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La entrevista a Meghan y Harry recalienta el debate sobre la abolición de la monarquía en las excolonias británicas

La cadena BBC transmitió el mensaje de la reina Isabel II el domingo, con motivo del Día de la Commonwealth, horas antes de la difusión en Estados Unidos de la explosiva entrevista a Harry y Meghan Markle
Tolga Akmen

WASHINGTON.- El lunes se celebró el Día del Commonwealth, y desde Antigua hasta Zambia, las excolonias británicas que integran esa mancomunidad de naciones festejaron la ocasión con los tradicionales desfiles, despliegue de banderas y discursos con loas a la familia real de Gran Bretaña.

Pero los festejos de este año quedaron eclipsados por la explosiva entrevista de Oprah Winfrey a la pareja de los duques de Sussex, Harry y Meghan, que desplegó nuevas acusaciones de racismo contra los miembros de la familia real y sirvió como recordatorio de la incómoda historia colonial de la monarquía.

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Lo cierto es que el deschave del duque y la duquesa echó leña a un viejo debate sobre la abolición de la monarquía en algunas de las 54 naciones del Commonwealth. Durante el año pasado, al calor de las protestas contra el racismo y la represión en todo el mundo, se redoblaron los reclamos para borrar definitivamente todo vestigio del pasado colonial. Y ahora los políticos de esos países se ven obligados a dar respuesta a una pregunta cada vez más acalorada de sus votantes: ¿Qué sentido tiene seguir conservando a la reina Isabel como imagen ceremonial?

En los últimos días, los reclamos más estridentes para cortar lazos con la monarquía llegaron desde Australia. El lunes, en declaraciones a la Australian Broadcasting Corp., el exprimer ministro, Malcolm Turnbull, dijo que la entrevista demostraba que la cabeza oficial del Estado “debe ser un ciudadano australiano, uno de nosotros, y no la reina o rey del Reino Unido”. Turnbull también señaló que muchos australianos son fans de la reina Isabel II, pero no necesariamente de la monarquía en general, y que nadie sabe si también simpatizarán con quien la suceda.

Los miembros del Partido Laborista Australiano esperan que la explosiva entrevista —“nuclear”, según los tabloides británicos—, reavive el histórico debate sobre hacer de Australia una república. El referéndum de 1999 sobre quitar a la reina como jefa de Estado no prosperó, pero en un video posteado el martes, el legislador Matt Thistlethwaite dijo que “ya es hora” de volver a discutir el tema.

Julian Hill, parlamentario laborista, dijo por Twitter que el melodrama de la familia real británica “es irrelevante para la Australia moderna”.

“Sus últimas escapadas de patéticos privilegiados nos recuerdan que a la cabeza del Estado debe haber un australiano”, disparó Hill.

Ya antes de la transmisión de la entrevista, algunas facciones de las excolonias británicas del Caribe estaban cada vez más incómodas con seguir arrastrando vínculos con un país que amasó su riqueza con el comercio de esclavos. En septiembre, Barbados anunció que la reina Isabel II dejaría de ser su jefe de Estado. “Es hora de dejar definitivamente atrás nuestro pasado colonial”, dijo entonces la gobernadora general de la isla, Sandra Mason. La dirigencia de Jamaica ya ha dicho que piensa seguir el ejemplo, al igual que algunos en Santa Lucía y en San Vicente y las Granadinas.

Durante la entrevista del viernes por la noche con Oprah, Meghan sugirió que su herencia mestiza puede haber renovado el aprecio hacia la familia real en el Commonwealth, donde “el 60 o 70 por ciento” de la población es de color. También comentó que en sus viajes con Harry se le acercan muchas chicas y mujeres conmovidas “por ver por primera vez a alguien como ellas en esta posición”.

“Nunca entendí cómo no supieron apreciarlo como un beneficio extra, y un reflejo del mundo de hoy”, dijo Meghan con relación a su familia política.

Por el contrario, la pareja reveló que un miembro de la familia real les preguntó que tan oscura sería la piel del bebé, desatando la furia en las redes sociales. “Ella tiene la piel muchísimo más clara que nosotros”, dijo por Twitter la conductora jamaiquina Dionne Jackson Miller, y se preguntó si el comentario no sería “un punto de giro” para el movimiento para hacer de Jamaica una república independiente.

La situación en Canadá

El envión para cortar con la monarquía también toma fuerza en Canadá, donde una encuesta de febrero reveló un récord de apoyo para que la reina deje de ser jefa de Estado. Casi la mitad de los canadienses entrevistados apoya la idea, y los expertos dicen que la entrevista con Oprah terminará de inclinar la balanza en esa dirección.

Lograr ese objetivo en Canadá, sin embargo, no será nada fácil, ya que las 11 legislaturas provinciales, así como la Cámara de los Comunes y el Senado, deberían apoyar la iniciativa. Los intentos pasados de Canadá por modificar su Constitución condujeron al referéndum secesionista del Quebec, “y el país estuvo al borde de partirse”, dice Emmett Macfarlane, profesor adjunto de ciencias políticas de la Universidad de Waterloo, Ontario.

“Entiendo que algunos quieren entrar en debates constitucionales”, dijo el martes el primer ministro, Justin Trudeau. “En este momento no pienso entrar en eso: estoy totalmente concentrado en sacarnos de la pandemia”.

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Tampoco parece demasiado factible un corte simbólico con la monarquía en Nueva Zelanda.

“Ya he manifestado anteriormente que no veo en los neocelandeses un enorme apetito por cambiar nuestros acuerdos constitucionales, y no espero que eso se vaya a modificar en lo inmediato”, dijo el lunes la primera ministra, Jacinda Ardern.

The Washington Post

Traducción de Jaime Arrambide