Esperanzas de acuerdo comercial Mercosur-UE vuelven a disiparse en cumbre en Brasil

Ministros de Exteriores y Economía se reúnen en la víspera de la 63ra cumbre de Mercosur, en Río de Janeiro, Brasil, el 6 de diciembre de 2023. (AP Foto/Silvia Izquierdo)

SAO PAULO (AP) — Los jefes de Estado del bloque comercial sudamericano Mercosur se reunieron el jueves en Río de Janeiro para una cumbre que, casi con toda seguridad, volverá a decepcionar a los países que esperan concretar un demorado acuerdo con la Unión Europea.

Las negociaciones con la UE serán el principal tema de la agenda, y el anfitrión, Brasil, tenía la esperanza de finalizar un acuerdo rápidamente. Pero el gobierno saliente de Argentina — la segunda mayor economía del bloque — ha dicho que se opone al pacto, aunque el presidente electo, el ultraderechista Javier Milei —quien asumirá el cargo el domingo—, ha expresado su apoyo.

Ambos bloques señalaron en un comunicado conjunto que sostienen “discusiones constructivas con el propósito de finalizar los asuntos pendientes” para un acuerdo. La redacción deja entrever que hay un pacto inminente.

“En los últimos meses hemos alcanzado un progreso considerable”, señala el comunicado. “Ambas partes esperan lograr a la brevedad un acuerdo que corresponda a la naturaleza estratégica de los vínculos que unen a ambas partes y la crucial contribución que pueden ofrecer para abordar los desafíos globales en áreas como el desarrollo sustentable, la reducción de la desigualdad y el multilateralismo”.

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El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, defiende el acuerdo que se ha trabajado durante dos décadas. Sus principales socios han sido España, que ostenta la presidencia rotatoria de la UE, y Alemania.

Paraguay y Uruguay también forman parte del bloque, y la incorporación de Bolivia se formalizó la tarde del jueves.

“Mi lema es: ‘nunca, nunca te rindas’, porque nada existe que sea imposible de realizar, ni siquiera este intento de acuerdo con la UE que ha existido durante 23 años, pero debemos seguir intentándolo”, dijo Lula en su declaración a los otros jefes de Estado al iniciar la reunión.

Un acuerdo comercial entre el Mercosur y la UE supondría la integración de un mercado de más de 700 millones de personas, alrededor un cuarto del producto interno bruto global y unos 100.000 millones de dólares anuales en comercio bilateral de bienes y servicios. Además, reduciría las tarifas aduaneras y facilitaría el acceso de los exportadores agrícolas al mercado europeo, así como de los fabricantes europeos a los países del Mercosur.

“Cuando yo era negociador en 2010, pensamos que estaría terminado en dos años”, comentó Welber Barral, quien en aquel momento representaba a Brasil, a The Associated Press. La cumbre de Río es otra oportunidad perdida, dijo, añadiendo que “esta demora es muy mala para todos. Si el acuerdo fracasa, podría haber un intercambio de culpas que no ayuda a nadie”.

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Los dos bloques alcanzaron en 2019 un acuerdo básico que debía ser el primer paso hacia uno total. Pero nunca se implementó debido a una férrea resistencia a ambos lados del Atlántico, incluyendo pedidos de protección ambiental en Sudamérica y la preocupación de algunos países europeos, especialmente Francia, por la llegada de productos baratos.

Lula dijo que habló con la mayoría de los presidentes europeos y muchos de sus negociadores, y que apeló personalmente al francés Emmanuel Macron para que “deje de ser tan proteccionista”.

Las reticencias del actual gobierno argentino, que advirtió que sus exportaciones manufactureras y agrícolas se verían afectadas negativamente, también frenaron el avance.

Milei ha criticado duramente al Mercosur en el pasado, y solicitó repetidamente su eliminación durante la campaña para las presidenciales de noviembre, pero no ha vuelto a realizar declaraciones de ese estilo desde entonces. De hecho, su gobierno ha apuntado que quiere que el acuerdo se complete.

