Eugenia Trinchinetti, figura de Las Leonas: “Tenemos ese sueño latente y hay que trabajar muy duro para conseguirlo”
“Estamos con ganas de hacer unos buenos Juegos Olímpicos y ojalá, de cumplir ese sueño que queremos todas”, “Veníamos hablando en el tren, entre nosotras, sobre todo lo que hay que dejar de lado por un sueño tan grande”, “Tenemos ese sueño ahí latente”. Se alude, pero no se menciona, como si fuera una cábala. Cuando Eugenia Trinchinetti u otra Leona se refieren al faro que las desvela en este año olímpico, prefieren no especificar cuál es ese sueño. Sin embargo, es fácil de dilucidar: es la medalla dorada de París 2024 (del 26 de julio al 11 de agosto). Sabe (y saben) que no debe existir una alegría deportiva más grande. Sabe (y saben) que es lo único que le falta a la historia del hockey femenino, tal vez el deporte argentino más exitoso de los últimos 30 años. Sabe (y saben) que de tan deseada parece una obsesión. Es el reto el más difícil, pero lo sueñan igual.
Ahora son algo más de las cuatro de la tarde y el calor sobre Buenos Aires se hace sentir. La sensación térmica se potencia sobre el sintético de agua del Club Ciudad, aunque las chicas no aflojan al entrenamiento. Este miércoles abren el año competitivo ante Bélgica en Santiago del Estero, por la FIH Pro League (dos partidos y dos con Alemania, los únicos en el país en esta primera parte de la temporada), un torneo que, como ocurre en años en los que coindice con el Mundial o los Juegos Olímpicos toma una relevancia mayor a la habitual: medirse con los mejores equipos del mundo es un buen ejercicio. Eugenia Trinchinetti atiende a LA NACION y lo reconoce: no está permitido aflojar.
La volante (y ahora delantera) de 26 años surgida en San Fernando, que se erige como uno de los puntos más altos de las Leonas en los últimos tiempos, razón por la cual el año pasado fue nominada al premio Mejor Jugadora del Mundo, cuenta que cuando se está en esta antesala (olímpica), todo se vive de una manera especial. Reflexiona sobre las obligaciones, la presión, los puntos altos y las debilidades del plantel, antes de dejar una sentencia: “No tengo dudas de que va a llegar el día en que el que le vamos a poder hacer partido a Países Bajos, y ganarle. Lo tenemos claro, podemos”. La respuesta es a este dato: el 12 de diciembre la Argentina cayó por 7 a 1 ante las neerlandesas, también en Santiago del Estero y por la Pro League. Fue la peor derrota histórica del equipo, justamente ante el rival, a priori, con el que pelea los títulos grandes (jugaron la final del último Mundial y de los últimos Juegos). Las Naranjas “son las mejores”, dice Eugenia, pero también señala que hay dos aspectos fundamentales en los que Las Leonas las superan: técnicamente y en espíritu de lucha: “El argentino tiene eso como esencia y es algo que nadie nos va a robar. Así que ese hambre de pelearla hasta el último minuto es el plus más grande que tenemos sobre ellas”. Por último, la fanática de viajar en tren y de sacar fotos en el campo, vuelve a aludir sin mencionar: “Me imagino momentazos con París...”. Y completa después del suspiro: “La verdad que sí. Sí, sí, sí. Tenemos ese sueño latente y hay que trabajar muy duro para conseguirlo”. Empieza la Pro League, mientras la fantasía con la Ciudad Luz crece y crece.
-¿Cuándo es año olímpico se lo arranca diferente?
-Sí, obviamente. Tener un objetivo en tan pocos meses hace que te levantes todas las mañanas motivada. También el ser parte de un equipo como las Leonas y estar constantemente unidas buscando entrenar bien para llegar a nuestra mejor versión, en conjunto y a nivel individual. Así que estamos todas muy enfocadas, con ganas de hacer unos buenos Juegos Olímpicos y ojalá, cumplir ese sueño que queremos todas.
-¿El minuto a minuto de la vida diaria está pensado en torno a los Juegos?
