Estancamiento de ayuda estadounidense a Ucrania subraya que republicanos evitan confrontar a Rusia

El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Mike Johnson, en el Capitolio en Washington, el 14 de febrero de 2024. (Foto AP/J. Scott Applewhite)

Aproximadamente a las 2 a.m. del martes pasado, el senador republicano Ron Johnson se presentó en el pleno del Senado y explicó por qué se oponía a enviar más ayuda para apoyar a Ucrania a defenderse de la invasión lanzada en 2022 por el presidente ruso Vladímir Putin.

“No me gusta esta realidad”, dijo Johnson. “Vladímir Putin es un criminal de guerra maléfico”. Pero rápidamente añadió: “Vladímir Putin no perderá esta guerra”.

Ese argumento —que el presidente ruso no puede ser detenido, por lo que no tiene sentido utilizar el dinero de los contribuyentes estadounidenses en su contra— marca una nueva etapa en la creciente aceptación por parte del Partido Republicano del expansionismo ruso en la era de Donald Trump.

El Partido Republicano ha suavizado su postura respecto a Rusia desde que Trump ganó la elección de 2016 tras el hackeo ruso a sus oponentes demócratas. Hay varias razones para el cambio. Entre ellas, que Putin se presenta como un defensor internacional de los valores cristianos conservadores y el Partido Republicano se muestra cada vez más escéptico ante los enredos en el extranjero. Luego está la acogida personal de Trump al mandatario ruso.

Ahora, la ambivalencia del Partido Republicano respecto a Rusia ha detenido la ayuda adicional a Ucrania en un momento crucial de la guerra.

La semana pasada, el Senado aprobó un paquete de ayuda exterior que incluía 61.000 millones de dólares para Ucrania en una votación de 70 a 29, pero Johnson fue uno de la mayoría de los republicanos que votaron en contra del proyecto de ley después de su postura nocturna para bloquearlo. En la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, el presidente Mike Johnson dijo que su cámara no se “apresurará” a aprobar la medida, a pesar de que el ejército de Ucrania advierte sobre una grave escasez de municiones y artillería.

Muchos republicanos están abiertamente frustrados porque sus colegas no ven los beneficios de ayudar a Ucrania. Putin y sus aliados han contado con que las democracias se cansarán de ayudar a Kiev, y los críticos republicanos de Putin advierten que los países de la OTAN en Europa del Este podrían convertirse en objetivos de una Rusia envalentonada que cree que Estados Unidos no la contrarrestará.

“Putin está perdiendo”, dijo en el pleno el senador republicano Thom Tillis antes del discurso de Johnson. “Esto no es un punto muerto”. El líder de la minoría del Senado, Mitch McConnell, fue uno de los 22 senadores republicanos que respaldaron el paquete, mientras que 26 se opusieron.

La división dentro del partido fue evidente y clara el viernes con la muerte en prisión de Alexei Navalny, líder opositor ruso y defensor anticorrupción, de la que el presidente Joe Biden y otros mandatarios mundiales culparon a Putin.

Tillis respondió a la muerte en una publicación en la que dijo: “La historia no será amable con aquellos en Estados Unidos que defienden a Putin y elogian la autocracia rusa”.

Johnson emitió un comunicado en el que llamó a Putin un “dictador cruel” y prometió que “encontrará una oposición unida”, pero no ofreció ninguna manera de avanzar para aprobar la ayuda a Ucrania.

Dentro del Partido Republicano, los escépticos ante la confrontación con Rusia parecen ganar terreno.

“Casi todos los senadores republicanos menores de 55 años votaron en contra de este proyecto de ley”, publicó el senador Eric Schmitt en X, anteriormente Twitter, tras la votación de la semana pasada. “Quince de 17 elegidos desde 2018 votaron no. Las cosas están cambiando, aunque no lo suficientemente rápido”.

Quienes se oponen a la ayuda adicional a Ucrania se molestan ante las acusaciones de que hacen el trabajo de Putin. Sostienen que analizan con seriedad si vale la pena gastar dinero para ayudar al país.

“Si te opones a (dar) un cheque en blanco a otro país, supongo que eso te convierte en ruso”, dijo Tommy Tuberville, senador de Alabama, en el pleno del Senado, después de publicar que la entrevista reciente y controvertida del comentarista conservador Tucker Carlson a Putin muestra que “Rusia quiere la paz” en contraste con los “belicistas de (Washington,) D.C.”.

El representante Matt Gaetz, uno de los principales opositores a la ayuda a Ucrania en el cuerpo legislativo, describió el movimiento como “un cambio generacional en mi partido que se aleja del neoconservadurismo hacia el realismo en política exterior”.

En entrevistas con votantes que esperaban ver a Trump hablar el sábado por la noche en Waterford Township, Michigan, ninguno elogió a Putin. Pero ninguno quería gastar más dinero para enfrentarlo y confiaban en que Trump se las arreglaría con el presidente ruso.

Incluso antes de Trump, los votantes republicanos mostraban descontento con los conflictos en el extranjero, dijo Douglas Kriner, politólogo de la Universidad de Cornell. Esa es una razón por las que resonó la promesa de Trump de 2016 de evitar “guerras estúpidas”.

