, y hasta amenazó con enviar algunos a Ucrania sin permiso alemán. Al igual que Alemania, Polonia tiene unos 200 tanques Leopard 2, pero solo prometió 14. El primero llegó a Ucrania el 24 de febrero, aniversario de la invasión.

Tal vez Polonia esté retrasando las entregas de Leopard hasta recibir los nuevos tanques K2 fabricados por Hyundai en Corea del Sur, destinados a reemplazar el modelo alemán, según señalan algunos analistas. Polonia ya ha enviado a Ucrania muchos tanques mejorados T-72 de la era soviética. Varios funcionarios europeos creen que Polonia debería ofrecer más Leopards.

Pero hasta hay complicaciones con los tanques que más abundan: los antiguos modelos Leopard 1.

Holanda, Alemania y Dinamarca lanzaron una iniciativa conjunta para reacondicionar y enviar a Ucrania 150 modelos Leopard 1 antes de fin de año. Pero a principios de esta semana, en una sesión de entrenamiento para soldados ucranianos en Alemania, un general admitió que debieron recurrir a conductores ya retirados de Leopard 1 para que vuelvan al servicio activo y capaciten a los ucranianos: el viejo modelo resulta totalmente desconocido para los soldados actuales.

Por mucho que se haya politizado en tema de los Leopards, según el analista Gustav Gressel, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, hay muchas soluciones posibles siempre y cuando los países de Europa trabajen coordinadamente.

Los holandeses, por ejemplo, le alquilan 18 Leopards a Alemania. Los funcionarios ahora evalúan si Alemania no podría recuperar algunos de ellos para reemplazar los que usa en Lituania, y luego enviar esos a Ucrania.

Suiza, aferrada a su neutralidad constitucional, se niega a enviar ninguno de sus 134 Leopards, pero está dispuesta a entregar tanques a los miembros de la Unión Europea, señala Gressel. Países como Finlandia o Polonia podrían pedir los tanques suizos y enviar los suyos a Ucrania.

Otra opción es que los países simplemente compren más Leopards, que son fabricados por las empresas alemanas Rheinmetall y Krauss-Maffei Wegmann, y envién a Ucrania sus modelos actuales.

Erika Solomon, Steven Erlanger y Christopher F. Schuetze

Traducción de Jaime Arrambide