El vídeo que explica cómo escapar fácilmente de unas arenas movedizas

La muerte del caballo Artax, sumergido en arenas movedizas, en la película "La Historia Interminable" hizo llorar a toda una generación
La muerte del caballo Artax, sumergido en arenas movedizas, en la película "La Historia Interminable" hizo llorar a toda una generación

Hubo un tiempo en el que el cine convirtió las arenas movedizas en una de las pesadillas más recurrentes para el público. Un periodista llamado Daniel Engber realizó hace unos años una exhaustiva recopilación y descubrió que las arenas movedizas estaban presentes en una de cada treinta y cinco películas que se estrenaron en la década de los ’60. Más adelante, para los que crecimos con el cine de los ’80 y ’90, este terror paralizante a ser tragado y asfixiado por la tierra fue disminuyendo, pero aún aparecía esporádicamente en cintas legendarias como la Princesa Prometida, la Historia Interminable o Indiana Jones.

No obstante, y como suele suceder frecuentemente, lo que vemos en el cine no se corresponde con la realidad. Si acudimos a la ciencia para entenderlas de manera sencilla comprobaremos que las arenas movedizas representan un caso de “fluido no newtoniano” que aparece como una superficie sólida, de aspecto gelatinoso, pero que a la menor perturbación cambia de viscosidad. Se forman en presencia de arena, arcilla y agua por lo que, y aquí cae otro mito, no aparecen en desiertos por falta de humedad.

Escapar de esta trampa natural también es motivo de numerosos equívocos. El cine nos presenta situaciones irreales donde las arenas movedizas suelen ser imposibles de evitar. Lo cierto es que, si mantienes la calma y sabes cómo salir, puedes liberarte de ellas en apenas unos segundos. En este vídeo, una monitora con mucha experiencia muestra la manera correcta de liberarte de esta comprometida situación de manera sencilla y rápida.

Como podemos comprobar, el primer consejo, quizá el más importante, es mantener la calma. Por supuesto esto es algo más fácil de decir que de hacer, pero es un factor clave para poder salir con éxito. El siguiente elemento a tener en cuenta es “escapar por partes”… primero liberar una pierna, empujando el agua hacia la arena que se encuentra a su alrededor y consiguiendo que se licue de nuevo. Una vez que el sólido se hace más líquido, desplaza poco a poco la primera pierna hacia la superficie.

A pesar de haber liberado una pierna, no cantes victoria todavía. La segunda pierna requiere de algo más de técnica: inclina tu cuerpo hacia adelante y mueve la pierna que aún queda sumergida para volver a licuar el material que la mantiene atrapada. Poco a poco, podrás ponerte de rodillas y así liberarte de las temibles, y excesivamente cinematográficas, arenas movedizas.

Esta clase de vídeos son curiosos, interesantes… y aunque no parece ser una situación en la que nos vayamos a encontrar de manera habitual, quién sabe si nos podrían resultar útiles en alguna ocasión. Si queréis más información, podéis visitar también la web de Wikihow dedicada al tema.