La estancia de Bolsonaro en Florida obliga a Biden a tomar partido tras los disturbios en Brasilia

Por Gabriel Stargardter

RIO DE JANEIRO, 9 ene (Reuters) - Estados Unidos tiene un problema con Jair Bolsonaro.

El expresidente brasileño de extrema derecha voló a Florida dos días antes de que terminara su mandato el 1 de enero, tras haber impugnado las elecciones del 30 de octubre que perdió frente a su rival izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva. Pero Bolsonaro dejó tras de sí un violento movimiento partidario de la impugnación de las elecciones, que el domingo irrumpió en el palacio presidencial, el Congreso y el Tribunal Supremo de Brasil.

Después de ver cómo los partidarios del exmandatario estadounidense Donald Trump invadían el Capitolio de Estados Unidos hace dos años, el presidente demócrata Joe Biden se enfrenta ahora a una presión cada vez mayor para sacar a Bolsonaro de su exilio autoimpuesto en el extrarradio de Orlando.

"Bolsonaro no debería estar en Florida", dijo el congresista demócrata Joaquín Castro en CNN. "Estados Unidos no debería ser un refugio para este autoritario que ha inspirado el terrorismo interno en Brasil. Debería ser enviado de vuelta a Brasil".

Castro agregó que Bolsonaro, un acólito de Trump ahora con sede en el estado natal del expresidente, había "utilizado el manual de estrategia de Trump para inspirar a los terroristas domésticos".

Su compañera congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez replicó esas opiniones.

"Estados Unidos debe dejar de conceder refugio a Bolsonaro en Florida", tuiteó el domingo. "Casi dos años después del día en que el Capitolio de Estados Unidos fue atacado por fascistas, vemos cómo movimientos fascistas en el extranjero intentan hacer lo mismo en Brasil".

DECISIÓN DETERMINANTE

Sus comentarios aumentan la presión sobre Bolsonaro, y ponen de relieve la importante decisión de Washington sobre su Bolsonaro tuvo una relación tensa con Biden y ya se encontraba en un terreno más débil en Brasil después de quedarse sin la inmunidad judicial al perder la presidencia.

Las investigaciones en curso podrían llevar a su arresto o impedirle presentarse a las elecciones, según informó Reuters la semana pasada.

John Feeley, que fue embajador de Estados Unidos en Panamá entre 2016 y 2018 cuando la nación centroamericana solicitó la extradición de su expresidente Ricardo Martinelli, dijo que la amenaza más inmediata para Bolsonaro surgiría si su visado estadounidense fuera revocado.

"Estados Unidos —o cualquier nación soberana para el caso— puede expulsar a un extranjero, incluso a uno que entró legalmente con un visado, por cualquier razón", dijo Feeley. "Es una decisión puramente soberana para la que no se requiere ninguna justificación legal".

Un responsable consular estadounidense, que habló bajo condición de anonimato, dijo que Bolsonaro casi seguramente había entrado con un visado A-1, que están reservados para jefes de Estado.

Normalmente el A-1 se cancela cuando el beneficiario deja el cargo. Pero como Bolsonaro salió de Brasil y entró en Estados Unidos antes de que terminara su mandato, el responsable sospecha que su A-1 sigue activa.

El representante, que tiene experiencia con la cancelación de visados para exjefes de Estado, dijo que no hay un límite de tiempo establecido sobre cuánto tiempo alguien puede permanecer en Estados Unidos con una A-1.

"Estamos en territorio desconocido", dijo el responsable. "¿Quién sabe cuánto tiempo se va a quedar?".

Un portavoz del Departamento de Estado dijo que "los registros de visados son confidenciales bajo la ley estadounidense; por lo tanto, no podemos discutir los detalles de los casos individuales de visado".

(Reporte de Gabriel Stargardter; editado en español por Flora Gómez)