No fue una estrella, pero su tenacidad y liderazgo siempre lo acompañaron. ¿Quién es el nuevo manager de los Marlins?

Mike Chapman vio las cualidades de Skip Schumaker desde el principio.

Antes de su carrera de 11 temporadas en Grandes Ligas, de jugar la Serie Mundial con las Cardenales de San Luis, antes de su rápido ascenso como entrenador en los últimos cinco años, Schumaker sentó las bases para su éxito — y su capacidad para sacar lo mejor de quienes lo rodean — en los terrenos de la Aliso Niguel High School en el sur de California.

Aliso Niguel estaba en su segundo año de existencia cuando Schumaker era un estudiante de primer año en un programa incipiente que anhelaba que uno o dos jugadores dieran un paso adelante y establecieran el estándar temprano.

Schumacker se convirtió en ese pelotero.

Promedió .492 en sus cuatro campañas allí. La escuela quedó invicta en la Liga de la Costa del Pacífico durante el último año de Chapman y fue seleccionado en dos ocasiones para el torneo entre los estados.

Pero cuando Chapman reflexiona sobre su tiempo como entrenador de un Schumaker adolescente se enfoca en lo que sucedía cuando no jugaban.

“Ni siquiera puedo decirles la cantidad de veces, independientemente de si estábamos haciendo ejercicios de correr a las bases, practicando dentro del cuadro o jugando wiffle ball en el lodo porque los terrenos estaban cerrados que yo decía: ‘Chicos, ¿ven lo que está haciendo Skip? Simplemente háganlo’. Así se hace cuando trata de esfuerzo y enfoque profesional”, expresó Chapman en una entrevista telefónica con el Miami Herald a principios de esta semana.

“Eso pasaba si estábamos sentados en mi salón de clases revisando gráficos, informes de exploración y observando las tendencias de lanzar o lo que sea que haya sido. Simplemente hacía cada una de esas cosas de la manera correcta. Era un tipo en el que podías apoyarte con buenos jugadores detrás de él y orientarlos siempre en la dirección correcta”.

Casi 25 años después desde que terminaran sus días en la escuela secundaria, Jared “Skip” Schumaker alcanzado una mayor altura en su carrera en el béisbol.

El martes, los Marlins anunciaron a Schumaker como el decimocuarto mánager en la historia de la franquicia (sin incluir las temporadas de un juego de Cookie Rojas en 1996 y Brandon Hyde en 2011).

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Si bien hay una gran cantidad de momentos destacados durante su tiempo como pelotero en las Mayores, Schumaker, de 42 años, generalmente encuentra la manera de vincular su éxito a esos primeros días de la escuela secundaria.

“Aquí es donde comenzó todo”, señaló Schumaker en 2016, según el Registro del Condado de Orange, durante uno de sus viajes de regreso a Aliso Niguel para hablar con el equipo de béisbol.

“Tuve mucha suerte de tener un buen entrenador aquí. No nací con ningún gran talento. Trabajé en eso aquí en la escuela secundaria. Si estos niños captan una cosa de los que les dije hice mi trabajo”.

Elogios es lo que más llega sobre el nuevo manager de los Marlins. ¿Pero qué sigue ahora para el equipo?

Ahora se prepara para el último trabajo, uno que muy bien podría ser una subida cuesta arriba.

Schumaker hereda un equipo de Miami cinco años después de una gran reconstrucción y que aún no encuentra la senda del triunfo.

“Ofrecer una cultura sostenible y ganadora con la expectativa de llegar a la postemporada es el próximo paso para esta organización y el sur de la Florida”, comunicó Schumaker en un comunicado tras el anuncio de su contratación.

La contratación de Schumaker se produjo al final de un proceso de búsqueda de casi un mes que incluyó al menos 10 entrevistas en persona.

Fue uno de los cuatro finalistas para el puesto junto con el entrenador de banco de los Rays Matt Quatraro, el entrenador de banco de los Astros Joe Espada y el entrenador de tercera base de los Yankees (y exmanager de los Mets) Luis Rojas.

La gerente general Kim Ng y el presidente y propietario principal Bruce Sherman entrevistaron a los finalistas.

Ng y un grupo selecto de miembros de la oficina principal llevaron la ronda inicial de entrevistas.

Schumaker parecía finalista desde el principio.

Su entrevista “sorprendió” a la oficina principal y los Marlins lo identificaron temprano como un posible sucesor de Don Mattingly.

En el comunicado que anunciaba su contratación, Ng citó tres cualidades que pesaron para contratar a Schumaker: era “una persona que había formado parte de una cultura ganadora”, su “reputación de tenacidad y de sacar cada gramo de su capacidad” y su “estilo de liderazgo, habilidades de enseñanza y atención al detalle”.

