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Enfrentándose a la "ortodoxia", la nueva primera ministra británica Truss quiere actuar con rapidez

Por Elizabeth Piper y Andrew MacAskill

LONDRES, 5 sep (Reuters) - La británica Liz Truss llega al poder con la promesa de desafiar la llamada "ortodoxia", exigiendo una actuación más rápida y radical para afrontar la crisis del coste de la vida y sacar al país de lo que, según ella, son años de lento crecimiento.

La recién elegida líder del gobernante Partido Conservador, que será nombrada primera ministra el martes, heredará uno de los retos más difíciles de cualquier nuevo líder y sabe que no puede quedarse de brazos cruzados.

Reino Unido se enfrenta a una inflación galopante, una larga recesión, el mayor golpe al nivel de vida en décadas y la amenaza de huelgas de millones de trabajadores, mientras que su partido ha demostrado que está preparado para derribar a cualquier líder que no cumpla.

Hasta ahora, Truss ha dicho que desafiará la convención recortando los impuestos y suprimiendo algunas subidas previstas, a pesar de las advertencias de que aumentará la inflación, al tiempo que ha sugerido que también ofrecerá ayuda inmediata a quienes tengan dificultades para pagar las facturas de la energía.

Esto, además de la promesa de revisar las competencias del Banco de Inglaterra, ha animado a los seguidores del partido, pero ha sacudido los mercados financieros, haciendo que los inversores extranjeros se deshagan de la libra y de los bonos del Estado por temor a lo que está por venir.

"No soy alguien que acepte un no por respuesta. Sigo presionando y sigo presionando hasta conseguir las cosas", dijo Truss a los miembros del Partido Conservador durante la campaña, en referencia a su papel en la redacción de un proyecto de ley que cambia unilateralmente las normas comerciales acordadas como parte de la salida de Reino Unido de la Unión Europea.

Dirigiéndose a los legisladores y activistas conservadores tras ser anunciada como próxima líder del partido y nueva primera ministra británica, dijo entre aplausos: "Cumpliremos, cumpliremos y cumpliremos".

Los que han trabajado con ella en el Ministerio de Asuntos Exteriores apoyan su descripción y dos responsables dijeron a Reuters que tiene un enfoque similar al de un láser en ciertas cuestiones, trata de encontrar soluciones creativas desde el principio y luego sigue adelante, ignorando cualquier duda.

Truss no será la primera líder que intente enfrentarse a lo que los miembros del parlamento conservadores llaman la ortodoxia —el "establishment"— o, más despectivamente, la "mancha": responsables o asesores a los que se acusa de un "pensamiento grupal rancio".

Su enfoque de un mini-presupuesto anticipado puede indicar cómo piensa gobernar. Aunque el Gobierno suele colaborar con la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, que es independiente, para establecer nuevas normas fiscales, Truss planeó un "evento fiscal" sin contar con la opinión del organismo de control sobre cómo afectaría a las finanzas públicas.

Desde entonces, la Oficina ha dicho que tendrá las previsiones listas para septiembre.

¿CONTINUIDAD DE JOHNSON?

En muchos sentidos, Truss es una continuación de Johnson, a quien sirvió como ministra de Asuntos Exteriores y que también trató de revolucionar la llamada maquinaria del Gobierno durante sus tres turbulentos años en el poder.

Johnson chocó con el Tesoro por sus planes de "nivelación" para gastar más en intentar reducir las desigualdades regionales y Truss ha señalado al poderoso departamento para que cambie, acusándolo de ser lento para aprovechar el Brexit.

Considera que el Tesoro tiene demasiada aversión al riesgo y se remonta a la postura de Gordon Brown, el político laborista de la oposición que fue ministro de Finanzas durante una década antes de convertirse en primer ministro desde 2007 hasta 2010. También cuestiona que el aumento de los impuestos suponga más ingresos o que las ayudas sean efectivas.

En su lugar, Truss dice que se basará en el recorte de impuestos para estimular el crecimiento económico, una estrategia que los economistas y Rishi Sunak, el exministro de Finanzas al que derrotó en la contienda por el liderazgo del partido, han advertido que agravará la creciente tasa de inflación británica del 10,1%.

"Liz Truss ha dicho que se enfrentará a la ortodoxia del Tesoro que ha generado un débil crecimiento económico y que probablemente alimentará una estanflación a largo plazo de proporciones como la de los años 70", dijo a Reuters el exministro conservador David Jones.

"Necesitamos un peso pesado (...) que se enfrente a los mandarines", dijo, refiriéndose al nombramiento de un ministro de Economía.

Fuentes del partido dicen que podría ser Kwasi Kwarteng, ministro de Negocios, aunque Jones y algunos otros diputados conservadores preferirían a John Redwood, un veterano legislador euroescéptico que entró por primera vez en el Parlamento en 1987.

(Información de Elizabeth Piper y Andrew MacAskill; información adicional de Kate Holton; editado en español por Benjamín Mejías Valencia)