¿Es tan excepcional el caso del feto 'embarazado' visto en Colombia?

Estudio sobre el feto en el útero de Leonardo da Vinci. (Crédito imagen: Wikipedia).
Estudio sobre el feto en el útero de Leonardo da Vinci. (Crédito imagen: Wikipedia).

Esta semana nos llegaba desde Colombia uno de esos extraños casos médicos que causan furor. Se trataba de un caso de “fetus in fetu” muy particular, y es que el feto que se desarrollaba en el útero de Mónica Vega tenía a su vez otro feto abdominal desarrollándose en su interior.

¿Pero de verdad es una rareza tan extraña y novedosa? No tanto, de hecho en enero de este mismo año se dio un caso similar en la India, aunque la cercanía cultural con Latinoamérica ha hecho que el caso de Mónica Vega se hiciese viral, mientras que el del bebé indio pasara más desapercibido.

Vaya por delante que en efecto, estos casos en los que dos embriones conviven como “matrioskas” en el útero de su madre, se consideran en efecto rarezas médicas. No podía ser de otro modo en el momento en que estos embarazos se dan solo en un caso entre medio millón. Aún así, cada pocos años salta una noticia de este tipo a los medios ya que es solo cuestión de tiempo que se den el número de nacimientos necesarios para que surja el azar. (Por ejemplo, podéis ver que en la India hubo otro caso similar en agosto de 2017).

El término del latín “fetus in fetu” significa literalmente eso “feto dentro de un feto”, y designa a un raro caso de gemelo parásito que se da cuando un embrión saludable absorbe a un gemelo poco desarrollado que normalmente carece de corazón y cerebro, por lo que depende exclusivamente del flujo sanguíneo de su huésped. Si no se extraen pueden llegar a iniciar tumoraciones, lo cual hace que se les equipare a los teratomas a la hora de ser tratados mediante cirugía.

¿Qué provoca esta extraña malformación? Los expertos no lo tienen claro del todo, aunque creen que sucede cuando – durante un embarazo de gemelos idénticos – un feto absorbe al otro en una etapa muy temprana de la gestación. La supervivencia de los tejidos del gemelo parasitario depende por completo de los sistemas corporales del gemelo huésped, tal y como se publicó en 2010 en un trabajo que puede consultarse en Journal of Pediatric Surgery.

En cambio, hay otros expertos que consideran a estos fetos parásitos directamente como un teratoma, que es una extraña masa amorfa compuesta por tejido, pelo e incluso dientes, que puede formarse a partir de las células madre de los gametos (células reproductoras) humanos.

Sea como sea, estos casos que antes pasaban desapercibidos hasta que se complicaban (provocando desnutrición en el huésped o molestias en órganos importantes) ahora se tratan con cirugía en edades muy tempranas gracias a las nuevas tecnologías visuales de diagnóstico precoz. El caso de Mónica Vega ha sido peculiar porque llegó a adelantarse el nacimiento del feto huesped, cesárea mediante, para poder extraerle el feto parásito.

Por lo que puedo leer, en la literatura médica existen hasta el momento alrededor de 200 casos recogidos. Y aunque – como he comentado antes – lo normal es que los gemelos parásitos estén muy poco desarollados hay casos en los que se puede observar estructuras dérmicas, partes del sistema digestivo y del sistema nervioso central.

Pero eso no es todo, según he podido consultar, el registro médico internacional ha recogido casos excepcionales en los que el gemelo parásito mostraba gónadas, glándulas andrenales, corazón, páncreas, bazo e incluso sistema respiratorio.

Hay más información sobre la temática (recogiendo casos pasados y varias imágenes) en la web del Centro Nacional para la Información Biotecnológica del gobierno estadounidense.

PD. ¿Sabíais que el término cesárea proviene del mismísmo Julio César?