Los ensayos clínicos de transplantes de órganos de cerdo a humanos se aceleran en Estados Unidos
Las llamadas y los correos electrónicos han comenzado a llegar a varios hopitales estadounidenses desde que se dio a conocer a la opinión pública que se está experimentando con órganos de cerdo para ser transplantados en seres humanos.
Muchos, preocupados ante la perspectiva de no poder llegar a tiempo para recibir un trasplante estándar, han comenzado a requerir información médica al respecto. Es el caso de Alex Berrios (Louisville, Kentucky), quien necesita un segundo trasplante, pero encontrar a otro humano compatible está resultando imposible. "Puede que no funcione y tengo que aceptarlo", dice Berrios. "Pero creo que vale la pena intentarlo".
Mientras los investigadores buscan una alternativa a la terrible escasez de órganos trasplantables, dos empresas estadounidenses aspiran a iniciar ensayos clínicos de xenotrasplantes en 2025, utilizando riñones o corazones de cerdo.
Ya hay listados de posibles voluntarios para los ensayos con humanos, mientras los investigadores siguen buscando la mejor manera de comprobar si los órganos de cerdo que han diseñado para convivir con un organismo humano podrían funcionar.
Los científicos han intentado realizar trasplantes de animales a humanos durante años sin éxito. Sin embargo, gracias a los nuevos avances en esta rama médica ahora se puede modificar genéticamente los órganos porcinos para evitar que el sistema inmunológico humano identifique el tejido exógeno y lo ataque inmediatamente.
Los cinco estadounidenses que han recibido hasta el momento un órgano de cerdo modificado genéticamente no contaban con otras opciones terapéuticas para sobrevivir, por lo que el experimento tenía validez bioética.
Ninguno de los receptores anteriores sobrevivió más de dos meses, pero la noticia de que una mujer estaba evolucionando favorablemente tras un trasplante de riñón de cerdo en la Universidad de Nueva York a fines de noviembre ha aumentado la esperanza de los posibles pacientes beneficiados.
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Crónicamente enfermos y agotados por las operaciones: la historia de los posibles receptores de órganos transespecistas
Carl McNew (Palm Springs, California) envió hace meses un correo electrónico a la Universidad de Nueva York para preguntar sobre la posibilidad de ser voluntario. McNew donó un riñón a su marido en 2015, pero el que le quedaba comenzó a fallar. Pese a la medicación y a la diálisis -tratamiento encaminado a depurar la sangre cuando los riñones no son capaces de hacerlo- suministradas,** McNew sabe que eventualmente necesitará un trasplante.
Para Alex Berrios, la escasez de donantes no es su único obstáculo. El sureño nació con un solo riñón que falló cuando tenía poco más de 20 años. Un trasplante de un donante vivo le devolvió la salud durante 13 años, pero este falló en 2020 y desde entonces ha desarrollado anticuerpos que destruyen el órgano donado. Berrios pasa casi cuatro horas al día atado a una máquina de diálisis. Recibir estos extenuantes tratamientos desde las cinco de la mañana es la única forma en que este padre de dos hijos puede seguir con vida y mantener un trabajo a tiempo completo.
Además de reducir la calidad de vida de los pacientes, la diálisis no reemplaza por completo la función renal: la gente acaba por enfermar poco a poco. Además, los altos costes de la sanidad estadounidense hace complicado mantener un tratamiento para enfermos crónicos que necesiten ingresar en un hospital durante un periodo continuado de tiempo.
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Se esperan ensayos rigurosos para probar los trasplantes de órganos de cerdo
Las normas de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) exigen que los órganos de cerdo se prueben exhaustivamente en monos antes que en humanos. En la Universidad de Nueva York (NYU) y la Universidad de Alabama, los cirujanos han probado primero los órganos de cerdo en cuerpos de personas recientemente fallecidas, donados para la investigación científica.
Towana Looney es uno de los casos clínicos que, debido a sus perspectivas de supervivencia, recibió autorización para someterse recientemente a un trasplante de riñón de cerdo. Looney no estaba tan enferma como los receptores anteriores de xenotrasplantes, pero no encontraba a un donante compatible con su organismo, a pesar de llevar ocho años en diálisis. Al igual que en el caso de Berrios, tenía una respuesta inmune alta de su organismo tras las operaciones.
El caso de Looney puede suponer "una especie de prueba de fuego" para los candidatos humanos a ensayos clínicos, afirman desde la NYU. "Recibió el trasplante en el momento justo", antes de que sus posibilidades de seguir utilizando la diálisis se agotasen.
Los trasplantes de órganos de cerdos aún tienen mucho que demostrar
Los investigadores tienen mucha presión para demostrar si los órganos de cerdo pueden mantener vivas a las personas, afirma Mike Curtis, CEO de una de las empresas que desarrollan este tipo de órganos. "Hay una enorme cantidad de pacientes que estarían muy dispuestos a someterse a esto", asegura Silke Niederhaus, profesora adjunta de cirugía en la Universidad de Maryland.
Niederhaus insta a las personas a que se informen sobre sus probabilidades de obtener un riñón humano antes de ofrecerse como voluntarios. Si son más jóvenes, más saludables o pueden encontrar un donante vivo y compatible, la doctora recomienda seguir esta primera opción. Pero si son mayores y la diálisis empieza a fallar, tal vez valga la pena correr el riesgo, admite.