-¡Sí! Hoy veníamos hablando en el tren, entre nosotras, diciendo todo lo que hay que dejar de lado cuando un sueño es tan grande. Y yo creo que si todas estamos comprometidas 100% y dejamos esos pequeños detalles no librados al azar, además de lo mejor que cada una tiene, nos va a ir muy bien.
-¿Dijiste “en tren”?
-(Risas) Con un par de las chicas, con Pily Campoy y Rochi Sánchez, hacemos pool en tren porque vivimos muy cerca la estación. Porque buscar estacionamiento, estacionar, manejar hasta acá… El tren es un placer, en media horita llegás al entrenamiento escuchando buena música o charlando entre nosotras, así que es un planazo para mí.
-¿Las reconoce la gente, cómo es la experiencia?
-A veces no y a veces sí, a veces se acercan a decirnos “son unas grosas”, “aguanten ustedes”, nos piden fotos, nos dicen algún que otro mimo...
-Terminaste el año pasado con algo especial: te nominaron a Mejor del Mundo, un premio muy simbólico para la Argentina, porque es el que Luciana Aymar ganó ocho veces y quedaste segunda finalmente en esa consideración. ¿De qué manera lo vivís?
-Como dije y sigo sintiendo, estoy sorprendida y muy contenta. Sigo sosteniendo que siempre es lindo que te reconozcan, con un esfuerzo tan grande que uno hace día a día, pero mi esencia es de los pies sobre la tierra. No soy más que nadie, estoy enfocada en seguir construyendo esta Eugenia como jugadora. Lógicamente que está esa cuotita de confianza de que bueno, vieron buenas cosas en mí y me nominaron. Así que estamos entre ese lindo reconocimiento y tratando de buscar la mejor versión para este París 2024.
-¿Y cómo estás en ese camino?
-Ahora me están probando un poquito más adelante (como delantera) así que tratando de encontrarme bien en la cancha, donde me toque voy a intentar dar lo mejor, eso también es parte de mí: correr hasta la última pelota, dejar todo, ir para adelante, pasar la bocha, ir, buscar las combinaciones con mis compañeras. Por ahí me falta ser un poco más agresiva ahí adentro, no soy goleadora, me gusta más asistir, pero en el rol que me toque voy a intentar dar lo mejor.
-En la final de los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, en noviembre, hiciste el gol de la victoria por 2 a 1 ante Estados Unidos, lo gritaste muchísimo y el equipo también celebró con euforia la medalla de oro. ¿Cómo es tomarse todo con la vara tan alta cuando ese es un torneo en el que a priori son muy superiores al resto del continente?
-Yo pienso que los Juegos Panamericanos son dificilísimos, porque vas con esa linda presión de ser mejor pero todos los equipos te quieren ganar, entonces obviamente que salen a buscar su partido. Durante todo ese torneo hicimos un muy buen papel y en la final también, por ahí no estuvimos tan finas a la hora de definir y tuvimos varias situaciones de gol que no pudimos concretar. Pero las finales son finales y por suerte entró ese gol. Hoy el entrenador (Fernando Ferrara) justo decía que en los Panamericanos hicimos cosas muy buenas que hay que seguir haciéndolas, ese escaloncito que ya subimos no hay que perderlo. Y hay que seguir escalando para seguir buscando la mejor versión de este equipo y de las Leonas, creo que estamos jugando muy bien, haciéndonos fuertes en el córner ofensivo y defensivo, detalles importantísimos. Es una linda presión ser de las Leonas y estar ahí arriba, por caso, hoy ser 3 del mundo. Nos entrenamos para eso y queremos ir por más.
-Te tocó ir a los Juegos Olímpicos de la Juventud 2014, saliste campeona del mundo con las Leoncitas en 2016, pero contaste hace un tiempo que en tus primeros años en la selección mayor no eras lo suficientemente consciente como para aprovechar las oportunidades y que por ello tal vez te quedaste afuera de los Juegos Olímpicos de Río 2016. ¿En qué momento maduraste o cambiaste para sentir hoy el deseo que sentís con los que se vienen en París?
