Estudiante viraliza la nostalgia del año 2000 por la CDMX

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 26 (EL UNIVERSAL).- La tecnología se presta para conocer rincones tan lejanos como ciudades al otro lado del mundo, pero también para difundir aquello que ha hecho distintiva a la ciudad de México en años pasados, así lo demostró un dedicado estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco.

Este proyecto, que desde finales de 2023 sirve como previo de lo que sería un videojuego ambientado en el Distrito Federal (DF) de los años 2000, retrata lugares, vehículos y costumbres que representan la cultura capitalina.

En entrevista para "Mochilazo en el Tiempo" de EL UNIVERSAL, el joven creador de esta iniciativa revela la inspiración, las herramientas y el proceso con el que ha asombrado a millones en redes sociales.

Victor Estrella Ramos afirma sentir un gran aprecio por la CDMX, que es donde ha pasado toda su vida. Tan pronto como inicia la conversación explica que "desde el principio quise crear una experiencia visual nostálgica".

"Quería expresar cómo veía la ciudad cuando yo estaba creciendo, lo que a mí se me hace nostálgico, reconocible […] lo que quería era mostrarlo en videos, en animaciones, que es lo que se me da", nos cuenta.

Cabe mencionar que Estrella Ramos se ha esforzado para que los videos de este proyecto luzcan ambientados en el DF de los años 2004 a 2007. Otra inquietud que empató con esto fue su gusto por los videojuegos, que él relaciona con dicha época por coincidir con su infancia gamer.

Desde tiempo atrás, limitaciones como los derechos de autor le provocaron curiosidad por ver ciertos aspectos del entorno chilango ambientados al estilo de títulos como Silent Hill (1999) y Resident Evil (1996), de la consola PlayStation 1.

"En los videojuegos siempre ves taxis amarillos, a lo mejor sabes que es un taxi, pero como mexicano no te relacionas tanto… entonces dije, ¿qué pasaría si yo lo hago con algo de mi ciudad, algo de mi cultura?".

De esa forma, y gracias a que siempre se sintió inconforme con la forma en que los medios internacionales retratan la cultura mexicana, ha desarrollado más de 30 videos en que se ven desde la Alameda Central o vagones del STC Metro, hasta la clásica "tiendita de la esquina" y personajes con uniforme de escuela secundaria.

Victor reconoce que disfruta la oportunidad de representar una ciudad de México más auténtica al incluir detalles que valoran sus habitantes, como botanas, puestos de comida callejera y sitios que son un punto de referencia común.

Con el paso de los meses incluso ha comenzado a tomar ideas de conocidos que comparten sus propios recuerdos nostálgicos para darse a la tarea de investigar cómo lucían y darles un lugar en su creciente DF digital.

Gracias a esto, otro aspecto que destaca en el contenido de Victor Estrella son las leyendas mexicanas. Detalles tan intangibles como populares de nuestra cultura se hacen notar a través de personajes como El Charro Negro, La Llorona o La Planchada.

Al igual que Silent Hill y Resident Evil (sus referentes del mundo gamer), los cortos de Estrella apuntan al género de los juegos de misterio, así como terror y supervivencia. De ese modo, la cultura mexicana de los relatos de experiencias paranormales encajó a la perfección con el proyecto personal del joven estudiante.

Sin embargo, no fue una decisión al azar, sino que Victor demuestra ser consciente del alcance social de su contenido. El primer personaje sobre natural que hizo fue el Charro Negro, que él conoció por pláticas con su familia, desde niño.

Siempre abierto a escuchar vivencias ajenas, dio con la leyenda urbana de La Mujer Sonriente en el canal de YouTube Relatos de la Noche, donde el público suele mandar experiencias propias, en este caso, que tuvieron lugar en el Metro de la CDMX.

Estrella Ramos no tiene conocidos que hayan tenido un encuentro sobrenatural con la dama de la sonrisa más tenebrosa del STC o con el presunto vampiro que espanta usuarios en estaciones como Barranca del Muerto, pero reconoce su papel en el folklor capitalino.

"De la que sí te puedo contar es de La Planchada: yo tengo asma, entonces cuando estaba creciendo, a mí me internaban mucho, y muchas veces en los hospitales te internan con otros niños y empieza el rumor…".

"Me acuerdo de una vez que se fue la luz y todos empezaron a contar de eso, y pues se te queda el recuerdo, ¿no?, como de ‘es una enfermera que no tiene pies, y que te va a visitar’, y pues yo sé que en ese tiempo los niños sí hablaban de eso, entonces de alguna forma lo tengo que poner en este proyecto".

Aunque reconoce que él mismo nunca ha tenido una experiencia paranormal, opina "no sé si sea verdad, no sé si sea mentira, pero es parte de nuestra cultura y le tengo que dar un poco de representación en lo que estoy haciendo si quiero representar la cultura de mi ciudad o de mi país".

Tras esto último, afirma que desde el inicio está al tanto de la responsabilidad que llega a sus manos como creador de contenido, tanto por la imagen que ofrece a sus seguidores del resto del mundo como por la memoria histórica que podría ser para otras generaciones.

