Espionaje, interferencia y asesinato: elementos de la crisis diplomática India-Canadá

Nueva Delhi, 15 oct (EFE).- Las relaciones diplomáticas entre India y Canadá volvieron a descender esta semana hasta su punto más bajo con la expulsión de los embajadores de ambos países, reviviendo la profunda crisis entre Nueva Delhi y Ottawa tras el asesinato de un líder sij canadiense con vínculos con grupos separatistas en la India.

El Gobierno canadiense informó ayer de la expulsión del embajador de la India, Sanjay Kumar Verma, y otros cinco diplomáticos indios después de que la Policía canadiense los acusase de estar vinculados con una campaña de asesinatos y otros actos de violencia en el país norteamericano.

El Gobierno del nacionalista hindú Narenda Modi respondió anoche inmediatamente con la expulsión de seis diplomáticos canadienses, a los que concedió un plazo de cinco días para abandonar la India.

Estas acusaciones han reavivado las tensiones relacionadas principalmente con el movimiento separatista sij y las acusaciones mutuas de interferencia en asuntos internos.

La comunidad sij, originaria de la región del Punjab en la India, ha mantenido un movimiento separatista durante décadas, buscando la creación de un estado independiente llamado Khalistán.

Una importante comunidad sij reside en Canadá, lo que ha convertido al país norteamericano en un centro de actividad para el movimiento separatista.

La India ha acusado a Canadá de proporcionar refugio a extremistas sij y de permitir actividades anti-India en su territorio, incluidas manifestaciones de protesta y la celebración de un referendo secesionista.

Por su parte, Canadá ha criticado la represión de las minorías en la India y ha defendido el derecho a la libertad de expresión de los sijs canadienses.

El asesinato del líder de la organización Justicia para los Sijs Hardeep Singh Nijjar, en junio del año pasado fue el punto de inflexión en la relación, ya que Canadá aseguró tener información confiable de que la India está detrás de esa muerte.

Nijjar murió tiroteado por dos hombres enmascarados en el estacionamiento de un templo sij en la localidad canadiense de Surrey.

Justo antes de su muerte India había pedido acciones de las autoridades canadienses contra Nijjar, que encabezaba el grupo separatista Khalistan Tiger Force, que buscaba la creación del estado independiente de Khalistán para la minoría sij, en el estado norteño de Punjab.

"La decisión de expulsar estos individuos ha sido realizada con una gran consideración y sólo después de que la Policía Montada reuniese numerosas pruebas, claras y concretas, que identifican a los seis individuos como personas de interés en el caso de Nijjar", dijo ayer la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Mélanie Joly.

Los presuntos autores del tiroteo que acabó con la vida de Nijjar fueron detenidos en mayo, mientras la investigación sigue abierta.

Poco después de la acusación de Canadá, Estados Unidos informó de sus propias sospechas por una posible participación de la India en un intento de asesinato de otro líder sij estadounidense en Nueva York.

(c) Agencia EFE