¿Qué busca este banco posicionándose como el más tolerante del mundo?

El banco ANZ (Australia New Zealand Banking group) acaba de lanzar una campaña con un objetivo que, aparentemente, nada tiene que ver con la economía y que está teniendo muy buena acogida.

En este anuncio, el banco no recomienda ninguna cuenta corriente, ni hipoteca, ni inversión financiera: lo único que piden es que nos sujetemos firmemente de las manos unos a otros. La idea es lanzar un mensaje de amor y tolerancia para que las parejas gays pierdan el miedo a ir de la mano.

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Las manos, esa parte de nuestro cuerpo con la que podemos comunicar a veces más que con las palabras, son las protagonistas de este emotivo spot. Vistas en primer plano, dos manos enlazadas revelan el cariño que existe entre dos personas.

Pero también revelan el temor al rechazo, el miedo a expresar ese amor, cuando una pareja gay se cruza con alguien y esas manos se separan, nerviosas. No tengas miedo, nos dice este vídeo. Cuando sientas eso, toma su mano con más fuerza.

Aunque pueda parecer sorprendente que un anuncio de este tipo provenga de una entidad financiera, lo cierto es que ANZ lleva tiempo comprometida con la lucha por los derechos homosexuales y es patrocinadora del Festival del Orgullo de Auckland y del famoso Mardi Gras de Sidney.

Los más malpensados seguramente piensen que esta estrategia tiene el objetivo de conectar con potenciales clientes homosexuales, cuyo poder adquisitivo es de media superior al de los heterosexuales. Sin embargo, es más razonable pensar que han apostado por este enfoque porque les permite conseguir más difusión e interés que si hablaran directamente de sus productos bancarios, humanizando así a la marca.

ANZ no es la primera entidad que hace este giro, ya que existe una tendencia entre bancos y aseguradoras a cambiar la tradicional publicidad “seria” y gris por anuncios emotivos de tintes sociales, especialmente entre los asiáticos, con anuncios que han traspasado las fronteras de sus países de origen y se han hecho virales en todo el mundo. ¿Se generalizará esta tendencia en el sector?