¿Por qué España es una de las pocas voces de la UE que apoya a Palestina?

¿Por qué España es una de las pocas voces de la UE que apoya a Palestina?

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, visita Oriente Próximo esta semana pero, tras el conflicto entre Israel y Hamás, su viaje no sea como el de otros líderes europeos.

España ha estado históricamente cerca del mundo árabe y el Ejecutivo está intentando activamente impulsar una línea más favorable a las aspiraciones palestinas dentro de la Unión Europea.

Es un planteamiento que Sánchez defenderá probablemente durante su visita a la región azotada por el conflicto.

Tras lograr la semana pasada un nuevo mandato de cuatro años, el jefe del Gobierno se reunirá con sus homólogos, el primer Ministro Benjamin Netanyahu, en Israel, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en Cisjordania.

Sánchez viajará después a Egipto, donde mantendrá reuniones con el presidente Abdel Fattah al-Sissi y con Ahmed Aboul Gheit, secretario general de la Liga Árabe.

Estos encuentros brindan al presidente del Gobierno español la oportunidad de renovar su llamamiento en favor de un alto el fuego duradero en Gaza, así como de la celebración de una cumbre de paz urgente.

España espera que haya una solución política al conflicto entre Israel y los palestinos, sobre la base de dos Estados.

¿Por qué España es tan tajante en su reconocimiento del Estado palestino?

En un discurso pronunciado el pasado miércoles, Sánchez prometió que el "primer compromiso" de su nuevo Gobierno en política exterior sería "trabajar en Europa y en España por el reconocimiento del Estado palestino".

Al mismo tiempo, dijo estar "del lado de Israel" ante "el atentado terrorista" cometido por Hamás el 7 de octubre, pero también pidió al Estado judío que ponga fin a la "matanza indiscriminada de palestinos".

Según Isaías Barreñada, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Sánchez espera que su postura tenga "un efecto dominó" en el resto de la UE.

La postura llega en un momento en que muchos países occidentales se enfrentan a críticas en el mundo árabe por ser aparentemente demasiado favorables a Israel.

En 2014, bajo un gobierno conservador, el Parlamento español aprobó una resolución pidiendo el reconocimiento del Estado palestino, apoyada por todos los partidos políticos.

La votación, sin embargo, no fue vinculante y no fue seguida de ninguna acción.

En Europa, varios países han dado este paso de forma más efectiva.

Entre ellos están Suecia, Hungría, Malta y Rumanía, pero ninguno de los principales Estados miembros de la UE lo ha hecho, lo que significa que España podría convertirse en pionera.

A principios de esta semana, Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad -y ex ministro de Sánchez- declaró a El País que España era un país con "una simpatía más clara por el mundo árabe".

La gente muestra pancartas, que dicen 'Gaza somos todos', y 'Paz', durante una protesta contra la ofensiva de Israel en Gaza, en Pamplona, 2014
La gente muestra pancartas, que dicen 'Gaza somos todos', y 'Paz', durante una protesta contra la ofensiva de Israel en Gaza, en Pamplona, 2014 - Alvaro Barrientos/AP

Breve historia de las relaciones hispano-árabes

Próxima geográficamente a la región magrebí del norte de África, España recurrió a los países árabes durante la dictadura franquista, que se extendió de 1939 a 1975, para eludir su aislamiento en Occidente.

Sin embargo, no fue hasta 1986 cuando la nación estableció relaciones oficiales con Israel.

Esta fecha relativamente tardía fue consecuencia de las tensiones nacidas de la oposición del Estado hebreo a la entrada de España en la ONU al final de la Segunda Guerra Mundial, debido a su proximidad a la Alemania nazi.

En 1993, desempeñaron un papel en los Acuerdos de Oslo, por los que Israel y la Organización para la Liberación de Palestina se reconocieron mutuamente en el marco del proceso de paz.

En general, España sigue siendo percibida por muchos como un país proárabe.

A finales de octubre estalló incluso una minicrisis diplomática con la embajada israelí tras las polémicas declaraciones de un ministro español de extrema izquierda que habló de un "genocidio planificado" en Gaza.

Sin embargo, con gran parte de Europa firmemente proisraelí, Isaías Barreñada explica que será una batalla cuesta arriba para Sánchez.

"Es difícil imaginar que España tenga capacidad para reorientar la posición europea", dice Barreñada a AFP, pero "puede contribuir a mostrar que hay sensibilidades diferentes dentro de la UE".