'Erin Brockovich', la película basada en hechos reales que encumbró a Julia Roberts hace 23 años

Cuando se estrenó ‘Erin Brockovich’ hace 23 años, pocos esperaban encontrarse con una Julia Roberts tan sumamente magistral en un papel dramático. El desconcierto era entendible. ‘La novia de América’, como se la conocía por aquel entonces, llevaba los últimos años consagrada a las comedias románicas como ‘Pretty Woman’, ‘Novia a la fuga’ o ‘Notting Hill’. Papeles que la habían encumbrado como una de las actrices más taquilleras y rentables del momento. Había demostrado su talento con creces y era la actriz mejor pagada de Hollywood. Fue la primera mujer en cobrar 20 millones de dólares por película. Un hito en la industria cinematográfica de finales de los 90 principios de los 2000 al que solo podían aspirar los actores hombres.

‘Erin Brockovich’ no fue el trampolín de Julia Roberts en el séptimo arte, pero lo cambió todo para ella. Y para los espectadores. Su interpretación confirmó que contaba con una capacidad innata para cambiar de registro y afrontar guiones de cualquier calado. La novia de América demostró a la crítica que seguir encasillándola era un sinsentido. De ella se podía esperar cualquier cosa, dejarse sorprender. Y la crítica no pudo hacer otra cosa que caer rendida a sus pies. Un año después del estreno de ‘Erin Brockovich’ en el 2000, una emocionada Julia Roberts subía al escenario del Dolby Theatre de Los Ángeles, en California, a recoger lo que por justicia le correspondía: el Oscar a mejor actriz. Un galardón que se le había resistido en dos ocasiones, con ‘Magnolias de acero’ y ‘Pretty Woman’.

Julia Roberts durante su discurso tras recibir el Oscar a mejor actriz por su papel en 'Erin Brockovich', el 25 de marzo de 2001, en Los Angeles. (AP Photo/Kevork Djansezian)
Julia Roberts durante su discurso tras recibir el Oscar a mejor actriz por su papel en 'Erin Brockovich', el 25 de marzo de 2001, en Los Angeles. (AP Photo/Kevork Djansezian)

El gran mérito añadido de la actriz con ‘Erin Brockovich’ fue convencer con una interpretación que no permitía tantas licencias interpretativas porque no había sido “inventado” desde cero, añadiéndole complejidad a la tarea de hacerlo creíble. La película está basada en la historia real de Erin Brokovich, una madre soltera de tres hijos, divorciada y nacida en Kansas, que logró asestarle un golpe judicial sin precedentes a Pacific Gas and Electric Company (PG&E), una de las empresas gasísticas y de electricidad más poderosas de Estados Unidos.

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Tras sufrir un accidente de tráfico en 1990, Erin comienza a trabajar en el despacho Masry & Vititoe, propiedad de Ed Masry (interpretado por Albert Finney). Era el mismo abogado que había llevado su caso contra el conductor que le había provocado el incidente. Tenía 30 años y su trabajo se limitaba básicamente a ordenar papeles. Mientras desempeñaba esta tarea, Erin se topó con un caso de adquisición inmobiliaria por parte de PG&E sobre la casa de una de las clientes del bufete en el que se incluían los expedientes médicos de esta. No entendía qué hacían esos documentos en una oferta de compraventa. Descubrió entonces que la compañía eléctrica había estado contaminando el agua subterránea de Hinkley, el pueblo californiano donde se ubicaba la propiedad, con cromo hexavalente. Una potente sustancia química que había provocado graves problemas de salud a sus habitantes y que PG&E había estado utilizando desde 1966 para prevenir la corrosión de las plantas que tenía en la localidad. “Dondequiera que iba en esta pequeña comunidad, alguien estaba enferma, tenía asma, tos crónica, bronquitis recurrente, erupciones cutáneas, dolores articulares inusuales, hemorragias nasales", contó la mujer en entrevista con ‘ABC News’, en 2020.

Erin Brockovich durante una de sus charlas en Ohio. (AP Photo/Matt Freed)
Erin Brockovich durante una de sus charlas en Ohio. (AP Photo/Matt Freed)

La investigación que emprendió Erin duró cinco años. Logró demostrar que Pacific Gas and Electric Company había estado exponiendo a las personas con esta práctica criminal y que sus responsables eran plenamente conscientes de los riesgos que suponía para los habitantes de Hinkley. La demanda judicial colectiva que construyó fue secundada por 600 denunciantes que durante décadas habían consumido el agua contaminada.

Tras una dura batalla legal, la justicia falló a favor de los damnificados. Obligó a PG&E a indemnizar con 500.000 dólares a cada habitante enfermo de Hinkley. En total, la compañía pagó 333 millones de dólares. De estos, Erin Brockovich, la de verdad, recibió dos millones y medio por su trabajo.

¿Qué fue de Erin Brockovich?

Después de aquello, Erin lideró otras grandes demandas, siempre relacionadas con la contaminación y la mala ‘praxis’ de poderosas compañías. En 2006 ganó otro caso contra PG&E por el uso de cromo hexavalente en el condado de Kings, California. El juez determinó el pago de una indemnización por valor de 335 millones de dólares. Actualmente, se dedica a dar conferencias por todo el mundo sobre activismo y medio ambiente.

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