-Me faltó eso de ser consciente de que estoy acá, representando a Argentina, a las Leonas y que cuando es así tenés las mismas posibilidades que todas. Y me pasó la oportunidad por delante de mis ojos. Ahí pensé: ‘Uy, qué lástima, si le hubiera metido un poco más…’ Creo que haber quedado afuera de esa lista en el último recorte y ver los Juegos desde afuera fue como: ‘Uh, estaría espectacular ser parte de unos Juegos Olímpicos y jugarlos’. A partir del año siguiente, desde el 2017 hice el clic en el que dije: ‘Bueno, me propongo buscar, ser parte, ganarme mi lugarcito, mis minutos y seguir creciendo en esto que soy y que hago’.
-Decías que hay presión por ser Leona y a eso hay que sumarle la responsabilidad que implica todo lo que hacés, adentro y afuera de la cancha, o por ejemplo, en redes sociales. ¿Lo trabajás?
-Siempre es presión ponerse la camiseta de las Leonas, pero es una presión linda y también va de la mano de jugar un deporte en equipo. Tengo amigas, tengo compañeras. Somos once en la cancha más todas las que hay en el banco, las arqueras, el cuerpo técnico, que te dan esa cuota de confianza de decir: ‘Bueno, si te mandás alguna o perdés la pelota yo voy a estar atrás para resolver tus cagaditas’. Entonces sabés que van a estar ahí para vos. Y en lo personal soy bastante tranquila, disfruto mucho del hockey en sí, adentro, afuera, me gusta muchísimo ser parte de un equipo. Cuando hay un objetivo tan claro y la vibra es tan linda previa a un torneo, se disfruta. Estar con mi familia, con mis amigas a la distancia, que me mandan todas las mejores energías... Son de las sensaciones más lindas que uno puede tener así que intento disfrutar del momento que sea, yo creo que cualquier momento que uno viva puede ser un gran momento. Es parte de mi esencia, de mi estilo de vida. Me gusta.
-Y podríamos decir que te gusta la cosita de color.
-¡Sí! Me encanta, me encanta. En las giras todo el tiempo estamos riendo y divirtiéndonos, jugando a diferentes juegos, a la pelota, escuchando música... Esas también son vivencias y momentos que van a ser para toda la vida así que intento disfrutar todo lo que esté acá, en el club y en el seleccionado.
-Por fuera del deporte tu conexión es la fotografía, ¿no?
Sí, estudio publicidad en la universidad Sigo XXI, a distancia, arranqué en pandemia así que estoy por la mitad de la carrera. Me encanta, la verdad. Tengo una cámara de fotos y me gusta mucho hacer retratos, naturaleza también, soy fanática del campo que tenemos con mi familia así que cuando voy ahí aprovecho. Pero viste que también en el club (San Fernando) tengo río, tengo lancha, lindo. Aunque más que nada me encanta sacarle fotos a las personas y que a las personas les gusten mis fotos, estoy todo el día cuando puedo.
-Arranca un nuevo año de Pro League (temporada 2023-2024) y los Juegos están adelante. ¿Para qué sirve y qué objetivos inmediatos tienen en el torneo?
-Intentamos tomarnos la Pro League seriamente, son partidos que por ahí pasan volando y son muy importantes porque que te van preparando para los Juegos Olímpicos, te van midiendo y mostrando dónde estás. Y todo lo que venimos entrenando también lo podemos plasmar. Ahora estamos haciendo un par de movimientos en cuento a posiciones y probando cosas nuevas también para reinventarnos como equipo, así que van a ser buenos momentos para ver cómo sale eso. Además, todas nos vamos ganando nuestros lugarcitos, en todos los partidos que jugamos. Son nuevos desafíos, nuevas oportunidades para seguir creciendo como equipo y personalmente.
-¿Cómo pegó en el equipo ese 7 a 1 de fin de año ante Países Bajos? ¿Lo pudieron procesar?