“No solo no tenemos objeciones a que se firme el convenio, sino que consideramos que es francamente deseable”, dijo la canciller del gobierno entrante Diana Mondino el 30 de noviembre en una reunión con la cámara empresaria Unión Industrial Argentina. ”Es mucho mejor tenerlo que no tenerlo".

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Mondino dijo comprender que hay objeciones de diversos sectores. Un vocero del equipo de transición de Milei rechazó un pedido de la AP de declaraciones sobre qué modificaciones se requerirían para obtener el respaldo del gobierno.

El presidente derechista de Uruguay, Luis Lacalle Pou, ha expresado su apoyo al acuerdo en el pasado, y recientemente expresó un cauto optimismo de que podría haber avances.

Pero es poco probable que se formalice un acuerdo, incluso el próximo año, después de que Milei asuma el cargo, debido a las elecciones del Parlamento Europeo en junio, apuntó Barral, quien ahora trabaja en la consultora BMJ de Brasilia, especializada en relaciones gubernamentales y comercio internacional.

“Aun si este acuerdo se aprobara hoy, habría una revisión jurídica, traducción a todos los idiomas de la UE, aprobación por parte de todos sus parlamentos, ratificación y sólo entonces sería válido”, afirmó Barral. “Una visión optimista sería que esté finalizado en cinco años”.

Argentina no es el único obstáculo en Sudamérica. Paraguay, que releva a Brasil en la presidencia esta semana, también parece haber dejado de lado su esperanza.

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El presidente de Paraguay Santiago Peña dijo el lunes a la prensa local que algunos países europeos han exigido requerimientos ambientales sumamente estrictos.

Lula “ha hecho un esfuerzo sobrehumano”, dijo en una entrevista con la televisora local GEN el lunes. “El problema es que, en el otro lado, no hay interés”.

El mandatario paraguayo destacó que los negociadores europeos no están dispuestos a reconocer a las autoridades de cumplimiento en los países del Mercosur y, en su lugar, quieren llevar a cabo sus propias evaluaciones. Esto, apuntó, sería una violación de la soberanía y, como tal, una condición que sabotea los posibles avances.

“Ya estamos mirando en otra dirección”, agregó Peña, indicando que Mercosur firmará un acuerdo de libre comercio con Singapur esta semana, pacto que Lacalle Pou considera una muestra de que el bloque no se encuentra estancado a pesar de su frustración con la UE.

El volumen total de comercio entre el Mercosur y Singapur alcanzó los 10.000 millones de dólares en 2022. La isla es el segundo mayor mercado brasileño para sus exportaciones en Asia, sólo detrás de China.

El bloque busca también acuerdos con Canadá y Corea del Sur, y los analistas dicen que se está considerando otro con Indonesia.

Lula se dirigió directamente a Peña en su discurso inaugural.

“Cuando llegues a la presidencia, nunca te rindas, hombre. No te rindas. Insiste, pelea, conversa”.

Las dificultades del Mercosur para llegar a un consenso cuando se esperaban avances reflejan el hecho de que nunca será una unión económica a la par de la UE, dijo James Bosworth, fundador de Hxagon, una firma de análisis de riesgos económicos con sede en Arlington, Virginia, que se enfoca en los mercados emergentes.

“La mayoría de los debates son más políticos que económicos y rara vez los países del grupo se han alineado con una política de libre comercio”, manifestó Bosworth a la AP. “La UE tiene pocas razones para creer que puede llegar a un acuerdo con los países del Mercosur que todos puedan apoyar”.

Lacalle Pou ha criticado al Mercosur en ocasiones anteriores, señalando que es demasiado insular, y ha advertido que su país podría avanzar en negociaciones unilaterales, aunque esto violaría las normas del bloque. También Brasil ha explorado posibilidades por su cuenta.

“El libre comercio entre los países del Cono Sur tiene sentido, pero las normas que obligan al Mercosur a negociar en bloque perjudican de cierta manera a cada país”, dijo Bosworth.

Los líderes del Mercosur reconocieron en una declaración conjunta que el bloque comercial aún enfrenta dificultades para el comercio y la integración, algo que no debe ser pasado por alto.

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Politi informó desde Buenos Aires, Argentina.