Esperanza y cautela mientras Florida trata de crear campamentos legales para indigentes

El descenso de Ángela Martín a la indigencia empezó cuando tenía 9 años.

Fue entonces cuando ingresó por primera vez en un centro de salud mental. Sufría de numerosos padecimientos mentales y físicos, como esquizofrenia. Se convirtió en consumidora diaria de metanfetamina por vía intravenosas y acabó sin hogar, viviendo en una tienda de campaña, cuenta.

Pero cuando salió de la tienda una mañana de la semana pasada, recibió la ayuda de Joe Pondolfino, director del programa Pinellas Hope en Clearwater.

Martín, de 47 años, es una de los cientos de personas sin hogar que viven en las tiendas de la instalación, parte de un complejo de apartamentos, duchas y cocina gestionado por la Diócesis Católica de St. Petersburg.

“Pinellas Hope me dio una segunda oportunidad en la vida”, dijo Martín.

Legisladores estatales se disponen a aprobar una amplia legislación que obligaría a los condados a retirar a las personas sin hogar de los espacios públicos, como parques y aceras.

Los condados decidirían dónde ubicarlos. Pero según el Proyecto de Ley 1365 de la Cámara de Representantes, los condados pudieran designar terrenos públicos, alejados de barrios y comercios, para “acampar o pernoctar públicamente”. Tendrían que disponer de servicios de seguridad, saneamiento y salud conductual.

La idea ha sido condenada por activistas como un enfoque para sacar de la vista y de la mente a los indigentes que dará lugar a una mayor criminalización de ellos.

Pero lugares como Pinellas Hope ofrecen un ejemplo de cómo pudiera funcionar un sistema así, desde el tipo de seguridad hasta los servicios ofrecidos.

“Basándonos en lo que hemos hecho durante los últimos 17 años, este modelo funciona”, dijo Maggie Rogers, directora ejecutiva de Caridades Católicas de la Diócesis de St. Petersburg.

Gainesville, por otro lado, ofrece una historia con moraleja de un campamento de tiendas de campaña que tuvo que ser cerrado por la violencia y el consumo de drogas.

“Hemos visto la visión que usted está tratando de describir aquí hoy”, dijo la representante Yvonne Hinson, demócrata de Gainesville, a los republicanos en la Cámara el viernes.

“Eso no funcionó”.

La habitante de la comunidad de tiendas Pinellas Hope Ángela Martín, en el centro, es ayudada a llegar a su silla de ruedas por el director del programa Joe Pondolfino, el martes 27 de febrero de 2024, en Clearwater.
La habitante de la comunidad de tiendas Pinellas Hope Ángela Martín, en el centro, es ayudada a llegar a su silla de ruedas por el director del programa Joe Pondolfino, el martes 27 de febrero de 2024, en Clearwater.

La experiencia de Gainesville

La idea de la legislación vino del representante Sam Garrison, republicano de Jacksonville, quien dijo que las comunidades tienen que recuperar sus espacios públicos. Las ciudades de la Florida no pueden llegar a ser como San Francisco y Los Ángeles, dijo.

Al mismo tiempo, dijo se siente desconsolado por las personas sin hogar, y mantenerlos en las calles para “valerse por sí mismos” es “inaceptable”.

“No me hago la menor ilusión de que cuando mi Señor vuelva, no va a estar conmigo”, dijo Garrison. “Va a estar con esa gente, atendiendo sus necesidades”.

Legisladores demócratas y activistas han planteado preocupaciones prácticas y filosóficas. Las comunidades podrían no tener terrenos disponibles o no poder permitirse el costo de mantener un campamento de este tipo. Sacar a la gente de las calles pudiera llevar a los condados a elegir entre obligar a la gente a ir a campamentos o arrestarlos, ninguna de las cuales se considera la mejor práctica.

En 2014, Gainesville intentó el enfoque de un campamento de tiendas de campaña. La ciudad tenía un campamento no autorizado de 200 personas sin hogar cerca del downtown. Cuando obligó a los habitantes a abandonarlo, la ciudad les dijo que podían montar sus tiendas cerca de un nuevo refugio de emergencia para indigentes que ofrecía comidas y duchas.

Al principio, el nuevo campamento funcionó, según un artículo sobre la experiencia de Gainesville publicado en The Georgetown Journal on Poverty Law & Policy el año pasado.