-Fue impactante. En el momento fue duro analizarlo porque tenía todos los condimentos previos: veníamos de los Panamericanos, no es por justificarnos, pero veníamos con un nivel más bajo al que nos íbamos a enfrentar en diciembre, más el cansancio de fin de año, el ya querer colgar un poco el palo, todas las presiones, lo que fue el año larguísimo y durísimo. Como muchos periodistas nos preguntan, yo lo que contesto es que pasamos página pero en lo personal lo dejo ahí señalado: sabemos que con este equipo que es el mejor, el N° 1 del mundo, no podemos perdonar nada, no podemos no bajar a defender, no podemos perder una marca. Son todos esos pequeños momentos y detalles que nos hacen perder 7 a 1. Obviamente que al equipo le dolió mucho y sigue dolido, por eso trabajamos incansablemente.
-La gran duda es cómo hacer para que no te condicione la próxima vez que te enfrentes.
-No, claro. Sabemos. Nos puede pasar una de 10 veces, pero ya está, nos pasó y este equipo mira para adelante y sabe que semana a semana, día a día, va a trabajar incansablemente para poder llegar a superarlas.
-¿Dónde está la clave? ¿Qué se hace con ese rival que a priori también aparece por encima de todos?
-Se analiza, obviamente. El cuerpo técnico y nosotras estamos constantemente mirándolas cuando vamos a jugar en contra, también hay que aprender, son las mejores del mundo y tienen un montón de cosas buenas. Pero también creo que Argentina tiene un montón de cosas buenas que ellas no tienen. Me parece que lo mejor es absorber lo que ellas tienen bueno y también imitarlas y no tengo dudas de que va a llegar un día en que le vamos a poder hacer partido y ganar. Como dije, como equipo lo tenemos claro, podemos. Hay que trabajar muy duro, pero podemos.
-Ellas tienen la infraestructura seguramente como gran aliada, ¿en qué cosas ves mejor a la Argentina?
-Y sí, eso sin dudas, pero Argentina tiene eso de entrenar en canchas que por ahí no están en las mejores condiciones, eso nos hace convertirnos en lo que somos. Muchas de las jugadoras de acá juegan en clubes que tienen cancha de arena (a nivel internacional se compite en agua). Entonces, eso de lucharla hasta el final me parece que el argentino lo tiene como esencia y es algo que nadie nos va a robar. Así que ese hambre de pelearla hasta el último minuto es el plus más grande que tenemos sobre ellas. También que nos llevamos bárbaro, tenemos para mí mucha mejor calidad de técnica, con mano, y habilidades que ellas no tienen. Tenemos un córner corto buenísimo que también hay que explotar, así que me parece que son varias virtudes.
-Poca gente sabe que las Leonas van a disputar un torneo en las mejores canchas y a la semana están cambiando de superficie para ayudar a su club en el objetivo que tenga.
-La verdad que sí, pero como te digo, es lo que nos hace más fuertes y valorar más el lugar en el que estamos.
-Hablábamos de valorar los Juegos Olímpicos, pero jugaste Tokio 2020 (en 2021 a raíz de la pandemia) y fuiste medallista, aunque fueron unos Juegos excepcionales. ¿Soñás con París 2024? Y si es así, ¿qué ves?
-Y… Me imagino momentazos con París, la verdad. Primero quedar en la lista, con lo que conlleva la previa de una lista, que es de muchos nervios, ansiedad, incertidumbre. Después, los momentos anteriores a jugar un torneo que son incomparables, donde nos hablamos y por ahí decimos las cosas que nos molestan adentro y afuera de la cancha, para pactar las bases sólidas que quiere el equipo, qué queremos mostrar, cómo queremos que la gente nos vea. Esos momentos son impagables. Y me imagino unos Juegos Olímpicos tremendos, también que sean en París le da esa cuotita de algo que va a ser un sueño terrible. Ojalá que mi familia me pueda acompañar, porque también siempre es lindo y para mí es muy importante tener ese apoyo, mirar la tribuna y que siempre estén ahí. Entre amigas, familia, compañeras, creo que va a ser un combo espectacular y espero que valga la pena.
-Qué esquiva ha sido esa medalla con la historia que tienen las Leonas, ¿no?
-La verdad que sí. Sí, sí, sí. Tenemos ese sueño latente y hay que trabajar muy duro para conseguirlo.