“Parte de esto puede ser un cambio de abajo hacia arriba en una parte clave de la base republicana”, dijo Kriner, “y parte de eso refleja el control de Trump sobre esa base y su capacidad para influir en sus opiniones y preferencias sobre políticas de manera dramática”.

Trump ha elogiado desde hace mucho tiempo a Putin, y ha señalado que su invasión de Ucrania es “inteligente” y “astuta”, y recordó este mes que había dicho a los miembros de la OTAN que no gastaron lo suficiente en defensa que él “alentaría” a Rusia a “hacer lo que se le diera la gana” contra ellos. Reiteró esa amenaza días después.

A pesar de la renuencia dentro del Partido Republicano a seguir apoyando a Ucrania, Rusia todavía es profundamente impopular en Estados Unidos. Una encuesta de Gallup de julio de 2023 encontró que solo el 5% tenía una opinión favorable de Putin, incluido el 7% de los republicanos.

Pero Putin ha posicionado a su país como un símbolo del conservadurismo cristiano y de resistencia a los derechos LGBTQ+, al tiempo que se presenta a sí mismo como una encarnación de la fuerza masculina. La combinación ha atraído a los conservadores populistas de todo el mundo occidental. El atractivo de Putin en algunos sectores de la derecha queda demostrado por la reciente gira de Carlson por Rusia, después de la cual el presentador conservador publicó videos en los que admiraba el metro de Moscú y un supermercado que, según él, “lo radicalizaría a usted contra nuestros líderes”.

“El objetivo de la Unión Soviética era ser la referencia de las ideas de izquierda”, dijo Olga Kamenchuk, profesora de la Universidad Northwestern. “Rusia es ahora la referencia de las ideas conservadoras”.

Kamenchuk agregó que esto es más visible no en las cifras de las encuestas sobre Putin en Estados Unidos, sino en el desvanecimiento del apoyo republicano a Ucrania. Aproximadamente la mitad de los republicanos dijeron que Estados Unidos brinda “demasiado” apoyo a Ucrania en lo que respecta a la invasión de Rusia, según una encuesta de diciembre del Pew Research Center (Centro de Investigaciones Pew), un grupo de expertos que brinda información sobre actitudes, tendencias y problemáticas de Estados Unidos y el mundo. Eso es un aumento del 9% en una encuesta del mismo centro realizada en marzo de 2022, apenas unas semanas después de la invasión rusa.

Cuando Putin atacó a Ucrania, hubo una condena bipartidista. Incluso hace un año, la mayoría de los republicanos en el Congreso prometieron su apoyo. Pero casi al mismo tiempo, Trump se lamentó de que los líderes estadounidenses eran “tontos” al enviar ayuda.

Para el otoño, el partido estaba dividido. Los republicanos se negaron a incluir otra ronda de financiación a Ucrania en el proyecto de ley de gasto público, e insistieron en que los demócratas necesitaban incluir una medida de seguridad fronteriza para conseguir su apoyo.

Después de que Trump condenara la propuesta fronteriza de compromiso, los republicanos hundieron el proyecto de ley y dejaron a quienes respaldan a Ucrania sin otra opción que impulsar la asistencia como parte de un paquete de ayuda exterior con dinero adicional para Israel y Taiwán.

Varios expertos sobre Rusia señalan que la retórica que el Partido Republicano utiliza contra la ayuda a Ucrania puede reflejar la de Putin —que Ucrania es corrupta y desperdiciará el dinero, que Estados Unidos no puede darse el lujo de mirar más allá de sus fronteras y que la victoria de Rusia es inevitable—.

“Él está tratando de crear la percepción de que nunca será derrotado, así que ni lo intenten”, dijo Henry Hale, politólogo de la Universidad George Washington, sobre Putin.

Los escépticos de la ayuda a Ucrania argumentan que la guerra ya ha diezmado al ejército ruso y que Putin no podrá atacar a otros países europeos.

“Rusia ha demostrado en los últimos dos años que no tiene la capacidad de marchar por Europa occidental”, dijo Russell Vought, exdirector de la Oficina de Gestión y Presupuesto de Trump, quien es ahora presidente del Center for Renewing America (Centro para Renovar a Estados Unidos), que se opone a una financiación adicional para Ucrania.

Pero varios expertos señalaron que Putin ha expresado planes para retomar gran parte del territorio de la ex Unión Soviética, que podría incluir a países de la OTAN como Lituania y Estonia, que Estados Unidos está obligado a defender militarmente en virtud de su tratado.

Sergey Radchenko, profesor de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins, señaló que Rusia durante décadas ha tenido la esperanza de que Estados Unidos perdiera el interés de proteger a Europa: “Este era el sueño de Stalin: que Estados Unidos simplemente se replegara al hemisferio occidental”.

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Los periodistas de The Associated Press Joey Cappelletti, en Waterford Township, Michigan, y Mary Clare Jalonick y Lisa Mascaro, en Washington, contribuyeron a este despacho.