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Esto es lo que te puede pasar si pones fotos de tus hijos enfermos en Facebook

El caso Nadia, en el que se descubrió que los padres de una niña de 11 años la utilizaron sistemáticamente para lucrarse, mostrando su enfermedad en los medios de comunicación para recaudar todo el dinero posible y luego utilizarlo para su propio beneficio, ha destapado un grave problema que se da actualmente en las redes sociales: el de los estafadores que utilizan como gancho a supuestos menores enfermos de cáncer.

El de Nadia no es el único ejemplo. Las redes sociales están llenas de timadores que buscan lucrarse apelando a la fibra sensible de los demás usuarios.

Imagen de la página de Facebook que solicita el dinero (5 Live)
Imagen de la página de Facebook que solicita el dinero (5 Live)

El último caso se ha dado en Reino Unido. Allí, las fotos que una madre subió de su hijo con un severo caso de varicela han sido utilizadas por terceros para abrir numerosas páginas en las que se solicitaban donaciones en su nombre para un supuesto tratamiento.

Sarah Allen, la madre verdadera del niño enfermo, dio una serie de entrevistas en agosto de 2016 después de que su hijo Jasper padeciera un caso extremo de varicela, y se despertara con su piel llena de manchas.

Las imágenes del pequeño Jasper, que fueron publicadas tanto por su progenitora como por diversos medios de comunicación, han terminado ilustrando una página de Facebook en la que se pide dinero para costear una supuesta operación que podría salvar la vida del pequeño, al que se le atribuye de forma malintencionada y completamente falsa un cáncer.

Jasper Allen (5 Live)
Jasper Allen (5 Live)

Allen ha denunciado en numerosas ocasiones a la página mediante la herramienta que Facebook pone a disposición de sus usuarios para estos menesteres, y el pasado 10 de febrero por fin se le comunicó que la página había sido cerrada.

Sin embargo, a las 24 horas volvió a estar disponible. Allen asegura que su autor es un usuario llamado Pooran Singh que además regenta otras páginas en las que publica fotos de niños enfermos y en las que solicita a sus seguidores que las compartan para no caer en una maldición.

El caso de Sarah Allen y su hijo es un ejemplo claro de que no hay que confiarse y subir cualquier tipo de contenido a Internet, sobre todo si está protagonizado por niños. Nunca se sabe dónde van a terminar esas a priori inocentes imágenes.