Eurocopa 2024: la segunda Generación Dorada de Croacia comienza a despedirse con la misma épica que marcó su historia

La decepción de Luka Modric, entre Brozovic y Budimir, después del empate con Italia que los complicó
La decepción de Luka Modric, entre Brozovic y Budimir, después del empate con Italia que los complicó - Créditos: @Ebrahim Noroozi

El avance en línea recta durante unos 20 metros y con la pelota pegada al pie de Riccardo Calafiori tuvo tanto de épica como el mundo ya se había acostumbrado a ver en los asombrados hombres de camiseta arlequinada blanca y roja que lo miraban pasar como si se tratase de un caudillo del antiguo imperio romano. El derechazo exacto, perfecto, de Mattia Zaccagni que llegó a continuación tuvo tanta precisión como tantas veces la habían tenido los valientes guerreros de las costas dálmatas al otro lado del mar Adriático. Fue un flechazo certero al corazón cuando ya casi nadie lo esperaba.

Italia dejó a Croacia prácticamente eliminada de la Eurocopa 2024 en el octavo minuto de descuento. Pero más que eso, marcó el primer acto de despedida de una generación dorada, la segunda en poco más de 30 años de presencia del pequeño país balcánico en el fútbol internacional , el inicio de la bajada del telón para un grupo de jugadores que hicieron de la épica y la resistencia su modo natural de subsistencia.

“ Cruel ”, “ despiadado ”, fueron los adjetivos que eligió para explicar lo sucedido Luka Modric, indiscutido líder de una pandilla de jugadores irreverentes y de espíritu indomable que desde 2016 hasta la fecha habían atravesado múltiples match-points para alcanzar la final del Mundial de Rusia, el tercer puesto en el de Qatar o el choque decisivo en la Liga de las Naciones del año pasado, siempre dejando hasta la última gota de energía sobre el césped.

Modric, que cumplirá 39 años en septiembre; Iván Perisic (35), Andrej Kramaric (33), Marcelo Brozovic (31) y Mateo Kovacic (30) han sido animadores de primera línea en los últimos grandes torneos. Con mejor o peor juego, más defensivos o más atrevidos según el rival que tuvieran enfrente y los momentos de cada partido, se las habían ingeniado para demostrar su fiabilidad y su oficio para salir airosos y llenar de orgullo a su gente. El gol del albanés Klaus Gjasula en el quinto minuto de descuento del segundo cotejo del grupo, y el de Zaccagni en la agonía del tercero pusieron en duda esas cualidades que parecían tener incorporadas a la piel, adelantaron el reloj del adiós y es muy posible que hayan abierto las ventanas para una transición que no será nada fácil.

El caso de Croacia, una nación de apenas 3,8 millones de habitantes, es muy particular, quizás equiparable al de Uruguay a este lado del océano. La predisposición natural, y un amor y una pasión desbordantes hacia el deporte (no sólo el fútbol), lograron que desde 1992, cuando la UEFA y la FIFA la reconocieron como miembro independiente luego del desmembramiento de la antigua Yugoslavia, ya haya parido dos generaciones imborrables .

La primera, capitaneada por Davor Suker, Zvonimir Boban, Robert Prosinecki y Robert Jarni, alertó de su presencia clasificándose para cuartos de final en la Eurocopa 1996 (caería ante Alemania, que sería el campeón), y dio la gran campanada dos años más tarde en el Mundial de Francia, donde se quedó con el tercer puesto, luego de perder con Francia en las semifinales y derrotar a la que por entonces se llamaba Holanda en el encuentro por el tercer lugar. Pero duraría poco: ni siquiera estuvo presente en la Eurocopa 2000.

Aquella transición duró una década y media. En la cita continental de 2016 la pandilla completa ya estaba sobre el césped cuando un tanto del portugués Quaresma en el minuto 88 los dejó afuera en los octavos de final . Ahí aprendieron a apretar los dientes y luchar hasta la extenuación hasta que el árbitro decretase el cierre y fueron sumando éxitos, algunos de ellos rozando la leyenda.

 Mattia Zaccagni, de Italia, anota un gol determinante para el futuro de Croacia
Mattia Zaccagni, de Italia, anota un gol determinante para el futuro de Croacia - Créditos: @Alex Livesey

La lista es larga. Clasificación por penales ante Dinamarca y Rusia en los octavos y los cuartos de final, y con un gol en el alargue en semifinales en Rusia 2018. Más penales en Qatar 2022 para superar los octavos de final y los cuartos de final frente a Japón y Brasil (luego de lograr el empate en el minuto 117 del alargue). Y como postre, victoria en la prórroga de las semifinales contra Países Bajos y caída en los penales en la final ante España en la Liga de las Naciones 2023.

Esta vez, Modric y compañía volvieron al punto de partida. Albania e Italia les hicieron probar su propia medicina y los dejaron fuera de combate con dos goles sobre el gong. Ahora empezará otra etapa y toca mirar hacia quienes vienen detrás .

A sus 22 años, Josko Gvardiol está llamado a ser el nuevo líder, y otros jóvenes como Josip Stanicic (24), Luka Susic (21) o Marko Pasalic (23) serán protagonistas del relevo. En el segundo escalón espera León Lalic, enganche de 18 años por quien el Lommel, club del Grupo City que juega en la segunda división belga, pagó la temporada pasada 4 millones de euros.

Los resultados de las categorías inferiores no son para nada auspiciosos. Croacia no figura en el podio de Mundiales o Europeos desde los sub21 hacia abajo (en realidad, nunca lo ha hecho), pero en el Europeo sub21 de este año lleva cuatro victorias en seis partidos , lo que permite soñar que no transcurra demasiado tiempo para encontrar herederos que recojan el legado de los chicos de oro.

“ Es difícil encontrar las palabras para describir cómo se siente uno al perder de esta manera ”, decía Modric minutos después del 1 a 1 con Italia. El Mundial de 2026 lo encontrará cerca de los 41 años y suena utópico imaginar en la cancha al ganador del Balón de Oro 2018. El golazo de Zaccagni dio vuelta en el aire la moneda de la épica y empezó a apagar el brillo de la segunda gran generación croata. Tan cruel como a veces puede ser el fútbol, tan despiadada como cada tanto puede ser la vida.