El espíritu de ‘Estudio estadio’

Don Roberto Gómez Chaves, en 'Estudio estadio'
Don Roberto Gómez Chaves, en 'Estudio estadio'

El balón de la Liga echó a rodar la semana pasada, pero hubo gente que echó algo de menos y no era el fichaje de Mbappé. «¿Qué pasa con Estudio Estadio?».

Así comienza un artículo publicado este sábado en el diario ‘El Mundo’, titulado: “El guillotinazo de Estudio Estadio: ‘El programa pierde su espíritu’”. Nada sensacionalista.

Yo pensaba que nadie que no tenga que hacer un podcast basado en las barbaridades de la prensa había echado en falta ‘Estudio estadio’; o que, en todo caso, esa gente bien podría caber en un par de taxis.

El artículo de ‘El Mundo’ recuerda —se sabe desde hace mes y medio— que el programa cambiará próximamente de formato, de conductor y de colaboradores, e incluye declaraciones del más insigne tertuliano del programa, Roberto Gómez. El varias veces autoproclamado mejor reportero deportivo de España lamenta el «gravísimo error de Televisión Española» ya que, según su particular y nada interesada visión, el espacio «pierde su espíritu, aquel que lo convirtió durante décadas en una referencia del deporte en nuestro país».

Como razonaban en las islas del Hierro, “lo que está muerto no puede morir”. ‘Estudio estadio’ no va a perder su espíritu porque renunció a él hace algo más de diez años, cuando decidió transformarse en una versión light de ‘El chiringuito’. El ‘Estudio estadio’ original, tan reivindicado ahora, no era una charleta de periodistas y asimilados intercambiando sus opiniones irrelevantes, sino un programa eminentemente informativo cuyo núcleo eran las imágenes de la jornada de Liga, con un amplio desarrollo. Hasta el propio Juan Carlos Rivero vino a reconocer que ese espíritu ya quedaba lejos: «‘Estudio estadio’ es un programa de larga trayectoria, 40 años de presencia en antena... para acabar haciendo lo que estamos haciendo, pero bueno… Hacemos lo que podemos», dijo al recoger un premio.

Roberto Gómez achaca el «guillotinazo» a «la fiebre de la novedad»: «Creo que es un error pensar que lo nuevo siempre es lo bueno. Vivimos en los tiempos de la novolatría, con un desprecio hacia lo antiguo. Se trata de una tendencia que hace daño al telespectador que quiere seguir la Liga». Otro contertulio del programa, José Joaquín Brotons, ha publicado en Twitter un lamento parecido: «Aunque no esté todavía en el diccionario. Qué bonito concepto es lo que define la expresión: novolatría. Situaciones reales del tiempo que vivimos. Cómo confundir lo nuevo con lo bueno».

Ninguno de estos periodistas diagnosticó novolatría al directivo que decidió en su día degradar una marca mítica y transformarla en una tertulia con ellos como protagonistas. Puestos a acuñar palabras, podemos también buscar alguna para identificar el mal opuesto, es decir, confundir lo viejo con lo bueno. La parafilia del olor a cerrado. Podría ser ‘naftalinatría’. Se produce sobre todo entre periodistas veteranos y su síntoma más visible es el desprecio a profesionales más jóvenes que intentan abirse paso explorando nuevos caminos. Sí, lo han adivinado: los ‘panenkitas’, esos advenedizos que ni habían nacido en México 86 mientras otros escribían las más gloriosas páginas de nuestro periodismo arrimando una alcachofa a Maradona.

‘Estudio estadio’ volverá el 16 de septiembre. Lo presentará Francisco Caro y pretende ser un programa polideportivo elaborado sobre todo por profesionales de Televisión Española. Quizá sea una maravilla, quizá un ladrillo. No tendrá nada que ver con el ‘Estudio estadio’ original pero al menos ese planteamiento sí responde a lo que se espera de una televisión pública.