Escenas de pánico y caos total antes de la final de la Copa América en Miami. Tarjeta amarilla para los organizadores

Una desorganización total se produjo previo a la final de la Copa América USA 2024, el domingo en el Hard Rock Stadium y puso en peligro de vida de miles de personas.

De acuerdo con un oficial de la organización cerca de las cinco de la tarde un grupo de fanáticos colombianos entró en grupo y sin boletos al estadio ubicado en Miami Gardens.

Se ordenó cerrar las puertas, mientras la seguridad retiraba a los que habían ingresado al recinto sin entrada.

Las horas pasaron y el problema no se resolvía. A las 8 p.m., la hora programada para iniciarse el partido entre Argentina y Colombia, las puertas estaban cerradas y unas 40,000 personas frustradas esperaban afuera.

Pasadas las 8 p.m. se abrieron las puertas sin comprobar los boletos y sin ninguna vigilancia la multitud pugnó y se metió al estadio.

Fueron escenas traumáticas, con la gente empujándose y en peligro de caer y ser pisoteada.

“He pagado $7,000 por un boleto y estoy en la calle”, exclamó una hincha colombiana.

“No es posible que la gente venga de nuestros países y traiga sus malas costumbres para provocar el desorden”.

En realidad, la responsabilidad es de los organizadores que no previeron que una multitud tan grande fuera a llegar a la final de la Copa América y no había la cantidad suficiente de personal de seguridad para controlar a más de 60,000 personas.

De todas partes habían llegado para el partido.

Melissa Cure, la reina del carnaval de Barranquilla, había sido invitada especial para la ocasión y había viajado desde Colombia.

Lucía un traje típico y se armaba de paciencia en las afueras del estadio con el enorme calor. Nadie podía ingresar y llevaba más de dos horas sentada en uno de los sardineles en las afueras del estadio.

Estaba acompañada de su hermana Vanessa, quien tiene seis meses de embarazo y lleva una niña. Habían venido atraídas por la finalísima.

Por otro lado, madre e hijas argentinas, Silvina y Diana, habían viajado expresamente desde Jacksonville, Florida, para estar presentes en esta cita inolvidable, pero no por las razones correctas.

Habían comprado con bastante anticipación sus boletos, $900 cada uno, antes que empezara la Copa América y estaban calcinándose con el sol de las 5 de la tarde.

En ningún momento los organizadores avisaron lo que estaba pasando, por qué era la demora y la gente se impacientaba en la espera.

Por eso, cuando se abrieron las puertas, la gente se desbordó con una furia contenida y enrumbó hacia las entradas donde no había ningún control.

Los carruseles donde la gente pone sus celulares con sus tickets para ganar el acceso al estadio estaban derribados en el suelo.

Era un caos total y fue una muestra clara que los organizadores de la Conmebol no tienen la menor idea de cómo es el mercado futbolístico de Estados Unidos.

Por otra parte, el personal del Hard Rock Stadium no tomó las precauciones necesarias para controlar a la multitud que vino a ver el partido, que comenzó una hora y veintidós minutos después del horario programado.