Las animaciones que recuerdan a la capital de los 2000 son producto de la formación profesional de Víctor Estrella como estudiante de Diseño Industrial en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de Azcapotzalco.

Tras poco más de medio año de presencia en Instagram y TikTok, sus breves pero llamativos videos ya han cosechado millones de likes y comentarios: desde paisajes como tiendas de conveniencia y vulcanizadoras a verdaderos íconos como la "Torre Latino" y los antiguos taxis color verde del DF.

Estrella Ramos, de 26 años de edad, comenzó a modelar diseños en "3D" para sus trabajos escolares con el programa gratuito Blender. La práctica de tareas como diseñar recipientes complejos hizo menos complicados los personajes y paisajes de sus reels.

Explica que el estilo que eligió para sus animaciones, además de ser una referencia a los juegos de la consola PlayStation 1, se conocen como "low poly" o de bajo poligonaje.

Es decir, usa muy pocas caras y vértices para sus figuras: si para un "toper" de la vida real requiere dos millones, para un carro en el juego, como un "vochito amarillo" puede usar sólo 2 mil. Gracias a ello, puede permitirse subir un video nuevo cada semana.

Dice que la fase que puede tomarle más tiempo es la investigación, pues si bien hay muchas cosas que recuerda, necesita indagar para conocer a detalle lo que quiere modelar en 3D. La ventaja es que todo lo lleva a cabo desde la misma computadora de escritorio que usa en casa para sus tareas.

Una de sus principales herramientas es Google Maps, que con la herramienta Street View permite hacer un recorrido virtual por las calles tal y como se veían en años anteriores, desde 2009 hasta la actualidad.

"Me gusta ver las calles, cómo estaban pintadas las casas, qué tipo de publicidad había, qué tipo de carros había, cómo ha cambiado el entorno -y con eso me voy inspirando", describe.

Sin embargo, algunos de los detalles que usuarios de redes sociales han apreciado más son los dulces, bebidas o botanas que casi cualquier infante de finales de los noventa probó al menos una vez.

Para crear esos elementos y darles un ambiente aún mejor a sus cortos animados, toca conocer los anuncios de la época. "A veces me pongo a ver comerciales de ese tiempo, en YouTube por suerte hay gente que sube comerciales de esos años", dice.

Reencontrar productos y tendencias de la época que abarca en su contenido, así como regresar a los videojuegos de su niñez para analizar su ambientación, es parte del proceso, pero también la inspiración que motiva cada vez más a Victor.

Victor Estrella recalca que al inicio sólo quería ver cómo luciría la ciudad en la estética de los videojuegos que más disfrutaba entre sus 7 y 10 años. Como su objetivo original era el gusto de "quitarse esa espina", no había intención de desarrollar un videojuego.

Explica que hacerlo como tal requeriría mucho más trabajo, aunque agrega que hoy ya tiene propuestas sobre la mesa y se encuentra en pláticas para definir un posible proyecto formal.

Algunos aspectos para resolver sería el concretar la colaboración con un equipo de programadores y establecer la banda sonora del juego, desde los efectos de sonido hasta la música que lo caracterizará.

Del mismo modo, una pieza clave sería la trama de la historia del videojuego, no sin agregar que se siente abierto a la posibilidad de recibir propuestas para ese elemento narrativo.

Eso sí, quienes quieran presentarle un relato o guion, deben saber que un elemento esencial sería el toque de misterio en la trama, incluso por encima del terror.

En vista del tiempo que haría falta para finalizar un videojuego con todos esos detalles, nos comparte que la opción que ve adecuada en un futuro más a mediano plazo sería crear cortometrajes en los que pueda narrar historias.

Por lo pronto, los internautas pueden contar con redescubrir lugares y experiencias típicas de la ciudad de México y sus habitantes, pues Victor declara que a pesar de sentir interés por conocer los sitios y relatos cubanos de los que ha oído hablar, por ahora la CDMX es la ciudad de la que puede echar mano para obtener la materia prima de su contenido.

"Si me falta alguna textura, por ejemplo del Metro, pues me salgo al Metro, le tomo fotos y ya me regreso a mi casa", explica.

Por supuesto, los detalles paranormales tampoco se alejarán de sus redes, pues no pierde de vista que su video con más likes hasta ahora es el que retrata juntos a los "espantos" tanto de la capital como del resto del país, como el Chupacabras y La Pascualita.

Por último, guarda una mención especial para su público, del que más allá de observar un patrón generacional (entre los 23 y los 25 años) en el gusto por la nostalgia de los años 2000, él reconoce que "la gente conoce su país y conoce su ciudad".

Mostrar a México desde los ojos de sus habitantes y no de una productora extranjera que use filtros sepia y cactus, es una de las ventajas que encuentra en su proyecto, que seguirá compartiendo mezclado con la nostalgia por los videojuegos low poly.

Fuente:

Entrevista con Victor Antonio Estrella Ramos, estudiante del noveno semestre de la licenciatura en Diseño Industrial de la UAM Azcapotzalco.