La ciudad ofrecía agua potable, baños y recolección de basura, y los habitantes se mostraban orgullosos de su entorno. Pero la ciudad no tenía ninguna estrategia para trasladar a la gente a una vivienda permanente, según el artículo, y el campamento llegó a tener varios cientos de personas. El consumo de drogas y la violencia aumentaron, a pesar de la policía asignada al campamento, y hubo rumores de tráfico de personas.

El alojamiento permanente se considera la mejor estrategia a largo plazo, y es la forma en que ciudades como Miami han tenido éxito en reducir la población de personas sin hogar . Garrison dijo que no está en desacuerdo, pero que las comunidades no pueden esperar años a que se construyan viviendas.

Jon DeCarmine, coautor del artículo de Georgetown y director ejecutivo del cercano refugio para personas sin hogar Grace Marketplace, afirmó que el éxito que tengan las comunidades dependerá de cuánto inviertan en servicios para los indigentes para adaptarse a la legislación. El albergue colaboró con la ciudad para poner fin al campamento.

Hasta ahora, los legisladores han presupuestado $10 millones adicionales en todo el estado para ayudar a los condados a adaptarse a los cambios. Pero bajo la legislación, los 29 condados rurales “fiscalmente limitados” del estado no tienen que proporcionar el saneamiento, la seguridad y los servicios requeridos por el proyecto de ley.

“¿Qué problema intentamos resolver? Si se trata de personas sin hogar visibles, esto pudiera tener algún impacto”, dijo DeCarmine de la legislación. “Si se trata de acabar con la indigencia, no creo que esto nos lleve a ese fin”.

La nueva habitante de Pinellas Hope Sandy Silvey visita a su chihuahua Bay Bay en su Hope Cottage, el martes 27 de febrero de 2024, en Clearwater. Las Hope Cottages son contenedores de acero de 20 pies que se han reconfigurado para crear tres habitaciones en las que viven los habitantes y que sustituyen a las tiendas de campaña.
La nueva habitante de Pinellas Hope Sandy Silvey visita a su chihuahua Bay Bay en su Hope Cottage, el martes 27 de febrero de 2024, en Clearwater. Las Hope Cottages son contenedores de acero de 20 pies que se han reconfigurado para crear tres habitaciones en las que viven los habitantes y que sustituyen a las tiendas de campaña.

Cómo pudieran ser los sitios

Rogers, la directora de Caridades Católicas, dijo que la legislación tendría que aplicarse correctamente.

“Creo que tiene que ser bien pensado, bien planificado, y tienen que analizar los modelos en todo el país que han funcionado”, dijo.

Alrededor de 230 personas duermen cada noche en el campus de 10 acres de Pinellas Hope, ya sea en sus apartamentos, tiendas de campaña o cabañas convertidas a partir de contenedores de transporte, dijo Rogers. Cuenta con un presupuesto anual de $2.1 millones, procedentes de donaciones y financiación municipal. Con ese dinero se paga el personal a tiempo completo, los servicios de gestión de casos, las duchas, una lavandería y una biblioteca. Las comidas diarias son donadas.

El albergue excluye a delincuentes sexuales, pero, por lo demás, admite a cualquiera. Las drogas y el alcohol no están permitidos. No tiene seguridad, solo personal con habilidades para desactivar conflictos, dijo Rogers.

“Quieren que sea su lugar seguro”, dijo Rogers.

Joe Cornell, de 61 años, pudiera ser una de las personas obligadas a trasladarse en virtud de la legislación. Su tienda de campaña de color dorado está atada a vides y un par de cajones de almacenamiento apilables en un lote baldío de matorrales en Rowan Road en New Port Richey.

Se vio obligado a experimentar la indigencia hace más de un año. Había tenido una serie de problemas con la ley, entre ellos una condena por tráfico de drogas en 1991.

Cada vez que sale de su tienda, sus pocas pertenencias corren peligro de ser robadas. Dijo que consideraría la posibilidad de trasladarse a un campamento organizado para tener más seguridad.

“Lo he perdido todo”, afirma Cornell. “Y ahora estoy empezando de nuevo”.

Joe Cornell, de 61 años, atiende a su campamento de indigentes en una zona rural saliendo de Rowan Road, el martes, 27 de febrero 2024, en New Port Richey. Cornell, que ha estado sin hogar durante un año, dijo que ha tenido dificultades para encontrar empleo.
Joe Cornell, de 61 años, atiende a su campamento de indigentes en una zona rural saliendo de Rowan Road, el martes, 27 de febrero 2024, en New Port Richey. Cornell, que ha estado sin hogar durante un año, dijo que ha tenido dificultades para encontrar empleo.