Schumaker inicialmente no estaba interesado en entrenar una vez que se retiró de Grandes Ligas en los entrenamientos de primavera antes de la temporada 2016, luego de firmar un contrato de Ligas Menores con los Padres de San Diego.

Claro, había aprendido mucho estando cerca de personas como Tony LaRussa y Dave McKay en San Luis, pero en ese momento su enfoque estaba en su familia.

Tenía dos hijos: Brody tenía 8 años en ese momento y la niña Presley 6.

“Sabía que tenía mucha información para darles a los jugadores, pero para ser honesto pensé que tenía muchas cosas para ofrecerle a mi hijo y los niños de secundaria en el área”, afirmó Schumaker en una sesión de preguntas y respuestas con The Athletic en 2018.

“Quería estar en casa con mi familia. Creo que la única vez que pensé que esto realmente podría funcionar fue porque estaba cerca de casa. Ni siquiera consideraría un trabajo que desarraigaría a mi familia’’.

Afortunadamente para los Padres, San Diego estaba a solo una hora de Ladera Ranch donde los Schumakers viven en la temporada baja.

Y tal vez nadie estaba más contento con eso que el entonces manager de los Padres, Andy Green.

Green estaba en su primer año al frente de la novena de San Diego en 2016 cuando Schumaker firmó ese contrato de Ligas Menores y finalmente se retiró antes de jugar un partido de campaña regular con ellos.

Schumaker permaneció en la organización como asistente de operaciones de béisbol antes de unirse al personal de Green en 2018 como entrenador de primera base.

“Encontrar a alguien que transmita con pasión el mensaje y los detalles finos del juego es más difícil de lo que piensas”, manifestó Green en 2018 sobre Schumaker, según el San Diego Union-Tribune.

“Los entrenadores tienden a volverse complacientes. Eso no va a pasar con él. Va a hacer su trabajo todo el año”.

Pero esas características estuvieron en exhibición durante su carrera como jugador.

Comenzó en Aliso Niguel High y luego en la Universidad de California, en Santa Bárbara, empató el récord del programa de una temporada de hits (100) y bateó .400 en su tercer año, antes de ser seleccionado en la quinta ronda por los Cardenales en el Draft de las Mayores en 2001.

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“Fue un gran jugador para nosotros”, declaró el excoach de la Universidad de California, Bob Brontsema.

“Era pequeño y hay algunos desafíos con ese tipo de cosas por lo que la mentalidad siempre fue: ‘Oye, ¿puede llegar a Grandes Ligas?’. Sé que tenía el talento para hacerlo, pero a veces no obtienes la oportunidad basada en ciertas cosas.”

Y luego en las Mayores donde jugó ocho temporadas con los Cardenales (2005-2012), una con los Dodgers de Los Angeles (2013) y dos con los Rojos de Cincinnati (2014-2015) como segunda base y un jardinero.

Nunca fue la estrella de su equipo, pero supo adaptarse bien a su papel.

Promedió .278 con 28 jonrones, 284 impulsadas y 416 anotadas en 1,149 juegos de temporada regular.

Sin embargo, el mayor éxito de su carrera fue un doble remolcador de la ventaja contra el astro Roy Halladay en la primera entrada del triunfo de los Cardenales 1-0 sobre los Filis de Filadelfia en el Juego 5 de la Serie Divisional de la Liga Nacional en 2011, rumbo a la Serie Mundial.

“Solo sé que crecí y soy un poco más intenso que quizás la persona normal”, dijo Schumaker.

“Si no hubiera pisado el acelerador aunque sea un poco nunca habría llegado a Triple A y mucho menos a Grandes Ligas. Tenía que seguir adelante”.

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Después de seis años con los Padres, dos como asistente de operaciones de béisbol (2016-2017), dos como entrenador de primera base (2018-2019) y dos como gerente asociado del entonces manager Jayce Tingler (2020-2021), regresó a los Cardenales y se desempeñó como entrenador de banco del piloto de primer año Oli Mármol.

“Es un maestro, entiende y aprecia los fundamentos del juego que valoramos aquí”, sentenció Mármol sobre elegir a Schumaker como su entrenador de banco, según The Athletic.

“El un hombre de detalles, muy organizado y en ese rol tienes que ser así”.

Esas cualidades que ha mostrado durante toda su vida en el béisbol serán primordiales al frente de los Marlins.

“El cielo es el límite para él”, aseguró Chapman.

“Nunca he estado cerca de una persona que trabajara más duro y se tomara las cosas más en serio que él”.